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Acusan a abogados de Pérez B.
Argentina/ - Publicado:
El contralor de la República, Alvin Weeden, presentó ayer ante el magistrado José Troyano, un informe de conducta relacionado con el Amparo de Garantías Constitucionales presentado por los abogados del ex presidente Ernesto Pérez Balladares en torno al caso PEEC y admitido por la Corte Suprema de Justicia.En el documento Weeden explicó que en una diligencia realizada por la Dirección General de Auditoría, se tenía como propósito determinar la vinculación que podía tener el ex presidente Pérez Balladares, con la operación de manejo, relacionada con la celebración del contrato y ejecución del permiso de concesión entre la antigua Autoridad Portuaria Nacional y la empresa Ports Engineering and Consultants Corp.(PEEC), concesión que se formalizó durante su periodo presidencial.En su explicación aseguró que a Pérez Balladares, se le investigó por haber recibido dividendos de la empresa PEEC, acreditándose que es accionista en el orden de 7.5% del total accionario de esta empresa y su plena vinculación con la empresa Fonte Investment LTD, accionista de PEEC.Weeden señaló al magistrado sustanciador del caso José Troyano, que los abogados de Pérez Balladares, la firma Infante Garrido & Garrido, pretenden confundir a los magistrados de la Corte al fijar una norma donde se debate la responsabilidad patrimonial del sujeto investigado por la Contraloría, la cual es propia del proceso jurisdiccional de cuentas y que compete aplicarla a los magistrados de la Dirección de Responsabilidad Patrimonial."La persona detrás de la sotana era muy despectiva", se indicaba en uno de los puntos del expediente.Estas palabras las pronunció Manjarrez en una de sus tantas declaraciones desde el 22 de mayo de 2002, cuando acudió por primera vez a una de estas diligencias."Cuando regresé a la Iglesia Guadalupe (lugar donde ocurrió el asesinato) tuve miedo de confesar porque la gente que estaba allí me iba a querer linchar", añade.Manjarrez, nacido en la ciudad de Colón en 1969, describió a un sacerdote de trato hostil, al menos con él, un "hombre que era tratable sólo con los de nivel socioeconómico alto".Más adelante le tocaría el turno.Médicos y psicólogos coincidieron en su momento en que el asesino confeso "exagera sus necesidades de que le demuestren afecto, se conduce de manera errática, presenta complejos por su color de piel y su comportamiento es excéntrico".No obstante, a pesar de los descargos, Marco Antonio estaba en lo suyo: "café" y miró a su hermana sentada junto a su concuñada en la primera fila a mano izquierda en la sala.A su pedido recibió un vaso de agua de la jarra que se encontraba en la mesa de la defensa a cargo del abogado Rafael Rodríguez.Manjarrez fue abusado sexualmente a los 5 años por un vecino, cuando vivían en Colón.Su madre manifestó desconocerlo, consta en uno de los tomos de cerca de nueve que deben ser leídos durante el proceso.Años después la experiencia se repitió, ahora en manos de un hermano con el que dijo no llevarse bien.Lo intentó por tercera vez."Me molesta mucho la garganta, me duele", dijo a la abogada en tono moderado.Fue ese el único instante, luego de lo ocurrido a tempranas horas cuando lloró desconsolado, que se alteró.Finalmente fue atendido.Agua tibia, pues después de dos horas y media de audiencia era poco probable que estuviera fría.No insistió y decidió meditar.Con un gesto de desconsuelo llevó nuevamente sus manos al rostro, agachó la cabeza y volvió a cerrar los ojos.