Brandao, de villano a héroe
- Roberto Acuña
Evaeverson Lemos da Silva Brandao ha conocido momentos duros en Marsella y otros felices, ha recibido aplausos y abucheos, críticas y alabanzas. El tanto logrado anoche en el Giuseppe Meazza de Milán que prolonga la aventura europea del Olympique en la Liga de Campeones le eleva a la categoría de héroe pocos meses después de haber sido tratado de villano.
Brandao marcó en el minuto 92 de un encuentro que se dirigía hacia la prórroga. Los franceses habían aguantado 75 minutos con su portería a cero, lo que hacía bueno el tanto que en el descuento del partido de ida había marcado Ayew.
Pero Milito igualó la eliminatoria y los marselleses comenzaban a dar signos de fatiga, de que no aguantarían otra media hora suplementaria achicando agua en su área.
En el banquillo, al técnico francés, Didier Deschamps, le quedaba poco combustible. Apenas ese delantero desgarbado, algo tosco y potente que llegó al club por primera vez en 2009 y que regresó este invierno tras casi un año de exilio forzado en su Brasil natal.
"Coach, ponme que voy a marcar", le dijo a su técnico, según narró el propio Deschamps.
Corría el minuto 88 del partido y al entrenador francés, que como jugador de la Juventus de Turín nunca había caído en San Siro, apostó por la intuición del atacante.
Cinco minutos necesitó para marcar el tanto que evitaba la prórroga y enviaba al Olympique de Marsella directo al limbo donde sólo tienen derecho de entrada los ocho mejores del continente.
El gol no entrará en la galería de los más bonitos. Un despeje largo del portero Mandanda atravesó el campo, golpeó en la espalda de Brandao y, de forma azarosa, engañó a su compatriota Lucio. Luego, sin pensarlo, disparó con la izquierda y batió al también brasileño Julio César.
"Ni siquiera miré el balón, sólo tiré", aseguró el futbolista que descartó la genialidad y se excusó: "Ha sido suerte".
Fue la apoteosis de un jugador controvertido, un tanto a la imagen de un futbolista construido a partir de los excesos, un superviviente que ha tenido que remontar situaciones complicadas.
La prensa francesa encumbra al jugador con elogios tan elevados como profundas fueron sus críticas en el pasado.
Brandao conoció la gloria en el mismo estadio en el que hace más de dos año miró de frente al infierno.
En la misma portería de San Siro, el brasileño estrelló en el larguero del Milan un disparo a cuatro metros del área, un gol cantado que no subió al marcador, lo que le valió la crítica de los periodistas.
El Olympique de Marsella quedó apeado de los octavos de final de la Liga de Campeones y Brandao fue el cabeza de turco.
Su rendimiento no fue mucho mejor en los siguientes encuentros y el brasileño se acostumbró a la animadversión del público marsellés.
Tocó fondo en marzo pasado cuando una joven francesa le acusó de violación y fue procesado por la justicia gala.
Incapaz de aguantar la presión del fútbol y la de la justicia, el futbolista pidió abandonar Francia y regresar a Brasil.
Cedido al Gremio en un primer momento y al Cruzeiro más adelante, el jugador recuperó el placer del fútbol.
En invierno, falto de dinero para hacer grandes fichajes, el Marsella le repescó como único refuerzo.
Regresó para salvar al equipo que se agarra a la Liga de Campeones como tabla de salvación de toda una temporada.
Luis Miguel Pascual
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.