Atlanta, algo más que una ciudad para visitar

Por razones de capacitación, viajé a Atlanta para conocer la operación de una empresa que fabrica tapetes, la cual cuenta con una planta por demás extraordinaria, donde más de 300 empleados de 32 nacionalidades hacen las veces de un engrane para que la secuencia de producción sea por demás armónica. Gente de Bulgaria, Noruega, Vietnam, India, Croacia, Holanda, República Dominicana, México, Colombia, Israel y Chile por mencionar solo algunas, aquí la comunicación no es un problema, pese a tener diferentes idiomas y culturas, la sincronización roza en la perfección, con lo que se logra una producción cronometrada al más alto nivel.

Nicolás está a cargo de la planta de producción, un chileno orgulloso de su origen latino tiene la responsabilidad de que este "reloj suizo" funcione con los más altos niveles de calidad y productividad, una de las razones de su éxito es el haber implementado programas de incentivos entre los colaboradores basados en la productividad efectiva, creando unidades de negocio independiente en cada una de las diferentes áreas de la planta.

Desde la llegada de los materiales, su selección, el control de calidad y su distribución dentro de la planta, todos los procesos son medidos y su efectividad es controlada por cada uno de los jefes de sección, convirtiéndolos en "propietarios" de su línea de producción, quienes verifican que sus equipos mantengan el ritmo y generación de productos.

Por supuesto que la tecnología los acompaña de forma integral, la robotización es parte de cada una de las unidades de negocio, la cual cumple varios papeles dentro de la productividad, incluyendo la preparación del material, base del 90% de los tapetes, y este es el famoso caucho. Este material es sin lugar a dudas el de mayor existencia dentro de la planta, su transformación es digna de admirar debido a la gran variedad de productos que de él se pueden generar para ser aprovechado de forma casi natural después de un proceso de vulcanización, como es el caso de los tapetes que tenemos dentro de nuestros autos o aquellos que se encuentran en entradas de fábricas o zonas industriales.

Ahí conocí también cómo se producen los tapetes para supermercados, hoteles, restaurantes, la incorporación de otros elementos como la alfombra al caucho, generan tapetes con más versatilidad que se aprovechan en proyectos residenciales, oficinas, bancos, centros comerciales y muchos otros usos en los que la gente requiere de una zona de transición que le brinde estética a su negocio y seguridad a las personas que por ahí transitan.

El orgullo de cada una de las personas que ahí laboran se ve reflejado principalmente en 3 aspectos que llamaron poderosamente mi atención;

1.- La concentración de los colaboradores en cada una de las áreas es tan alta que los incidentes por inseguridad o accidentes es mínima, incluso por debajo del 1%.

2.- La cadena de productividad "espalda con espalda", pareciera que lo hace la misma persona aun cuando el producto pasa por al menos 10 manos diferentes antes de ser terminado e inspeccionado.

3.- El conocimiento no solo de su área, sino del resto de las secciones de producción de la planta, son colaboradores multifuncionales que en cualquier momento pueden cubrir una plaza en otra sección de la fábrica.

Sin embargo, no todo queda ahí, esta empresa tomó la decisión de construir lo que le llaman "la torre de control", parecido a un esquema de un aeropuerto donde los controladores aéreos monitorean todo lo que pasa en las pistas de aterrizaje, de esta misma forma "La Torre" monitorea la producción del personal, sus robots, la línea de ensamblaje, la línea de producción y la de entrada y salida de materiales y/o productos terminados, lo que lo hace más interesante es que en la torre solo hay un operario, el cual es respaldado por ingenieros que se encuentran revisando los sistemas desde la India donde el de la fábrica es monitoreado 24 horas.

Cabe señalar que, pese a que se trabaja con caucho, algodón, pinturas, cartón y otros materiales, en la fábrica pareciera que todo el producto está terminado, ya que el orden y limpieza en todas las áreas es impresionante, nada, absolutamente nada se desperdicia, el caucho puede ser reciclado cuantas veces sea necesario y el resto de los productos se selecciona de forma tan meticulosa que pudimos observar pruebas de diferentes productos a nivel milimétrico que garantizaban la calidad para que el producto que reciba cada uno de sus clientes sea de excelente calidad. (www.millmats.com)

Si bien es cierto esta es una fábrica con más de 50 años de existencia y con procesos muy avanzados, también es cierto que su razón de existir se la ha dado la gente con la que cuenta en cada una de las áreas de la planta. Los idiomas son parte de un enriquecimiento cultural y no una barrera para no lograr objetivos. Inglés, francés, alemán, holandés, croata, español, mandarín, japonés, son algunos de los que escuchamos, por supuesto todos los que ahí estábamos nos preguntábamos ¿por qué resulta tan fácil el comunicarse aquí y en nuestra tierra donde todos hablamos el mismo idioma muchas veces no funciona igual?

Feliz domingo en familia