Ghetto despide a Danger Man
- Massiel Arosemena
Durante las exequias se registró una pelea de mujeres y se escucharon varias detonaciones.
En medio de peleas, robos y del humo de la marihuana se llevaron a cabo ayer las honras fúnebres del cantante de reggae, Alonso Blackwood, conocido como "Danger Man".
El caos se apoderó de la Iglesia Adventista de Carrasquilla y después del Jardín de Paz. Los miles de seguidores del reguesero hicieron caso omiso al llamado de paz y orden que hicieron la familia y amigos cercanos del artista.
La madre se desmayó, amigos cercanos se retiraron molestos del cementerio, tal fue el caso del cantante Japanesse, quien visiblemente malhumorado expresó que todo fue un desorden.
"Ni siquiera dejaron que la madre del Danger Man se acercara al féretro de su hijo", dijo.
Eran las 4:00 p.m., cuando el ataúd que llevaba al cantante se acercaba al lugar donde reposa, y sus fanáticos entraron en conmoción, todos querían tocarlo.
Algunos se peleaban para subir sobre la tierra que cubriría el féretro y por momentos empezaban a correr sin razón.
Durante la romería se escucharon tres detonaciones, y algunos afirmaron que es la manera en que se despide a un miembro del "Ghetto".
Desorden.
La carpa verde que esperaba los restos mortales de Danger Man, donde estaba ubicada la excavación donde fue depositado ayer, fue derribada por los fanáticos que se colgaban de las barandas para divisar mejor.
Conductas inexplicables, peleas entre mujeres y tiros al aire, asustaron a las personas que en paz acudieron a darle el último adiós al cantante.
El llamado de prudencia que reiteró el pastor Francisco Hines, quien ofició la ceremonia en la Iglesia Adventista de Carrasquilla no fue escuchado, al contrario, los asistentes con licor en mano y sus cigarros de marihuana coreaban animosos las canciones del difunto.
La canción "Para mis soldados" no dejó de sonar a lo largo de la romería y en el sepelio, pues vehículos particulares equipados con bocinas repetían este éxito, que ha sido interpretado por muchos como una despedida a Danger Man.
Estas exequias simularon una gran fiesta, en donde la gente aprovechó para saltar y bailar mientras caminaban aferrados al ataúd que portaba el cuerpo del reguesero.
El cortejo fúnebre demoró un poco, por lo que algunos admiradores decidieron adelantarse al cementerio.
El ataúd fue paseado por diversas calles desde Carrasquilla hasta el Jardín de Paz, en Santa Elena. Detrás iba una cola de autos donde sonaban sus canciones.
Cerca de cinco horas demoraron las exequias del artista, que se hallaba vestido de negro y con una gorra de medio lado, dentro de un féretro de mármol.
Al llegar al cementerio la multitud se alteró al ver de cerca el féretro y a gritos solicitaban a sus amigos cercanos, quienes iban en la capota de la carroza, que lo bajaran para ellos cargarlo en sus hombros.
Negocio.
Nunca faltan los que sacan provecho de las situaciones, por lo que en el Jardín de Paz se observaron vendedores ambulantes que ofrecían fotos del cantante, suéteres, llaveros y flores blancas.
Bernardo, uno de los buhoneros, afirmó que pese a que llegó a la 1:00 p.m. a vender, la mercancía fue liquidada rápidamente, pues todos querían llevarse un recuerdo del artista, que según ellos vivirá en sus corazones.
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