Nuevo enfoque
Vista a la escolarización en América Latina
... América Latina ha avanzado en cuanto a la educación obligatoria. Del 2000 al 2016, ha incrementado el número de años obligatorios en los distintos países. Bolivia encabeza la lista con un incremento de 6 años (de 8 a 14), seguido por Brasil (8 a 13), Chile (8 a 13), Honduras (9 a 14) y Uruguay (9 a 14) todos con con 5 años añadidos.
- Roberto Roderick Ogg Fábrega
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- - Publicado: 27/11/2018 - 12:00 am
La educación de América Latina hoy afronta grandes retos provocados por el cambio hacia una época global, incierta, neomoderna y una crisis que la lleva a cuestionar sus fines y medios.
La educación siempre tuvo dos finalidades: transmisión de conocimientos, usos y costumbres del pasado, y preparar a niños y jóvenes para el futuro.
En estos momentos, el papel de la escuela se ha vuelto especialmente completo al tener que preparar a los estudiantes para un futuro incierto, globalizado y cambiante.
En resumen, la escuela tiene que preparar a los estudiantes para un futuro y no para nuestro pasado (OCDE - Fundación SM, 2018)
Los últimos años, la tasa de deserción escolar ha sido significativa.
Los niños y jóvenes no se sienten identificados con el material que estudian en los colegios y no encuentran la relación de eso con su diario vivir.
Esto, aunado al hecho de que los años obligatorios de escolaridad fluctúan conforme a los distintos ordenamientos jurídicos domésticos de los países latinoamericanos.
Revisando datos publicados recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), del 2000 al 2013, la escolarización de niños dentro de las edades de 6 a 14 años han incrementado poco.
Algo que no representa una noticia del todo mala toda vez que los indices se mantienen arriba del 90%, es decir, que la mayoría de la población de niños y niñas dentro de esas edades tienen acceso a la educación y efectivamente asisten a un colegio.
Los países que han incrementado la escolarización dentro de este grupo son Bolivia, Brasil, República Dominicana, El Salvador y Guatemala.
Sin embargo, es importante señalar que dentro del grupo de 15 a 17 años hay una notable disminución.
Existe una brecha de casi el 15% de estudiantes que de los 14 a los 15 años abandonan el colegio.
Los índices más bajos de escolarización dentro de este segmento los vemos en Nicaragua (57,7%) Honduras (53,4%), Guatemala (55,5%) y México (69,8%).
Han habido avances, pero preocupa que en algunos países, 40%-45% de la población de estas edades, no asiste a un colegio. Lo que da espacio a interpretar que se encuentran en actividades de ocio, trabajando para sustentar el hogar o son miembros de un grupo de crimen organizado.
Por otro lado, América Latina ha avanzado en cuanto a la educación obligatoria. Del 2000 al 2016, ha incrementado el número de años obligatorios en los distintos países. Bolivia encabeza la lista con un incremento de 6 años (de 8 a 14), seguido por Brasil (8 a 13), Chile (8 a 13), Honduras (9 a 14) y Uruguay (9 a 14) todos con con 5 años añadidos. Debajo de la lista se encuentra Colombia, Costa Rica, Cuba, Perú, México y Venezuela. Esto no tiene un significado negativo ya que todos estos países mantenían de 12 a 14 años de escolaridad obligatorios.
Según la Organización de los Estados Iberoamericanos, la educación debe adquirir un nuevo enfoque basado en el desarrollo de competencias y adquisición de habilidades y los ha resumido en su Informe de Presupuesto 2018-2019 en los siguientes hitos relevantes.
Primero, aprender haciendo: evitar que los alumnos se aburran y que los maestros se frustren. Lo que significa que las instituciones encargadas de la educación en los Estados latinoamericanos deben promover una pedagogía más participativa, inclusiva y práctica, dejando atrás las explicaciones magistrales.
Segundo, fomentar las nuevas competencias que permitan formar buenos ciudadanos y desarrollar el talento de los alumnos para que tengan más y mejores oportunidades en su vida.
Que se traduce en reconocer los distintos tipos de inteligencia y educar conforme a nuevos planes que permitan los estudiantes se desarrollen dentro de un ambiente que entienda la pluralidad.
Tercero, aprender a pensar en un mundo global, intercultural y cambiante dejando atrás pensamientos nacionalistas y adoptando unos más cosmopolitas, entendiendo las fronteras como espacios territoriales y estudiando la cultura como una herencia que debemos atesorar más no imponer o suponer superior a otra.
Cuarto, conocer y valorar los recursos tecnológicos, adoptándolos dentro de la enseñanza, como fuente de información que facilita el estudio y el conocimiento.
Quinto, trabajar en equipo, siempre juntos y de manera colaborativa entendiendo la cooperación como parte de nuestro diario vivir y aceptando la importancia de los aportes de los otros compañeros estudiantes.
Llegando a consensos y buscando posibles soluciones a los problemas comunitarios de manera conjunta, reconociendo la diversidad de pensamiento.
Sexto, generar situaciones de aprendizaje a través de proyectos que exijan al alumno a hacer frente a problemas, resolver demandas y aplicar lo aprendido en procesos. Que a su vez le ayude a relacionar lo aprendido en clase con la realidad profesional.
Séptimo, fomentar situaciones de aprendizaje en red, lo que implica abrir la escuela a otras escuelas, a las familias y al conjunto de la comunidad. Creando vínculos que incentiven al estudiante a participar en las actividades no académicas como las artísticas o deportivas y despertando un sentido de pertenencia.
De esta manera, podremos poco a poco alcanzar un mayor nivel de escolarización en la Región Latinoamericana, disminuyendo la deserción escolar y a su vez, creando mejores profesionales y líderes, capacitados para ocupar puestos públicos y privados de alta jerarquía, que eventualmente se traducirá en aumento de productividad y desarrollo para nuestras poblaciones.
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