Oportunidad
Aprehender, aprender
- Jaime Figueroa Navarro (Líder empresarial)
Tomo empeñados estos dos verbos de mi caro tocayo —oriundo de Mérida y Malcocinado, España—, don Jaime Ruiz Peña, compañero orador en el I Congreso de Pastoral
Tomo empeñados estos dos verbos de mi caro tocayo —oriundo de Mérida y Malcocinado, España—, don Jaime Ruiz Peña...
Tomo empeñados estos dos verbos de mi caro tocayo —oriundo de Mérida y Malcocinado, España—, don Jaime Ruiz Peña, compañero orador en el I Congreso de Pastoral de Turismo celebrado esta semana en la Escuela de Posgrado de la Usma, el cual contó con la entusiasta y nutrida presencia de cientos de curiosos y emblemáticos estudiosos de la industria sin chimeneas. Logramos, en efecto, utilizar estos dos hermosos verbos para aprehender sus corazones y lograr el deseado efecto de calcar en sus cerebros un profundo sentimiento de patria.
No solo se trata de aprender de sitios y situaciones, sino de enseñar a amar lo nuestro, a sentir el orgullo de la panameñidad, a sentirnos apasionados por ser los afortunados hijos de esta divina tierra, eliminando todo vestigio de absurdos complejos de inferioridad.
¡Ya no hay que ir a Disney para ver una de las maravillas del mundo! ¡Simplemente no se pueden perder Panamarama!
Se abre una oportunidad única en nuestra historia. La Iglesia lo tiene claro: El encauce debe estar con los estudiantes universitarios del ramo, futuros líderes, savia de la nación, sapientes del tema. La Autoridad de Turismo sabe que no puede desaprovechar esta ventana de oportunidad. En otros países como México y Ecuador al no ir de la mano de la Iglesia, por mucho dinero que se dispense, el esfuerzo resulta casi vano.
Al tomar la palabra, expresé la necesidad del cambio del currículo de la carrera y transmití de ojo a ojo al rector magnífico Voloj Pereira —entre otros de sus colegas— que debemos crear cuadros de profesionales plurilingües de verdad, que dominen la lengua de Shakespeare a la perfección para poder entablar pulcros diálogos con los pasajeros que descienden en Tocumen de los vuelos de Air France y TAP de Portugal. Allí aproveché para esculpir en la materia ósea de los estudiantes que el manejo de idiomas no es un relajo, sino más bien un multiplicador de ingresos, a través de sus vidas. En lugar de repasar pueriles novelas en televisión durante sus ratos de ocio, deberían escuchar los programas de RAI, CNN, TV France 24 y otros programas que los asistan en la captación y desenvoltura de los idiomas.
Comparto con ustedes la pincelada del turista Jaime Ruiz Peña al visitar el recién abierto Biomuseo el pasado domingo: lo primero que impacta al exterior es la luminosidad de colores y formas que son una metáfora de lo que es el país, eclosión de vida, que de pronto al entrar se transforma en la sosegada sombra de un bohío metálico. Luego como cueva de Altamira del conocimiento de la biodiversidad, te vas deleitando por las pinturas y palabras esculpidas en sus paredes para engullir didácticamente el potentísimo mensaje de que el Homo sapiens no existiría sin el surgimiento de Panamá. ¡Ya no hay que ir a Disney para ver una de las maravillas del mundo! ¡Simplemente no se pueden perder Panamarama! ¿Qué será? En vez de dudar, acuda usted sin demora para que no le echen cuentos.
El doctor Feliciano Correa, catedrático de la Universidad de la Rábida y cronista oficial de Jerez de los Caballeros, pueblo natal del descubridor del Mar del Sur en Extremadura, España, nos regaló una ponencia magistral sobre la importancia del turismo cultural y humanitario para el desarrollo de las comunidades. Nos dice el catedrático que Panamá cuenta con un inventario impresionante de sitios, portentosas joyas de la historia, que bien pudiese explotar para la optimización de un turismo que, a gritos, pide intimar con su pasado. Para ponerle el postre al banquete, nos presenta su última obra “Balboa, la fantástica historia de un Hidalgo Español” que nos narra el hallazgo del océano Pacífico, que trae consigo la gran revolución, tanto en el ámbito científico de cartógrafos y cosmógrafos, como en el de los humanistas, juristas y teólogos al hallar en aquellos espacios lejanos gente desconocida. Interesante desvelo que nos pinta un pincelazo de la historia y resalta la importancia del Istmo en el quehacer del comercio mundial cuatro siglos antes de la apertura de su Canal, obra que por su contenido se convierte en lectura obligada de todos los eruditos panameños.
Y así vivimos cuatro jornadas repletas de conocimientos que sirvieron para remojar generosamente las tiernas esponjas del intelecto de estudiantes universitarios y rellenar el cofre del turismo nacional con planes de acción puntuales, cerrando ayer con una extraordinaria misa concelebrada en el histórico fuerte de San Lorenzo ubicado en el Caribe tropical colonense, rodeado de magnánimo verdor y azuladas mariposas, en la frondosa desembocadura del río Chagres. Como quien dice, turismo del bueno de verdad, con el imponente reto de resultados y nutridos aplausos en esta corrida en la que los protagonistas se hicieron acreedores a la oreja, el rabo y la pata del bravo bovino por su guapísimo toreo y excelso amor a la patria.

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