editorial.
¡Bochornoso!
Lo que sucedió ayer en la Asamblea Nacional no tiene ninguna justificación. Diputados y dirigentes polÃticos impulsando actos violentos en nombre de la democracia.
Lo que sucedió ayer en la Asamblea Nacional no tiene ninguna justificación. Diputados y dirigentes polÃticos impulsando actos violentos en nombre de la democracia.
Han perdido la cordura y ponen en juego la estabilidad del paÃs. Una cosa es defender el derecho a expresarse y disentir sobre propuestas estatales, y otra muy diferente es calentar el ambiente al punto de llevar a las personas al enfrentamiento.
En las gradas se veÃa cómo âlÃderesâ opositores, sin ninguna vergüenza, pedÃan a sus seguidores interrumpir la sesión del Pleno. En las afueras de la Asamblea, también habÃa otros polÃticos, que durante dos años formaron parte del Gobierno, generando un clima de conflicto.
La situación llegó a tal descontrol, que altos directivos de la juventud del Partido Revolucionario Democrático se metieron a la fuerza al Pleno y lanzaron insultos contra algunos diputados.
Los aspirantes presidenciales de oposición llegaron para hacer campaña polÃtica en medio del caos. Ninguno pedÃa tolerancia o diálogo, por lo contrario, se dedicaron a amenazar y polemizar sobre los temas.
Todos querÃan protagonismo y se vendÃan como la mejor opción para el 2014. Un espectáculo deprimente.
Pareciera que algunos grupos opositores buscan, precisamente, esta clase de clima. No les están haciendo daño a sus oponentes polÃticos, sino a todo un paÃs.
Es momento de dejar la demagogia y pensar más en Panamá. Los intereses polÃticos partidistas no pueden estar por encima del beneficio común.
Los opositores no son los únicos dueños de la democracia. No decidan y opinen por el resto de los panameños.
Si quieren representar al pueblo, mejor esperen el 2014 y obtengan ese derecho. La violencia no resuelve nada.
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