La irresponsabilidad en el boxeo tiene un nuevo sinónimo: Joan Guzmán

Reincidente y en tres ocasiones, las tres por títulos mundiales. Con esto queda claro que la palabra responsabilidad no aparece en el diccionario del ex doble campeón mundial, el dominicano Joan Guzmán, luego de su última presentación ante una báscula, una acción que marcará de forma negativa y para siempre su carrera deportiva.

No hay duda que lo del último jueves fue la gota que derramó el vaso. Esa tarde, en Kissimmee, Florida, Estados Unidos, el “Pequeño Tyson” -como apodan a Guzmán- llegó al pesaje oficial con ocho libras y un cuarto de sobrepeso, excediendo no solo el límite del peso superligero (140 libras) -en que estaba pactada la pelea- sino también la superior, que es la división wélter (147 libras).

Pero eso no es todo. Fue tan grande la irresponsabilidad de Guzmán que, en vez de rebajar, comenzó a ingerir una bebida rehidratante a los segundos en que se bajó de la báscula, según informó el comentarista John Prado, enviado especial de la Gran Cadena Exitosa.

Esta acción puede ser el último clavo en el ataúd en la carrera de Guzmán, porque evidenció su irresponsabilidad al no estar dispuesto a bajar, aunque sea una libra, para que se salvara el pleito contra el panameño Vicente “El Loco” Mosquera, quien cumplió en gran forma en el pesaje al marcar 138 libras.

Fue el acto de indisciplina del gladiador dominicano que le quitó al hijo de Puerto Caimito, en La Chorrera, la oportunidad de conquistar el título interino superligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), que hubiera representado su segunda corona mundial en diferentes categorías.

Reproche total

Guzmán ha marcado su carrera de forma negativa. El mundo boxístico lo recordará como el púgil dominicano que cometió tres actos de indisciplina en peleas de título mundial, cada vez que colocaba su humanidad sobre una romana. Aquel gladiador que hizo cancelar cartillas por su marcada irresponsabilidad con el peso, echando por tierra el esfuerzo y dedicación de empresas boxísticas.

Según los registros, el primer acto de indisciplina de Guzmán se produce en 2008, cuando llegó al pesaje oficial con tres libras y media más de lo pactado, para disputar los cetros mundiales de peso ligero en poder del estadounidense Nate Campbell.

En esa ocasión se canceló la velada, porque Guzmán sufrió problemas de deshidratación.

Dos años después, a Guzmán le dan otra oportunidad por un título en las 135 libras ante el sudafricano Ali Funeka, sin embargo, el día del pesaje se presentó con nueve libras por encima del límite. Aunque el pleito se dio y Guzmán ganó, no pudo apoderarse de la faja.

Con lo anterior, no hay duda que Guzmán no será recordado por las diademas mundiales que conquistó en los pesos supegallo (122 libras) y superpluma (130 libras), sino por su constante irresponsabilidad ante la romana.