Mi bebé se chupa el dedo
La succión es un reflejo que el recién nacido hace incluso antes de su llegada al mundo. Las ecografías muestran que fetos de 13-14 semanas ...
Si el niño se chupa el dedo por hábito, es probable que sea un síntoma de un problema más profundo.
La succión es un reflejo que el recién nacido hace incluso antes de su llegada al mundo. Las ecografías muestran que fetos de 13-14 semanas ya chupan sus diminutos dedos. Incluso en algunos bebés se observa, al nacer, una pequeña ampolla en la mano debido a la succión realizada dentro del útero.
Más del 80% de los bebés siguen chupando, aunque no tengan hambre. Pero, ¿cuál es el causante y qué lo provoca? El chupar dedo produce en el niño la sensación de relajación. Algunos desarrollan el hábito cuando están aburridos, cansados o ansiosos. La mayoría lo hace mientras sostiene un objeto que le da seguridad, como su cobija, mamadera, juguete favorito o hasta el cabello. Para la psicóloga clínica Geraldine Emiliani, es importante investigar cuáles situaciones lo provocan, ya que cuando están más grandes no se considera normal. "Profundizar en esto para luego elaborar o establecer el tratamiento en el que se involucra a los padres. Siempre hay algo detrás, algún tipo de conflicto que lo mantiene con ansiedad y temores", explicó Emiliani.
La Sociedad Española de Odontopediatría considera que llevarse el pulgar a la boca es más peligroso que el chupete, por el riesgo de infección que conlleva chupar un elemento que está en contacto permanente con agentes contaminantes. Además de este peligro, los perjuicios más notables de succionar un dedo se producen cuando el hábito se prolonga en el tiempo y se mantiene más allá de los 3 o 4 años. Estudios apuntan que el 12.5% de los menores de 3 y 5 años se chupan el dedo. Y que en un 9% de los casos puede persistir hasta los 12 años.
Consecuencias
Este hábito puede originar complicaciones, por lo que es necesario corregirlo a tiempo. La pediatra María Teresa Romero comentó cuáles son los principales trastornos que afectan:
Deformación del paladar: debido al empuje en dirección ascendente que produce la succión del dedo, el paladar modifica su forma haciéndose cada vez más convexo.
Alteraciones del lenguaje: debido a la modificación de los dientes, lengua y paladar ?elementos que intervienen en la fonación? la pronunciación de determinados fonemas puede verse afectada dando lugar a dislalias. También puede ser posible el ceceo y el seseo.
Maloclusión dental: mordida abierta por la falta de contacto entre los dientes incisivos superiores e inferiores al morder.
Envenenamiento accidental: los niños que se chupan dedo se encuentran en mayor riesgo de ingerir sustancias tóxicas.
Cambio de orientación de las arcadas dentarias: la parte superior se mueve hacia adelante y la inferior hacia atrás.
A nivel psicológico: por ser visto como una conducta inapropiada socialmente, estos niños pueden ser víctimas de críticas, burlas o castigos por parte de sus maestros.
Cuando el problema persiste más allá de los 5 años, es recomendable consultar con el pediatra o psicólogo infantil, que considerarán derivarlo al logopeda y al odontopediatra si la situación lo requiere.