Cambio de horario, la polémica que vuelve dos veces al año
- Rocío Muñoz-Ledo
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- EFE
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- PanamaAmerica
Es muy probable que este mes de octubre sea la última vez que se ajusten los relojes en toda la Unión Europea, una medida que pone fin al cambio de horario.

Peter Leonardy, examina un reloj fabricado alrededor del año 1900.
La decisión llega luego de que un 84% de los ciudadanos europeos votara a favor de dejar de cambiar la hora el último domingo de marzo y el último domingo de octubre. Aunque el Parlamento Europeo aprobó la iniciativa que tendría que entrar en vigor en 2021, los países miembros aún no han tomado una decisión sobre con qué horario quedarse, el de invierno o el de verano.
La polémica se reaviva dos veces al año y, aunque el 84% de los participantes (4.6 millones) en la encuesta impulsada por Bruselas apuestan por dejar de tocar los relojes, existe cierta polarización respecto al tema y hay al menos un 20% partidario a seguir con esta práctica.
¿Para qué sirve cambiar la hora cada seis meses?
Pero esta no sería la primera vez que un país decide dejar de adelantar o retrasar la hora. En América Latina, por ejemplo, algunos países como Argentina o Brasil dejaron de hacerlo debido al supuesto ahorro energético que supone. Sin embargo, esta decisión no ha resultado exitosa en Chile, que regresó al cambio de horario solo un año después de haberlo eliminado.
Los expertos indican que ajustar el reloj sirve para adaptar nuestra actividad a las horas a las que amanece y anochece, que varían a lo largo del año, y así aprovechar mejor la luz natural del sol.
Con este aprovechamiento, los partidarios aseguran que cambiar la hora supone un ahorro energético, pero esta motivación ha ido perdiendo cada vez más peso al no existir datos actualizados que demuestren porcentajes significativos de ahorro.
"Si el primer argumento que era el ahorro energético ya no tiene tanto peso, pues nos hemos empezado a fijar en otros aspectos y la salud es uno de ellos", asegura a Efe María Rol, profesora de Fisiología y codirectora del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia (al este de España).
¿Cómo afecta el cambio de hora nuestra salud?
Según Rol, el cambio de hora supone una alteración al sistema circadiano, que controla el sueño, por lo que sería mejor que esta práctica dejara de llegar cada seis meses a nuestras rutinas.
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Se trata de un desajuste de nuestro reloj biológico, una especie de jet lag que puede durar de días a semanas, según indica la experta.
A lo que añade que las horas de luz y oscuridad están relacionadas con este reloj interno que envía señales para mantenerse en sintonía con el ciclo sueño-vigilia.
Pero no todas las personas son igual de sensibles. Rol asegura que influye la edad y el cronotipo de cada uno siendo los niños y los adultos mayores quienes lo se resienten más.
"Hay personas que ya tienen tendencia a la vespertaneidad, a retrasar su reloj, y otras que son más matutinas, entonces todo lo que vaya en el mismo sentido que tu tiempo interno siempre te resulta más fácil", agrega.
Para la Sociedad Española del Sueño, mantener un ritmo regular es fundamental para la salud por lo que su posición es clara: no al cambio de hora. Y apuestan por el de invierno.
"El horario de invierno facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural que coincide con el amanecer", explican a través de un documento.
En cambio, si hubiera un horario de verano permanente, en los meses de invierno habría falta de luz por la mañana y en los de verano un exceso de luz por la noche, una situación que desajusta los ritmos cicardianos y facilita la aparición de enfermedades como la obesidad, el insomnio y la depresión, según indican.
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