node
Chile celebra que los 33 mineros están en libertad
El jefe del Gobierno español - Publicado:
Luis Urzúa, el capataz que decidió ser el último en abandonar la minaEl topógrafo chileno Luis Urzúa Iribarren, de 54 años y capataz en el yacimiento San José, consiguió hoy que se cumpliera su deseo de ser el último minero en abandonar el refugio donde 33 obreros pasaron 70 días esperando un rescate que para muchos se antojaba milagroso.Elegido por sus compañeros como el líder natural en medio de la tragedia ocasionada por el derrumbe que el 5 de agosto los sepultó a 700 metros, a Urzúa le aguarda ahora una fama que nunca buscó.Su condición de líder le valió ser escogido como el último de los 33 que abandonó la mina, con lo que pasó a ser en la historia el ser humano que más tiempo ha permanecido en esas condiciones.Un récord para el libro de Guinness en el que seguramente nunca pensó, sino sólo en el bienestar de sus compañeros."Él siempre ha sido líder, por eso creíamos que sino era el primero, sería el último", dijo a los periodistas su primo Orlando Rivera Iribarren, que al igual que los demás parientes de Urzúa había evitado hasta ahora a la prensa."Es muy emotivo.Entregará el turno al presidente (Sebastián Piñera).Él fue el que dirigió a los mineros dándoles valor", agregó José Astorga, otro primo."Saber que (Luis) sería el último fue una alegría, nosotros teníamos la ilusión de que saldría al último, porque es el jefe del turno", indicó Juan Carlos, uno de los hermanos del topógrafo.Todos destacan que Urzúa es un líder innato y que siempre se ha preocupado mucho por su gente.Llegado hace pocos meses a la mina, este jefe de turno nacido en la desértica ciudad de Vallenar, impuso disciplina en el grupo, racionó la comida, distribuyó tareas y organizó turnos.Las autoridades y equipos de rescate reconocen que todas estas decisiones fueron vitales para la supervivencia de los 33 mineros, sobre todo en los primeros días, cuando la incertidumbre era el sentimiento predominante entre los trabajadores atrapados.Urzúa, quien perdió a su padre cuando aún era niño y debió convertirse en cabeza de familia y encargarse de seis hermanos menores, encabezó, además, los intentos de los propios mineros para encontrar una salida tras el accidente.Cuando estos intentos fracasaron, Luis dio esperanza a sus compañeros basándose en su experiencia en situaciones parecidas, ya que antes le había tocado vivir otros accidentes mineros.En enero de 2006 estuvo en el incendio de la mina Carola, también en el norte de Chile, donde después de la explosión de un camión murieron tres trabajadores.En la profundidad de la mina San José, Urzúa impuso en los primeros 17 días de encierro una rutina alimentaria que se repetía cada 48 horas: los mineros ingerían dos trozos de jurel en lata y media taza de leche.También racionó los paquetes de galletas y duraznos (melocotones) en conserva que había en el refugio.El 23 de agosto, un día después de que se supiera que los 33 estaban vivos, Urzúa fue quien respondió la primera llamada telefónica del ministro de Minería, Laurence Golborne: "Estamos bien, esperando que usted nos rescate", le dijo.Al día siguiente respondió una llamada del presidente Sebastián Piñera: "Bajo un mar de rocas, estamos esperando que todo Chile haga fuerza para que nos puedan sacar de este infierno", le comentó al mandatario.Las dotes de liderazgo de Luis Urzúa han sido destacados hasta por los expertos estadounidenses de la NASA que llegaron a la mina para asesorar a los encargados del rescate en técnicas de supervivencia.En otra ocasión, este topógrafo, también fanático del fútbol y organizador de "pichangas" (partidos informales), le dijo al sicólogo Roberto Iturra que redujera el tiempo de las entrevistas con los mineros "porque aquí abajo tenemos mucho trabajo que hacer".Su madre, Nelly Iribarren, está "muy feliz" con el próximo rescate y lo observa como un nuevo nacimiento de su hijo."Claro que ahora no seré yo, sino la Madre Tierra", comentó.