Somos privilegiados por tenerte, eres como un cascabelito en nuestras vidas
Publicado 1999/08/25 23:00:00
Agradecerle a Dios por el regalo de la vida, por respirar, por ver día a día un nuevo amanecer, y saber que se te ha concedido más tiempo para estar con quienes amas, es para sentirse muy dichoso. Es así como doña Bernarda vda. de Córdoba, a sus 104 años, observa su propia existencia, y nos lo transmite a todos los que la rodeamos, hijos, nietos, tataranietos, familiares y amigos.
"Abuelita chiquita", como la llamamos con cariño, celebró en David, Chiriquí, con nosotros, sus hijos, nietos, biznietos y tataranietos el pasado 20 de agosto, su cumpleaños, en una fiestecita muy alegre y en donde no faltaron las anécdotas de cuando era muchacha, las cual todavía recuerda como si fuera ayer.
He tenido el privilegio de dedicarle esta pequeña entrevista a mi bisabuelita y conversar con ella de sus anécdotas, experiencias y poder indagar un poquito más sobre sus anhelos, sus satisfacciones. Pocas personas son tan afortunadas como "abuelita chiquita", quien el otro año podrá decir que ha vivido tres siglos.
A su edad mi bisabuelita Bernarda tiene una mente ágil y le encanta relatar cuentos y que la escuchemos. Ella disfruta nuestra compañía y vive, agradecida a Dios por el regalo de tan larga vida, cada día con una alegría que muchos jóvenes envidiarían.
No es porque sea mi bisabuelita, pero es encantadora y lo que más me gusta es su jovialidad, su gran fe y deseos de vivir. Tiene su memoria clarita, se acuerda de todo. Ella, aunque usted no lo crea, todavía teje. No sabe ni siquiera escribir ni contar, pero, supo defender sus derechos y los de sus hijos: "A mí nunca me ha gustado pelear, pero, una vez lo hice con mi esposo Julián, porque le gustaba irse todos los sábados a donde la otra mujer que tenía en Portachuelo..., por mí nos dejábamos..., pero, le dije que se quedara con la otra y a mí me daba la comida de mis tres muchachos y la mía; bueno, al parecer reaccionó".
La fiesta de cumpleaños de la "Abuelita chiquita", fue una celebración especial, en que se le agasajó con una bella serenata con mariachis y una hermosa cena familiar, donde, sin embargo, hubo una nota de melancolía en la cumpleañera, quien extrañó a sus hijos que no estaban presente: Lita y Chicho, Juan y Marta. Para todos tiene amor en su corazón.
"Abuelita chiquita" es muy noble y disfruta de que la consientan. Y recibe amor a montones, porque ella es una dulce viejecita que irradia simpatía.
A su edad ella sigue siendo tan ingenua como una quinceañera y le gusta que en el lenguaje la gente sea comedida, nada de chistes "coloraos" ni de malas palabras o groserías. Esto no encaja en lo que ella aprendió de muchacha.
Para "Abuelita chiquita" llegó el ansiado día de su cumpleaños. Cada año está pendiente de que se acuerden que hay que organizarle la fiesta. La madrugada del 20 de agosto encontró a la cumpleañera levantada desde muy temprano. Se vistió de montunito. Quería estar bella. Las nietas le pusieron una cinta roja que decía "Su Majestad 103 años", porque ella es la reina de la familia Córdoba. Valga explicar que mis tías abuelas se guiaron por la Fe de Bautismo que dice que "Abuelita chiquita" tiene 103 años, pero, ella dice que tiene es 104 años y el Tribunal también lo afirma.
Escuchó su serenata de pie. Ningún achaque en tan especial día. Usa un bastoncito para caminar porque una vez se nos cayó y se fracturó la cadera. Pero ese día no hubo cansancio. Fue la última en acostarse. No se fue a dormir sino hasta el día siguiente cuando rompió el sol y ya el último invitado había dejado la fiesta. Estaba feliz con sólo estar sentada y ver que la gente estaba disfrutando su fiesta de cumpleaños.
La "Abuelita chiquita" tuvo 10 hijos, tiene más de 15 nietos, más de 20 bisnietos y 4 tataranietos.
Llegar a los 104 años de vida es para ella y nosotros una bendición. "Me siento muy contenta, muy alegre porque estoy con toda mi familia, mis hijos, mis nietos...Todos aquí reunidos celebrando un año más de vida. Dándole gracias a mi Dios que me tiene viviendo muy alegre".
Lo primero que hace Doña Bernarda cuando se levanta diariamente es "darle gracias a Dios por ver nuevamente otro día. Me lavo la cara, me tomo el desayuno que mi hija María me da, mi cafecito...Si María tiene "trastes", para fregar yo lo hago, aunque a ella no le gusta", nos cuenta mientras se reía como niña traviesa.
