Hay que meterse en la piel de los hípicos
Nadie que entienda un poco el temperamento de los apostadores puede aceptar como atractivo el estado actual. Francamente, desanima y aburre estar aportando a la cuenta del 5 y 6, como si fuera una libreta de ahorros, para que al final tener poca participación de sus réditos.
Hay que meterse en la piel de los hípicos
Parece haber un consenso entre los apostadores y algunos sectores de la hípica de que presentar cuatro reuniones hípicas a la semana, debilita la programación debido a que los lotes se perfilan bastante reducidos y raquíticos.
Esa situación es inevitable debido a que existe un acuerdo entre los dueños de caballos y la empresa, el cual establece que por lo menos una vez al mes se deben presentar cuatro reuniones por semana.
Esta iniciativa tiene dos extremos. Por un lado, debilita los grupos en concepto de cantidad y, por el otro, varias veces el acumulado el 5 y 6 ha caído ante el hecho de que al haber pocos ejemplares en las carreras, la posibilidad de aventurarse con un inversión alta y explorar la opción de que caiga “la línea de carrera”, es buena.
Se trata de un debate con numerosos factores a favor y en contra. Pero detengámonos un poco sobre el 5 y 6 y su acumulado.
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Hemos dicho que se trata de una jugada que llama la atención por el inmenso acumulado; es sin duda, la punta de lanza de la hípica panameña, tomando en consideración su bajo costo y la posibilidad de alcanzar un alto dividendo. Sin embargo, también es digno de análisis el hecho de que el acumulado siga creciendo y que la posibilidad real de ganárselo no existe, debido a lo pobre de las carreras y a la abundancia de ejemplares que sobresalen.
Lo ideal es que el acumulado siga creciendo, pero que de paso impacte al resto de las apuestas y el rendimiento diario de la jugada. En otras palabras, las carreras válidas para el 5 y 6 y la programación completa deben ser tan buenas que estimulen a los apostadores a realizar otras jugadas; si esa dinámica no se produce, todo se vuelve aburrido y la suma final no superará el promedio diario. Por eso vemos que, tras cada reunión hípica, el incremento del acumulado es el mismo y esto sencillamente es porque la jugada es casi igual todas las reuniones.
Ante esta realidad hay quienes plantean algunas soluciones. Por un lado, está la opción de reducir el porcentaje o coima que se deduce de la jugada para que impacte en los dividendos de los primeros y segundo ganadores (aciertos de seis y de cinco) y la otra opción es establecer un tope del acumulado y una vez alcanzado el mismo, se reparte todo o parte del mismo.
Nosotros apostaríamos a un poco de ambas opciones: Bajar un porcentaje de la coima y establecer que cuando llegue a una cantidad determinada (supongamos 100 mil dolares) se reparta un porcentaje entre todos los ganadores de la fecha.
Nadie que entienda un poco el temperamento de los apostadores puede aceptar como atractivo el estado actual. Francamente, desanima y aburre estar aportando a la cuenta del 5 y 6, como si fuera una libreta de ahorros, para que al final tener poca participación de sus réditos.
Cuando se instituyó el 5 y 6, con los reglas actuales estaban dadas las condiciones para ello, pero en este momento parece poco funcional y, en vez de levantar el ánimo y darle esperanzas a los apostadores, está sirviendo como una pala para su entierro.
Ojalá los estrategas de la hípica, los conocedores de las apuestas y los afectados con este patrón obsoleto, se sienten a estudiar la posibilidad de revisar y cambiar este estilo que está pasado de moda.