Mi bebé se chupa el dedo
- Gina Prestán (gina.prestan@epasa.com)
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- @GinaPrestan
La succión es un reflejo que el recién nacido hace incluso antes de su llegada al mundo. Las ecografías muestran que fetos de 13-14 semanas ...

La ansiedad también puede ser una causa de chuparse el dedo.
La succión es un reflejo que el recién nacido hace incluso antes de su llegada al mundo. Las ecografías muestran que fetos de 13-14 semanas ...
La succión es un reflejo que el recién nacido hace incluso antes de su llegada al mundo. Las ecografías muestran que fetos de 13-14 semanas ya chupan sus diminutos dedos. Incluso en algunos bebés se observa, al nacer, una pequeña ampolla en la mano debido a la succión realizada dentro del útero.
Más del 80% de los bebés siguen chupando, aunque no tengan hambre. Pero, ¿cuál es el causante y qué lo provoca? El chupar dedo produce en el niño la sensación de relajación. Algunos desarrollan el hábito cuando están aburridos, cansados o ansiosos. La mayoría lo hace mientras sostiene un objeto que le da seguridad, como su cobija, mamadera, juguete favorito o hasta el cabello. Para la psicóloga clínica Geraldine Emiliani, es importante investigar cuáles situaciones lo provocan, ya que cuando están más grandes no se considera normal. "Profundizar en esto para luego elaborar o establecer el tratamiento en el que se involucra a los padres. Siempre hay algo detrás, algún tipo de conflicto que lo mantiene con ansiedad y temores", explicó Emiliani.
La Sociedad Española de Odontopediatría considera que llevarse el pulgar a la boca es más peligroso que el chupete, por el riesgo de infección que conlleva chupar un elemento que está en contacto permanente con agentes contaminantes. Además de este peligro, los perjuicios más notables de succionar un dedo se producen cuando el hábito se prolonga en el tiempo y se mantiene más allá de los 3 o 4 años. Estudios apuntan que el 12.5% de los menores de 3 y 5 años se chupan el dedo. Y que en un 9% de los casos puede persistir hasta los 12 años.
Consecuencias
Este hábito puede originar complicaciones, por lo que es necesario corregirlo a tiempo. La pediatra María Teresa Romero comentó cuáles son los principales trastornos que afectan:
Deformación del paladar: debido al empuje en dirección ascendente que produce la succión del dedo, el paladar modifica su forma haciéndose cada vez más convexo.
Alteraciones del lenguaje: debido a la modificación de los dientes, lengua y paladar ?elementos que intervienen en la fonación? la pronunciación de determinados fonemas puede verse afectada dando lugar a dislalias. También puede ser posible el ceceo y el seseo.
'¿Qué hacer para que el niño pare de hacerlo?
La odontóloga Marjorie Sánchez nos comentó que el tratamiento va a depender de la edad del niño. Es recomendable acudir a un especialista para que evalúe y determine el plan que se debe seguir.
Sistema de recompensas. Es un sistema sencillo que puede dar grandes resultados. Puedes darles una calcomanía o un pequeño juguete.
Distracción. Muchas veces los niños lo hacen por estar aburridos, encárgales una tarea para que se olviden del dedo.
Sustitución. Si su niño se chupa los dedos cuando duerme, puedes darle un peluche para calmar la ansiedad.
Límites. Acorta las horas de televisión.
Ojo con los regaños. Elógialo por no hacerlo, especialmente durante periodos difíciles.
Recordatorio. El pequeño no se da cuenta cuando lo hace, puedes colocarle una cinta en la mano y decirle que cuando lo deje de hacer se la quitarás.
Tratamiento jaula lingual
- La odontóloga Marjorie Sánchez nos comentó que aún se aplica la jaula para los niños que se chupan el dedo.
- El mismo se trata de un aparato simple pero efectivo que funciona como pantalla en el área de la mordida abierta con la finalidad de obstruir la entrada de los dedos hacia la boca, impidiendo la succión digital y así corregir los efectos causados por este hábito.
Maloclusión dental: mordida abierta por la falta de contacto entre los dientes incisivos superiores e inferiores al morder.
Envenenamiento accidental: los niños que se chupan dedo se encuentran en mayor riesgo de ingerir sustancias tóxicas.
Cambio de orientación de las arcadas dentarias: la parte superior se mueve hacia adelante y la inferior hacia atrás.
A nivel psicológico: por ser visto como una conducta inapropiada socialmente, estos niños pueden ser víctimas de críticas, burlas o castigos por parte de sus maestros.
Cuando el problema persiste más allá de los 5 años, es recomendable consultar con el pediatra o psicólogo infantil, que considerarán derivarlo al logopeda y al odontopediatra si la situación lo requiere.
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