¡Cuidado con lo que pides!
Concede pues a tu servidor que sepa juzgar a tu pueblo y pueda distinguir entre el bien y el mal. 1 Reyes 3, 9
- Roquel Iván Cárdenas
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- - Publicado: 08/3/2020 - 12:00 am
Al rey Salomón Dios le hizo una oferta y le dijo que le concedería lo que le pidiera. En Gabaón, el Señor se apareció a Salomón en un sueño, durante la noche. Dios le dijo: "Pídeme lo que quieras" 1 Reyes 3, 5
Deberíamos preguntarnos con honestidad si Dios nos hiciera la misma propuesta hoy día ¿Qué pediríamos? Tal vez, buena salud o una vida larga, mucho dinero o una vida tranquila libre de problemas y dificultades. Bueno, nada de estas cosas son malas y no estaría mal pedirlas. Pero Salomón nos enseñó un camino más excelente. ¿Cuál fue ese camino? Muy sencillo le pidió a Dios la sabiduría y el discernimiento entre el bien y el mal.
Concede pues a tu servidor que sepa juzgar a tu pueblo y pueda distinguir entre el bien y el mal. 1 Reyes 3, 9.
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Y eso le agrado a Dios y le dio no solo sabiduría sino riquezas y gloria, como no tuvo nadie entre los reyes. Es importante que en nosotros crezca el conocimiento y la lucidez para que podamos discernir en toda circunstancia. Dado que el discernimiento es fundamental más en estos días en que vivimos en una dictadura del relativismo. Se propone que cada persona tenga una moral particular en la que lo bueno o lo malo no depende de una verdad objetiva, sino de lo que pienso me resulta útil o funcional.
En el caso que nos ocupa vemos la sabiduría como una compresión profunda y penetrante de lo real que nos lleva a saber hacer o un saber vivir. Un valor universal es el deseo de la felicidad en eso todos estamos de acuerdo, lo que probablemente diferimos es en el modo. En ese momento es cuando la sabiduría es más preciada que el oro y la plata, porque en ocasiones nos podemos confundir, porque hay caminos que nos pueden llevar a éxitos aparentes pero el resultado final es una vida miserable.
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Hay caminos que parecen rectos, pero al final son caminos de muerte. Proverbios 14, 12
El apóstol Santiago nos enseña que si estamos falto de sabiduría se la pidamos a Dios y Él nos la dará con generosidad.
Si alguno de ustedes está falto de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará. Santiago 1,5
Durante este tiempo en particular se insiste mucho en la necesidad de la oración, pero debemos hacerlo con la prudencia de aquel que pide las herramientas necesarias para superar su situación. No buscar atacar los síntomas sino atacar la causa raíz de nuestros problemas y una herramienta privilegiada para ordenar nuestra vida, es la sabiduría. Por eso durante esta cuaresma pidamos sabiduría a Dios y seguro que lo demás nos vendrá por añadidura.
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