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Te invito a mi parranda de adjetivos
Ernesto Endara - Publicado:
Como dicen en Cañafístula, estoy hasta la cereta de adjetivos.No me interpretes mal, no estoy cansado de ellos, al contrario, me hacen sentir pletórico, fulgurante, desbordado, repleto, saturado, henchido, enamorado de esas impetuosas y repiqueteantes palabras que son como una capa de armiño para los sustantivos.No importa si son usados para resaltar una virtud, para denigrar o ensalzar un apellido, rematar a un perdedor o atacar un vicio; el adjetivo, bien acomodado, redondea y da fuerza de expresión al sustantivo que acompaña.En nuestro alegre esfuerzo por expresarnos, debemos usar sin pestañear lo que esté a nuestro alcance.Teniendo un buen diccionario ante mis ojos, la lengua madre me burbujea en la boca.Enjabono las palabras con adjetivos y siento que salen más limpias y más claras mis ideas.Es preciso que nos entiendan y con algo de suerte digan: Hey, ese tipo sí que habla bonito, o, qué bien escribe ese condenado! Otros te fusilarán.Quienes no lo saborean, defenestran el adjetivo.Son los de escritura sobria y austera; los que proclaman la blancura del lenguaje sin usar la palabra blanco; los que aspiran a la claridad incandescente, sin una chispa de incandescencia.Allá ellos. Por mi parte, siento la cabeza como una sandía de adjetivos.No la reviento porque saldría tal avalancha policrómica, indomable, redundante, inescrupulosa, arrasadora, prístina, cuadrúpeda, inisifausta, caracolera, divisible, protuberante, carnavalesca, intrépida, cutriñona, parabólica, cantarina, munífica, repelente, dicharachera, ecléctica, oximorona (espera un segundo, déjame buscarte uno bueno? ah, ya) sincatabásica (no creas que te dejaré en el aire, ese adjetivo quiere decir "tan condescendiente como el Dios que se adapta al modo de ser de los hombres".Y continúo:) abrumadora, estentórea, eleáuticas y tan vociferante que bloquearía el tránsito de Las Cumbres a Mangusá.Ah, me relamo porque hoy es uno de esos días que ando por ahí, hipopotámico de adjetivos.Y es que la vida me pone así, por lo bella que es, por lo fulgurante, dulcísima, tierna, amable y porque me hace guiños continuamente; y cuando me pasa eso, me convierto en un idílico, inconmensurable, hermenéutico, vibrante, platónico, florido, ditirámbico, indiano, eléctrico, duradero, cóncavo, romántico, vanidoso desperdigador de adjetivos.Algo así como un risueño entomólogo ilusionista que pega cocuyos en las patas de las libélulas para rastrear su vuelo luminoso.