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Célebre bahía de Brasil dominada por contaminación
MEREDITH SERRACIN - Publicado:
En vísperas del célebre carnaval carioca, las famosas playas de la vistosa bahía de Río ya pululan gente local y visitantes gozando del sol.Pero son contadas las personas que se atreven entrar al agua.Al igual que la Bahía de Panamá, las aguas están tan contaminadas de aguas negras, a tal grado que las autoridades sanitarias periódicamente decretan una "alarma roja" para prevenir a los bañistas no entrar al mar.Pero el problema va más allá.Mario Gibson Barbossa, un ex ministro de Relaciones Exteriores, ocupa un lujoso departamento en un moderno edificio en la avenida costanera frente a la playa de Leblon, una continuación de las playas de Copacabana e Ipanema, similar en su locación al Hotel Miramar frente a la Bahía de Panamá."Estoy pagando un dineral en impuestos para un departamento que pareciera que flota sobre un alcantarillado apestoso", declara irritado a un visitante, expresando resentimiento muy generalizado entre los que habitan las grandes casas de departamentos que lindan con el mar.Otro respetado ciudadano, el diplomático retirado, embajador Carlos Yacintho de Barros, culpa al gobernador de Río de Janeiro, Garotinho, abanderado del partido Trabalhista de izquierda."Y pensar que ese señor se proclamó defensor del medio ambiente", exclama indignado."El problema es que a estas alturas nuestra ciudad está perdiendo su estilo de vida, su educación, su cultura".Muchos se preguntan si los gobiernos se mueven sólo después de que se haya desatado una catástrofe ecológica como acaba de ocurrir en el Río Danubio, donde toda Europa Central ha quedado aterrada por el derrame de cianuro procedente de una mina de oro de Rumania, que amenaza con afectar la vida animal por varios decenios.La mancha de cianuro mide 50 kilómetros y viaja a 5 kilómetros por hora contaminando, a su paso, ríos en Hungría y Yugoslavia además de Rumania.Por su parte la empresa australiana Esmeralda Exploration de Prth, copropietaria de la mina en Rumania, negó cualquier responsabilidad en la catástrofe tras acusar a la prensa de "magnificar un incidente menor".