Ambientalistas arruinan proyecto que rescataría la población del ‘perezoso’

R.

Berrocal / I.

Rodríguez (nacion@epasa.

com) / I.

Rodríguez 30 perezosos pigmeos fueron contabilizados en Isla Escudo de Veraguas, en Bocas del Toro.

5 científicos e investigadores estadounidenses realizaron el trabajo en campo.

Seis años de estudios sobre la población del conocido “mono perezoso pigmeo” (bradypus pygmaeus, por su nombre científico), una especie animal en estado crítico de extinción, fueron echados a perder por un grupo de ambientalistas que interrumpió una de las etapas cruciales del programa.

Incluso los científicos e investigadores estadounidenses reportaron que los ambientalistas panameños pusieron en peligro sus vidas, a pesar de haber presentado todos los permisos y acuerdos firmados, y los obligaron a suspender un proyecto que lleva seis años en ejecución.

Los activistas se presentaron como representantes de la fundación Promar, mientras que en la ciudad capital, Raisa Banfield, presidenta de la fundación Panamá Sostenible, respaldaba las acciones contra los científicos e investigadores estadounidenses.

Se trataba de un trabajo realizado y financiado por el The Dallas World Aquarium con el objetivo de reproducir en cautiverio la especie y sacarla del estatus crítico de desaparición en Panamá, tal y como ya se ha hecho con otras especies como el águila harpía.

El proyecto estaba respaldado por un acuerdo de cooperación firmado en 2007 con la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), en aquel entonces bajo la responsabilidad de Ligia Castro en la administración de Martín Torrijos.

Los científicos e investigadores de The Dallas World Aquarium realizaron este año un censo y monitoreo sobre la población de los perezosos pigmeos en Isla Escudo de Veraguas, en Bocas del Toro, y lograron contabilizar alrededor de 30 animales de esta especie cuya alimentación depende principalmente de las hojas de mangle rojo.

The Dallas World Aquarium no solo se conformó con la autorización de Anam, sino que también buscó la aprobación del alcalde de Kusapín.

Este último acuerdo incluyó el pago de cinco guardabosques para controlar la tala de mangle y la cacería ilegal en la isla.

También se repartieron estufas de gas para reducir la dependencia de la leña de mangle y se aportaron fondos a la asociación de pescadores, entre otras medidas de cooperación de The Dallas World Aquarium .

Pero el proyecto tuvo revés el pasado 9 de septiembre cuando un grupo de 20 personas identificadas como parte de la fundación Promar interrumpieron el programa e hicieron que The Dallas World Aquarium abandonara del todo el proyecto que buscaba rescatar la población del perezoso pigmeo.

Todo quedó registrado en la carta que envió Luis Sigler a la directora de áreas naturales y vida silvestre de Anam, Ibelice Añino, que suspendió el programa de reproducción en cautiverio de esta especie el pasado 11 de septiembre.

De acuerdo con el informe, el programa había tenido un atraso porque los científicos estadounidenses decidieron extender el estudio de la alimentación del perezoso pigmeo por un tiempo más largo, para evitar problemas de adaptación fuera de su hábitat natural.

No fue hasta el pasado 9 de septiembre cuando el personal de The Dallas Word Aquarium programó el traslado, en un jet particular, de seis especies a Dallas, Estados Unidos, desde el aeropuerto de isla Colón, en Bocas del Toro, (tres hembras y tres machos) para ejecutar el programa de reproducción en cautiverio.

Todo respaldado con los permisos de colecta científicos, el permiso de exportación expedido por Anam y el certificado de salud internacional.

Sigler contó en su carta que Ángel González, de la fundación Promar, se introdujo a las oficinas de cuarentena animal en el aeropuerto y advirtió que no dejaría sacar a los animales, además que denunciaba un supuesto soborno a funcionarios.

Sigler dijo que pudo mostrar todos los documentos y permisos que se requieren para estos trabajos científicos, pero el ambientalista no los tomó en consideración.

Incluso la Anam reiteró que los documentos estaban sustentados y que los científicos podían continuar con su misión.

Incluso Sigler reportó que después de haber demostrado que tenían toda la documentación en regla, la policía del lugar les recomendó dejar a los animales para evitar problemas con los 20 ambientalistas.

Tras ello, el científico reportó a sus jefes en Dallas que corría peligro en el lugar y este recibió la orden de suspender el proyecto que buscaba sacar al perezoso pigmeo de la categoría de especie en alto riesgo de extinción.