Durán: una historia entre el cielo y el suelo
Publicado 2002/07/22 23:00:00
- Leonardo Machuca G.
El 20 de junio de 1980, en Montreal, Roberto Durán frenaba al niño mimado de las grandes cadenas de televisión estadounidenses, Sugar Ray Leonard. Nadie en su sano juicio podía decir que no era el mejor boxeador del mundo.
Cinco meses después, el 25 de noviembre, en Nueva Orleans, un confundido Durán se negó a seguir en la pelea contra el mismo Leonard, a la altura del octavo asalto. Las palabras "no más, no más" quedaron grabadas a fuego en la historia del boxeo.
Ya fuera por la frustración de no alcanzar a Sugar Ray, ya por problemas estomacales, la imagen del "supermacho" quedó hecha añicos. Carlos Eleta, el manager que llevó a Durán al cetro del mundo, explicó a la revista especializada The Ring que aquella victoria ante Leonard fue fatal. "Roberto desarrolló un súper ego y perdió la razón", sentenció Eleta.
Pese a ofrecer buenas peleas -una memorable contra Marvin Maravilloso Hagler- y ganar dos títulos mundiales más, nunca volvió a ser el mismo pegador. Hubo una tercera versión de la batalla, el 7 de diciembre de 1989, en Nevada. Fue una pelea descafeinada, lejos del brillo de las otras contiendas y con dos pegadores que dejaron en claro que sus mejores días ya habían pasado.
Cinco meses después, el 25 de noviembre, en Nueva Orleans, un confundido Durán se negó a seguir en la pelea contra el mismo Leonard, a la altura del octavo asalto. Las palabras "no más, no más" quedaron grabadas a fuego en la historia del boxeo.
Ya fuera por la frustración de no alcanzar a Sugar Ray, ya por problemas estomacales, la imagen del "supermacho" quedó hecha añicos. Carlos Eleta, el manager que llevó a Durán al cetro del mundo, explicó a la revista especializada The Ring que aquella victoria ante Leonard fue fatal. "Roberto desarrolló un súper ego y perdió la razón", sentenció Eleta.
Pese a ofrecer buenas peleas -una memorable contra Marvin Maravilloso Hagler- y ganar dos títulos mundiales más, nunca volvió a ser el mismo pegador. Hubo una tercera versión de la batalla, el 7 de diciembre de 1989, en Nevada. Fue una pelea descafeinada, lejos del brillo de las otras contiendas y con dos pegadores que dejaron en claro que sus mejores días ya habían pasado.
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