Al descubierto secretos y encantos de isla Galeta
Publicado 2001/05/30 23:00:00
En medio de toda la actividad industrial que se expande rápidamente en el centro de la ciudad de Colón, aún se conserva como una joya sin descubrir isla Galeta, que desde la década del 20 hasta hace más de un año fue ocupada estratégicamente por el ejército estadounidense.
Pero hoy, además de ser un centro de investigación científica, promete convertirse en un nuevo destino turístico para los amantes de los ecosistemas marinos.
Galeta, a diez minutos de la ciudad de Colón, en dirección a isla Margarita - que en realidad es una punta- se conserva como un retazo de lo que fue la riqueza marina y natural del área atlántica.
Sus manglares, rojo, blanco y negro, son los mejores conservados en todo el Caribe. Además, de observarse la flora marina y los arrecifes coralinos.
Con una carretera de acceso en muy buen estado, en la actualidad estas tierras no cuentan con grandes estructuras, pero un grupo de científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales impulsa programas en los que se conjugarán elementos científicos, educativos y turísticos.
Colón es una ciudad que vive rodeada por el mar, pero de espaldas a él, indicó Stanley Heckadon Moreno, asesor de Transferencia Tecnológica y Política Ambiental del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Muy pocos conocen la riqueza de sus costas y por ende son destruidas a niveles alarmantes, lo que es incompatible con el empuje turístico que se le quiere dar a la zona.
Ante esta situación, el Instituto Smithsonian, que desde 1964 tiene presencia en la isla, haciendo investigaciones de los ecosistemas, ha decidido emprender un ambicioso proyecto que hoy sólo cuenta con unas tres pequeñas piscinas en las que habitan rayas, corales, morenas, tortugas y hasta pepinos de mar, pero que en un futuro pretende tener entre sus consentidos a juguetones delfines. Se harán senderos en medio de los manglares y se explicará la importancia de preservarlos para evitar la erosión en las costas.
La coordinadora del Programa Educacional Marino, Inez Campbell, indicó que Galeta se ha preservado por estar fuera de los patrones de los huracanes, en adición, fue protegida por muchos años por ser un área muy sensitiva para la defensa del Canal. Explicó que el sitio es perfecto para desarrollar una oportunidad única.
Al llegar los visitantes, varias lagunas le dan la bienvenida; unas naturales y otras que se hicieron en 1930 para probar los motores eléctricos de los torpedos norteamericanos que custodiaban el Canal de Panamá.
Por ahora sólo son el testimonio de la historia que encierra el lugar, pero si se concretan los planes, es aquí donde estarán ubicadas las piscinas naturales para los delfines.
Sus promotores reconocen que aún el proyecto se encuentra en pañales. En la actualidad, sólo realizan giras pequeños grupos estudiantiles para enseñarles un poco lo que es la naturaleza.
Por ahora hay unas cuatro piscinas en las que se reemplazan cada cierto tiempo las especies y entra el agua fresca del mar las 24 horas del día.
Sin embargo, como el Smithsonian está dedicado a la ciencia pura y refuerza su plataforma de investigación científica, se necesitan de otras entradas para concretar los programas de exhibición marina que conlleva costos onerosos de mantenimiento.
Hasta la fecha cuentan con una serie de donaciones y contribuciones del sector privado colonense, pero con el programa de visitantes aspiran a sufragar los gastos del proyecto estudiantil.
Pero hoy, además de ser un centro de investigación científica, promete convertirse en un nuevo destino turístico para los amantes de los ecosistemas marinos.
Galeta, a diez minutos de la ciudad de Colón, en dirección a isla Margarita - que en realidad es una punta- se conserva como un retazo de lo que fue la riqueza marina y natural del área atlántica.
Sus manglares, rojo, blanco y negro, son los mejores conservados en todo el Caribe. Además, de observarse la flora marina y los arrecifes coralinos.
Con una carretera de acceso en muy buen estado, en la actualidad estas tierras no cuentan con grandes estructuras, pero un grupo de científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales impulsa programas en los que se conjugarán elementos científicos, educativos y turísticos.
Colón es una ciudad que vive rodeada por el mar, pero de espaldas a él, indicó Stanley Heckadon Moreno, asesor de Transferencia Tecnológica y Política Ambiental del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Muy pocos conocen la riqueza de sus costas y por ende son destruidas a niveles alarmantes, lo que es incompatible con el empuje turístico que se le quiere dar a la zona.
Ante esta situación, el Instituto Smithsonian, que desde 1964 tiene presencia en la isla, haciendo investigaciones de los ecosistemas, ha decidido emprender un ambicioso proyecto que hoy sólo cuenta con unas tres pequeñas piscinas en las que habitan rayas, corales, morenas, tortugas y hasta pepinos de mar, pero que en un futuro pretende tener entre sus consentidos a juguetones delfines. Se harán senderos en medio de los manglares y se explicará la importancia de preservarlos para evitar la erosión en las costas.
La coordinadora del Programa Educacional Marino, Inez Campbell, indicó que Galeta se ha preservado por estar fuera de los patrones de los huracanes, en adición, fue protegida por muchos años por ser un área muy sensitiva para la defensa del Canal. Explicó que el sitio es perfecto para desarrollar una oportunidad única.
Al llegar los visitantes, varias lagunas le dan la bienvenida; unas naturales y otras que se hicieron en 1930 para probar los motores eléctricos de los torpedos norteamericanos que custodiaban el Canal de Panamá.
Por ahora sólo son el testimonio de la historia que encierra el lugar, pero si se concretan los planes, es aquí donde estarán ubicadas las piscinas naturales para los delfines.
Sus promotores reconocen que aún el proyecto se encuentra en pañales. En la actualidad, sólo realizan giras pequeños grupos estudiantiles para enseñarles un poco lo que es la naturaleza.
Por ahora hay unas cuatro piscinas en las que se reemplazan cada cierto tiempo las especies y entra el agua fresca del mar las 24 horas del día.
Sin embargo, como el Smithsonian está dedicado a la ciencia pura y refuerza su plataforma de investigación científica, se necesitan de otras entradas para concretar los programas de exhibición marina que conlleva costos onerosos de mantenimiento.
Hasta la fecha cuentan con una serie de donaciones y contribuciones del sector privado colonense, pero con el programa de visitantes aspiran a sufragar los gastos del proyecto estudiantil.
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