Cuando le preguntamos: "¿Cuál es su comida favorita?", su respuesta inmediata fue: "Me gusta el guachito del que sea, menos el de frijolitos; las sopitas, yo como lo que sea". Ella no hace dieta especial lo único que ha reducido es el consumo de grasas y sal en sus alimentos. "Aunque", dice, "una vez le pedí a mi nuera Petra que me llevase escondido un guachito de paloma de Castilla porque no me gustaba el que me daban en el hospital". Estaba agitadita por un resfriado y cuenta que la pusieron flaquita porque todo era comida sin sal y por más que le hicieron un montón de exámenes no encontraron nada mal. Era sólo un resfriado y como extrañaba su guachito, se las arregló para que se lo llevaran camuflageado.
A mi "Abuelita chiquita" le gustan mucho los suestes o controversias en cantadera. Eran sus favoritos, y bailar la tamborera. Ahora los disfruta aunque sea sólo en la TV.
Parece ser que este milenio que está a punto de acabar en lo que tiene que ver con las buenas costumbres es mejor que lo que se vislumbra en el que viene, según lo afirmó la entrevistada.
"El tiempo de antes la gente era muy sana. Se vivía más en familia. Se respetaba mucho. El hombre era más caballeroso y atento. Un hombre no podía decir malas palabras o hacer alguna grosería delante de una muchacha porque le estaba faltando el honor y eso en aquella época la muchacha lo veía mucho a la hora de decidir si casarse o no con él".
Le hubiera gustado ir a la escuela, tan siquiera ir a la primaria, nos dijo. "Mi abuelita fue la que me crió, ella decía que la escuela era para los hombres. Las mujeres para qué, que si iban a la escuela, aprendían a hacer cartas para los enamorados".
El fervor que tiene "Abuelita chiquita" hacia Dios es admirable. Siempre lo toma en cuenta, para todo lo consulta y agradece antes de recibir, porque confía en que, como lo ha hecho toda su vida, Dios no la abandonará y responderá a sus necesidades porque El más que nadie sabe lo que es mejor para ella.
Entrevistarla fue para mí una experiencia muy bonita. Algo que me permitió saber un poquito más sobre ella, una persona muy especial en mi vida, que siempre está alegre e irradia ese optimismo.
Querida "Abuelita chiquita", ya sean 103 o 104 años los que acabas de cumplir, le damos Gracias a Dios por permitirnos tenerte otro año más de vida compartiendo con nosotros tu risa, cuentos y, sobre todo, esa alegría natural. ¡TE QUEREMOS MUCHO!
"Abuelita chiquita", como la llamamos con cariño, celebró en David, Chiriquí, con nosotros, sus hijos, nietos, biznietos y tataranietos el pasado 20 de agosto, su cumpleaños, en una fiestecita muy alegre y en donde no faltaron las anécdotas de cuando era muchacha, las cual todavía recuerda como si fuera ayer.
He tenido el privilegio de dedicarle esta pequeña entrevista a mi bisabuelita y conversar con ella de sus anécdotas, experiencias y poder indagar un poquito más sobre sus anhelos, sus satisfacciones. Pocas personas son tan afortunadas como "abuelita chiquita", quien el otro año podrá decir que ha vivido tres siglos.
A su edad mi bisabuelita Bernarda tiene una mente ágil y le encanta relatar cuentos y que la escuchemos. Ella disfruta nuestra compañía y vive, agradecida a Dios por el regalo de tan larga vida, cada día con una alegría que muchos jóvenes envidiarían.
No es porque sea mi bisabuelita, pero es encantadora y lo que más me gusta es su jovialidad, su gran fe y deseos de vivir. Tiene su memoria clarita, se acuerda de todo. Ella, aunque usted no lo crea, todavía teje. No sabe ni siquiera escribir ni contar, pero, supo defender sus derechos y los de sus hijos: "A mí nunca me ha gustado pelear, pero, una vez lo hice con mi esposo Julián, porque le gustaba irse todos los sábados a donde la otra mujer que tenía en Portachuelo..., por mí nos dejábamos..., pero, le dije que se quedara con la otra y a mí me daba la comida de mis tres muchachos y la mía; bueno, al parecer reaccionó".
La fiesta de cumpleaños de la "Abuelita chiquita", fue una celebración especial, en que se le agasajó con una bella serenata con mariachis y una hermosa cena familiar, donde, sin embargo, hubo una nota de melancolía en la cumpleañera, quien extrañó a sus hijos que no estaban presente: Lita y Chicho, Juan y Marta. Para todos tiene amor en su corazón.
"Abuelita chiquita" es muy noble y disfruta de que la consientan. Y recibe amor a montones, porque ella es una dulce viejecita que irradia simpatía.
