El precio de la virginidad

LA CASTIDAD puede ser un precio oneroso para cualquier mujer, pero puede ser más alto para algunas musulmanas que, forzadas a mentir, se someten a operaciones quirúrgicas para llegar vírgenes al matrimonio.

La reparación del himen y otros recursos para recuperar la virginidad son practicados en Estados Unidos, Francia y otras naciones de Europa, donde las jóvenes musulmanas gozan de cierta libertad, pero aún deben respetar rígidos códigos de honor familiar.

Opciones como esas las han salvado del desprecio o de consecuencias peores.

Incluso, han enfrentado las críticas de los sectores más liberales de Francia y del resto de Europa, donde muchos consideran esa situación como un ataque a los derechos humanos.

Tales procedimientos son legales, pero se hacen discretamente.

Es información "que normalmente circula a través de canales no oficiales", vía amigos o Internet, comenta el doctor Nathan Wrobel, y agrega que "hay circuitos que conectan a las mujeres conmigo"".

Wrobel integra un número desconocido de ginecólogos en Francia dedicados a reparar hímenes, la membrana de la vagina que normalmente se rompe durante el primer acto sexual.

Es uno de los pocos que habla públicamente de ello.

Según él, las mujeres van a su consultorio convencidas de que el procedimiento de alguna manera revertirá lo irreversible.

Ellas me dicen, "Voy a ser virgen otra vez.

usted me convertirá en una virgen".

Lo cual es totalmente falso.

Es un secreto que compartimos"".

Otros doctores prescriben certificados falsos de virginidad u ofrecen trucos como derramar un frasco de sangre en las sábanas para hacer creer a los parientes que la novia ha aprobado el examen de doncellez.

A través de la historia, la virginidad ha sido mitificada por culturas y religiones, y los médicos destacan que, hasta hace unas pocas generaciones, las señoritas europeas también debían probar su castidad ante el altar.

La Francia contemporánea, con la mayor población islámica de Europa occidental -estimada en 5 millones-, plantea el reto de cómo evitar las barreras culturales que se generan por el uso del chador en las escuelas hasta la segregación sexual en las piscinas.

En el 2005, un informe del gobierno reconoció los choques culturales en los hospitales.

Un año antes se prohibió el uso de chadores en las aulas y se pidió a los médicos que se negaran a expedir certificados falsos, haciendo una sutil mención al tema de la virginidad.

Isabelle Levy, autora del libro "Religión en el hospital"", cuestiona tanto los certificados como las operaciones de himen, acentuando que los engaños "incrementan el sufrimiento moral"".

En el islamismo, la virginidad está asociada con pureza y honor familiar, dice Dalil Boubakeur, líder de la Mezquita de París.

Boubakeur destaca que por tradición las vírgenes se encuentran dentro de los placeres del paraíso.

Sin embargo, este médico y musulmán moderado destaca que el Corán no exige la virginidad prematrimonial, y dice estar personalmente en contra de los engaños.

Prefiere en cambio que las parejas sean asesoradas para que confíen el uno en el otro.

No se sabe con exactitud cuántos médicos en Francia y en Europa en general ayudan a mujeres musulmanas a simular virginidad.

En Alemania se ha incrementado la solicitud de certificados de virginidad entre los inmigrantes turcos islamitas, destaca Serap Cileli, sobreviviente de una boda forzada y ahora dedicada a ayudar a víctimas.

Es fácil encontrar médicos alemanes que reconstruyan hímenes, según Sibylle Schreiber, quien trabaja con un grupo pro derechos de la mujer en Tuebingen.

`”Pero es un tema tabú que sólo se discute entre amigos muy cercanos"".

En Internet, la desesperación es palpable.

`”Si sabes de alguien que pueda ayudarme, nunca te agradeceré lo suficiente"", escribió una mujer que se identificó como Lubna, quien busca ayuda para recuperar su virginidad.

Wrobel, profesor de la Universidad de París, dice que en su clínica no identificada, ubicada en los suburbios de París, se realizan mensualmente entre siete y ocho reconstrucciones de himen.

Es una operación de 20 a 30 minutos que requiere anestesia general, y que él relaciona con la cirugía plástica.

El precio de 500 dólares por intervención es alto para mujeres jóvenes de familias pobres, posiblemente desempleadas.

En internet, un doctor alemán ofrece el servicio por 1,250 dólares.

Al norte de París, zona típica de musulmanes, la Dra.

Emmanuelle Piet asegura que ha prescrito media docena de certificados de virginidad por año, en las últimas tres décadas, en la clínica de planificación familiar que dirige.

En vez de reconstrucción del himen, sugiere medidas menos dramáticas, como el derrame de sangre en las sábanas la noche de bodas.

“Es fácil parecer una virgen"", afirma.

Es un engaño, pero “es una manera de ayudar a las jóvenes"", agrega Piet, veterana defensora de los derechos de la mujeres.

“Ellas están atrapadas en realidades terribles"".

En Saint Denis, suburbio al norte parisino, una mujer musulmana recordó que a los 12 años fue obligada a buscar un certificado de virginidad después que su madre la sorprendió con un amigo.

A pesar de que entre ellos no sucedió nada, la madre la golpeó, recuerda la mujer en condición anónima.

A los 19 años ya la joven había perdido su virginidad y reparado su himen antes de casarse con un hombre que exigía castidad.

“Quería irme de mi casa.

Tomé el primer (hombre) que llegó"", afirma hoy la mujer.

El matrimonio sólo duró un lustro.

Hoy la ciencia les permite volver el tiempo atrás en muchos aspectos, hasta da la posibilidad de recuperar su virginidad.

Existe un procedimiento capaz de volver a unir el himen y recuperar así el estado previo al debut sexual.

Esta intervención se está volviendo furor en los Estados Unidos.

Si bien no hay cifras específicas, los cirujanos aseguran que se trata de la operación que más crecimiento está teniendo en el mercado.

Este tipo de intervención cuesta unos 1,800 dólares en el centro Ridgewood Health and Beauty Center, en la ciudad de Nueva York.

Este spa pertenece a la cubana Esmeralda Vanegas, pero las operaciones son realizadas por cinco cirujanos.

Luis Plama, un argentino miembro de este centro de belleza, asegura que realiza alrededor de cinco intervenciones por mes, el doble que hace cinco años.

Venegas explica que por lo general las mujeres se someten a estas cirugías para no decepcionar a sus familias si se descubre que no son vírgenes en la noche de bodas.

Muchos son inmigrantes latinos que consideran que "perder su virginidad es como perder a un amigo".

Dr.

Marco Pelosi II, un obstetra y ginecólogo en Bayonne, Nueva Jork, práctica este procedimiento desde 1975.

Asegura que las mujeres buscan mejorar sus vidas sexuales recuperando su himen y haciendo una operación para "apretar" las vaginas.

La recuperación del himen requiere anestesia local y ninguna hospitalización.

En busca de conocer sobre el tema conversamos con un ginecológo obstectra quienes nos comentó no tener conocimiento que en Panamá se este realizando la cirugía.

El himen es una capa delgada de tejido que oculta parcialmente el orificio vaginal de algunas chicas y mujeres.

Al himen también se lo llama la "cereza" de las chicas.

La presencia o ausencia del himen no indica el estado virginal de una muchacha.

El himen de algunas mujeres se rasga en más de una ocasión.

Hay incluso algunos hímenes que son suficientemente elásticos para permitir a un pene entrar sin rasgarse, o hacerlo sólo parcialmente.

Esto normalmente sólo es verdad si la dilatación ocurre primero muy gradualmente con los dedos u otros objetos.