Liz Pérez: 'Extranjeros no pueden creer que Panamá le esté dando la vuelta a la mina'
La ingeniera mencionó que a nivel internacional la industria es percibida como un "activo estratégico" para el desarrollo del país.
Liz Pérez, ingeniera de Cobre Panamá. Foto: Cortesía
Aunque el impacto socioeconómico de la mina de cobre para algunos panameños es imperceptible, a nivel internacional es ponderado porque la industria es percibida como un "activo estratégico" para el desarrollo, a los expertos les sorprende que en Panamá solo una mina aporte el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) porque esta particularidad no se repite, ni siquiera uniendo varias minas, en ninguna otra parte del mundo.
Liz Pérez, ingeniera industrial de Cobre Panamá, ha palpado la sorpresa de los extranjeros al conocer que el país cuenta con una mina que, pese a cumplir con todos los estándares de calidad exigidos, se mantiene inoperativa desde hace más de 1 año.
"El extranjero muchas veces no puede creer lo que está pasando aquí en Panamá, que tengamos una mina y que ahorita, simplemente se le esté dando la vuelta; se esté dejando perder", dijo a Panamá América.
Reiteró que la mina más que un centro de operaciones es un capitalizador de sueños para muchas personas, sobre todo, mujeres, ya que, en la mayoría de los países está actividad está prohibida para el género femenino, situación que no ocurre en Panamá, por lo tanto, han podido mejorar su calidad de vida y la de sus familiares.
Según la ingeniera, aproximadamente el 18% de quienes laboraban en la mina eran mujeres, y su centro de formación estaba mayormente integrado por estas (28%) lo que evidencia la disposición e interés que tienen en prepararse para seguir creciendo personal y profesionalmente.
Pérez considera que precisamente esta participación es la que sensibiliza a la industria, ya que, las mujeres "traen visión, empoderamiento y empatía", es decir, humanizan la actividad para que sea más sostenible y cuidadosa con el entorno.
Razones por las cuales estima necesario que las autoridades, empresa y ciudadanía empiecen a hablar de la minería en Panamá, no desde posiciones arbitrarias, sino desde la forma, para establecer la manera en la que se desarrollará en beneficio de todos los actores económicos.
"Creo que definitivamente es importante que tanto el panameño como la empresa se sienten y conversen para tratar de encontrar soluciones para todos", afirmó.
Detalló que, en sus encuentros con analistas de países como Colombia, Nicaragua y República Dominicana, todos han coincidido en que Panamá no puede dejar la mina como está porque no solo se pierde de sus beneficios, sino que también agrava otras problemáticas como el desempleo.
Sostuvo que no tomar una decisión pronto haría que se incrementen las desigualdades sociales en las comunidades aledañas a la mina porque se quedarían sin su principal fuente de ingresos e impulso de superación profesional.
"Es muy triste ver lo que está pasando dentro del área de la mina (…) miles de familias están perdiendo sus sueños y oportunidades, no podemos dejar que eso pase", aseveró.
Agregó que el país no puede seguir alejando a los inversionistas por quienes se oponen a la mina basados en falsedades, por ello, la ciudadanía debe aclarar sus dudas con personas idóneas que conozcan realmente cómo funciona y cuál es el impacto de esta actividad en Panamá.
Aunque Pérez aspira a que el país sea un referente global de minería sostenible, reconoció que el tema debe ser primero abordado a nivel local para que la población perciba, al igual que los extranjeros, sus beneficios individuales y colectivos.