A su edad ella sigue siendo tan ingenua como una quinceañera y le gusta que en el lenguaje la gente sea comedida, nada de chistes "coloraos" ni de malas palabras o groserías. Esto no encaja en lo que ella aprendió de muchacha.
Para "Abuelita chiquita" llegó el ansiado día de su cumpleaños. Cada año está pendiente de que se acuerden que hay que organizarle la fiesta. La madrugada del 20 de agosto encontró a la cumpleañera levantada desde muy temprano. Se vistió de montunito. Quería estar bella. Las nietas le pusieron una cinta roja que decía "Su Majestad 103 años", porque ella es la reina de la familia Córdoba. Valga explicar que mis tías abuelas se guiaron por la Fe de Bautismo que dice que "Abuelita chiquita" tiene 103 años, pero, ella dice que tiene es 104 años y el Tribunal también lo afirma.
Escuchó su serenata de pie. Ningún achaque en tan especial día. Usa un bastoncito para caminar porque una vez se nos cayó y se fracturó la cadera. Pero ese día no hubo cansancio. Fue la última en acostarse. No se fue a dormir sino hasta el día siguiente cuando rompió el sol y ya el último invitado había dejado la fiesta. Estaba feliz con sólo estar sentada y ver que la gente estaba disfrutando su fiesta de cumpleaños.
La "Abuelita chiquita" tuvo 10 hijos, tiene más de 15 nietos, más de 20 bisnietos y 4 tataranietos.
Llegar a los 104 años de vida es para ella y nosotros una bendición. "Me siento muy contenta, muy alegre porque estoy con toda mi familia, mis hijos, mis nietos...Todos aquí reunidos celebrando un año más de vida. Dándole gracias a mi Dios que me tiene viviendo muy alegre".
Lo primero que hace Doña Bernarda cuando se levanta diariamente es "darle gracias a Dios por ver nuevamente otro día. Me lavo la cara, me tomo el desayuno que mi hija María me da, mi cafecito...Si María tiene "trastes", para fregar yo lo hago, aunque a ella no le gusta", nos cuenta mientras se reía como niña traviesa.
Cuando le preguntamos: "¿Cuál es su comida favorita?", su respuesta inmediata fue: "Me gusta el guachito del que sea, menos el de frijolitos; las sopitas, yo como lo que sea". Ella no hace dieta especial lo único que ha reducido es el consumo de grasas y sal en sus alimentos. "Aunque", dice, "una vez le pedí a mi nuera Petra que me llevase escondido un guachito de paloma de Castilla porque no me gustaba el que me daban en el hospital". Estaba agitadita por un resfriado y cuenta que la pusieron flaquita porque todo era comida sin sal y por más que le hicieron un montón de exámenes no encontraron nada mal. Era sólo un resfriado y como extrañaba su guachito, se las arregló para que se lo llevaran camuflageado.
A mi "Abuelita chiquita" le gustan mucho los suestes o controversias en cantadera. Eran sus favoritos, y bailar la tamborera. Ahora los disfruta aunque sea sólo en la TV.
Parece ser que este milenio que está a punto de acabar en lo que tiene que ver con las buenas costumbres es mejor que lo que se vislumbra en el que viene, según lo afirmó la entrevistada.
"El tiempo de antes la gente era muy sana. Se vivía más en familia. Se respetaba mucho. El hombre era más caballeroso y atento. Un hombre no podía decir malas palabras o hacer alguna grosería delante de una muchacha porque le estaba faltando el honor y eso en aquella época la muchacha lo veía mucho a la hora de decidir si casarse o no con él".
Le hubiera gustado ir a la escuela, tan siquiera ir a la primaria, nos dijo. "Mi abuelita fue la que me crió, ella decía que la escuela era para los hombres. Las mujeres para qué, que si iban a la escuela, aprendían a hacer cartas para los enamorados".
El fervor que tiene "Abuelita chiquita" hacia Dios es admirable. Siempre lo toma en cuenta, para todo lo consulta y agradece antes de recibir, porque confía en que, como lo ha hecho toda su vida, Dios no la abandonará y responderá a sus necesidades porque El más que nadie sabe lo que es mejor para ella.
Entrevistarla fue para mí una experiencia muy bonita. Algo que me permitió saber un poquito más sobre ella, una persona muy especial en mi vida, que siempre está alegre e irradia ese optimismo.
Querida "Abuelita chiquita", ya sean 103 o 104 años los que acabas de cumplir, le damos Gracias a Dios por permitirnos tenerte otro año más de vida compartiendo con nosotros tu risa, cuentos y, sobre todo, esa alegría natural. ¡TE QUEREMOS MUCHO!
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