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No apta para cardíacos
Juan Bosco Ureña B. - Publicado:
SI ASÍ fue la bienvenida del 2006 se puede vislumbrar que el resto de los 364 días que hacen falta estarán repletos de intensa alegría y rumba total.Sergio Vargas se encargó de que hasta las paredes del Hotel Panamá bailaran al ritmo de sus históricas y muy contagiosas melodías.Realmente fue una noche no apta para cardiacos y para aburridos, ya que los presentes a la Rumba de Fin de Año, organizada por Jimmy Dawson y todo su equipo de producción, no pararon de bailar desde el inicio del espectáculo hasta finalizado el mismo.El concierto de Sergio, junto a la Orquesta La K-Shamba y "El mechi blanco de San José", Ulpiano Vergara y su conjunto Los Distinguidos, duró toda la madrugada del primer día del 2006 y al finalizar los asistentes habían desbordado toda su alegría y energía en la pista de baile.A las 11: 45 p.m.del último día del 2005 Sergio Vargas subió a la tarima de Los Jardines del Hotel Panamá para hacer que con las palmas y "meneitos sabrosos" los panameños que dijeron presentes en La Rumba de Fin de Año recibieran al año que venía entrando.Las tonadas del sabroso merengue del "Príncipe de Mayimbe" se conjugaron a la perfección con el despliegue espectacular de fuegos artificiales que iluminaron toda la noche.Parecía que hasta le cielo le aplaudía a Sergio Vargas.La alegría llenó todo el lugar y todos empezaron a felicitarle, mientras Sergio le deseo "lo mejor de lo mejor" a toda Panamá.Las parejas saltaron, se agacharon, bailaron, cantaron y gozaron hasta decir no más.Sergio interpretó sus conocidos temas como "Mala memoria", "Ni tú, ni yo", "Copa rota", "Anoche hablamos de amor" y "Lo nuestro no ha terminado", entre un repertorio digno de la noche.Lo mejor de todo es que habían representantes de todas las edades.Desde jóvenes de 18 años, hasta señores de 65 años."El mechi blanco de San José" le puso el romanticismo típico a la noche y a la primera tonada de su acordeón la pista de baile quedó hasta le tope demostrando que el panameño aprecia de corazón su música típica.La K-Shamba se encargó de darle su "swing" particular a la noche y regalarle a los presentes todo su sabor.Fue todo un carnaval en pleno enero y la mojadera fue de puro sabor.¡Un brindis por el nuevo año!