Mina de Cobre en Donoso, al margen de su aprobación
- Grace Kelly Chi (grace.chi@epasa.com)
A un día de finalizar el mes de agosto, se acerca el tiempo (septiembre próximo) en que la compañía de origen canadiense Minera Panamá S.A. espera que las autoridades panameñas aprueben su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), lo que le permitiría construir una mina a “tajo” abierto, en las montañas de Donoso, en Colón.
Esta actividad les dejará una facturación anual de unos $2000 millones en ventas en la explotación de cobre, esto cuando entren en operación en el 2015.
De esta forma, septiembre del 2011 marcará el inicio de un proceso de construcción de cinco años de una mina, de la que se estima podría extraerse cobre y otros metales, al menos unos 30 años, según los informes de la compañía, cuya empresa madre está en Canadá, Inmet Mining Corporation, e incluso también tienen acciones o inversiones un fondo soberano del Gobierno de Singapur, el gigante Temasek Holdings.
Antes de que esto se dé, la construcción de la mina de cobre en Panamá iría amparada por la aprobación del EIA, que diagnostica que unas 5,900 hectáreas de bosques serían eliminadas para poder construir las infraestructuras mineras, así como para lograr extraer a lo largo de 30 años, unas 300 mil toneladas de cobre anualmente.
Empero la minera, destacó Carlos Sánchez, director de Ambiente de la compañía, promete reforestar otras 8,900 hectáreas, de las cuales unas 3,000 hectáreas estarían en el área que impactarán y el restante, a disposición de Panamá, según dónde indique la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) que se plantarán.
Además, a cambio de las 5,900 hectáreas que reconoce Sánchez que serían intervenidas por la mina, la compañía se compromete a promover la conservación de otras 250 mil hectáreas de bosques del país. Esto, porque Minera Panamá reconoce que el sector que deforestaría pertenece al Corredor Biológico Mesoamericano, que es un área de reserva regional, por lo que la empresa quiere más que resarcir el daño, crear soluciones ambientales, dado el impacto que es inevitable que harían.
“Aquí hablamos de un plan de conservación de 40 veces el área por intervenir porque estamos claros que nos encontramos en Donoso, y estamos en el Corredor Biológico Mesoamericano, pero tenemos aún más claro que es nuestra responsabilidad ayudar en los esfuerzos por gestionar más recursos que aseguren la conectividad de nuestra presencia aquí [Donoso] como nuevos vecinos”, expresó Sánchez, quien concedió una entrevista exclusiva aCalle 50para comentar el EIA de Minera Panamá S.A.
El EIA de Minera Panamá S.A. no solo trata el tema de la deforestación para lograr la mina, así como los planes que tiene la compañía para resarcir este daño, sino que aborda aspectos como el pronóstico del cómo se tratará el agua que use la empresa, así como el uso de químicos para extraer los minerales, estos serían aceites orgánicos, sanitatos, hidróxidos, sulfuro de sodio, y otros, excluyendo el cianuro. Trata, además, aspectos concernientes al traslado de parte de la flora y fauna que sería impactada.
Todo esto les parece muy poco a los grupos ambientalistas más representativos del país , pues no es negociable para ellos que en un país como Panamá se acepte la deforestación de un sector del Corredor Biológico Mesoamericano, al igual que alegan que existen las dudas de que las aguas de esas montañas se contaminen y tras ellas, las demás del país, comunicadas entre sí.
Alegan los ambientalistas, igualmente, que la Nación necesita “más tiempo” para conocer las implicaciones de la minería en el país, aunque esta sea “moderna”. Habría demasiados elementos en juego, entre estos citan, la tierra, el agua y el dar los bosques.
“Consideramos que la minería no es una opción para Panamá ni para ningún país de Latinoamérica, por muchísimas razones, entre estas que ellos [los mineros] necesitan remover el bosque, en un sector donde están las fuentes hídricas del país, y cuando remueves esas zonas boscosas también produces erosión, no hay seguridad de que el agua que usen la devuelvan limpia”, manifestó recientemente Alida Spadafora, en entrevista a la cadena de televisión CNN.
Junto a esto, apuntó Spadafora que al darse la separación de los metales del subsuelo se promoverá un cambio de la concentración del mismo, acidificando las aguas de las montañas aledañas a la mina. En este caso, serían las de Donoso, Colón, que están conectadas con el resto del país.
Sin embargo, Minera Panamá S.A. tiene un plan, explicó Sánchez, este va más allá de la mitigación de los posibles daños al ambiente y consiste en la participación activa de terceras personas, quienes tendrán la función de monitorear las aguas. Estas aguas, la compañía se compromete técnicamente a que no estarían acidificadas, sino aptas para el consumo humano y los ecosistemas que estaban allí, antes de la mina.
De esto se trata el EIA, según la compañía, de tener suficientes controles previos de usos de los químicos en el proceso de la planta y en el transporte del cobre en forma de pasta, que piensan llevar hasta un puerto que harán en la costa de Colón, luego de haberlo extraído moliendo las rocas. En todo esto, dicen que no habría posibilidad de que un accidente acontezca de un momento a otro.
“Nosotros tendremos una infraestructura diseñada para que el agua pase a través de ella, pero esto no hará ningún problema, siempre que la calidad del agua sea buena, y no saldrá de allí ningún agua que no sea buena”, describió Sánchez sobre la tina de relave que usaría la mina. Añadió que si ellos no creyeran en su diseño, no lo harían, pues la mina debe operar al menos unos 30 años, por lo que la relación con la comunidad, quienes serían los primeros afectados de darse un accidente, no puede verse dañada.
En detalle, Minera Panamá S.A. describe que su tina no es 100% a prueba de filtraciones, ya que está diseñada para que no sea así, ante las intensas lluvias que acumulan unos 4500 milímetros al año de precipitaciones en la zona. Pero sí apuestan a que resistiría sismos y que tiene la mejor tecnología verificada hoy, en el sector privado.
“Siempre existe la posibilidad de que las paredes percolen, pero esta tina alrededor suyo tiene unos sistemas de recolección que permiten que estas filtraciones de agua de la presa de relave sean colectadas y enviadas de nuevo a la presa, como un sistema cerrado”, informó el director de ambiente de Minera Panamá S.A.
En Donoso, convive un promedio de 6 mil personas, más que todo campesinos, quienes practican la agricultura y actividades relacionadas. A ellos, Minera Panamá S.A. se compromete a no afectarles el agua.
Aún así, en el Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), su directora legal de bosques y manglares, Tania Arosemena, indicó que esperan que las consultas que presentó esta organización en conjunto con otras a la ANAM sobre, por ejemplo, la cantidad de agua exacta que usará la minera sean resueltas.
“Según el EIA, los impactos que midió la compañía son sobre los efectos residuales, o lo que quedaría después de construir la mina y no sobre los impactos reales de la misma”, dijo Arosemena.
El CIAM y otras organizaciones consideran que el EIA no cumplió con hacer un análisis exhaustivo de los impactos del proyecto, dado la magnitud del mismo, y aseguran que no es ni viable en ningún término, el autorizar la deforestación del Corredor Biológico Mesoamericano.
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