Panamá
De terror: Precio de la gasolina y el diesel por las nubes
El Gobierno Nacional ha guardado silencio. Me llama la atención el hecho de que los sectores sindicales o gremiales, muy golpeados con este incremento en la gasolina, nada han dicho, es decir, las expresiones sociales de disconformidad o de protestas, han sido muy tímidas por no decir que casi no se han dado.
- Silvio Guerra Morales
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- - Actualizado: 18/3/2022 - 12:00 am
La situación económica que presenta el país tras los estragos que en nuestra economía ha tenido la llamada pandemia del C/19, acompañada de actos de corrupción pública y sin descontar las restricciones que por casi dos años calendarios hemos tenidos todos los ciudadanos y los comerciantes a lo largo y ancho del territorio nacional, máxime la pequeña y la mediana empresa, sumado a ello las divisiones sociales que acarrea la pobreza que va in crescendo, la ola de crímenes y la macro delincuencia que se apodera del país, paralelo al aumento desmesurados de las pandillas, y en ese mismo orden la deserción escolar que circa los doscientos mil alumnos en todo el país, ; los diferendos que genera la puesta en vigencia de la Agenda 20/30, sin excluir a otras situaciones, han generado un desasosiego e incertidumbre en la panameña que ve, cada día más, muy precaria la situación para sobrevivir.
Todo lo anterior se viene a agravar, aún más con el incremento, casi terrorífico, al grado de pánico, que ha tenido el alto costo de la gasolina y del diesel en nuestro país. Si bien es cierto que en otros países la tónica parece indicar lo mismo, es decir, el alto costo del combustible para automotores, lo cierto es que, en Panamá, todo tiene su proyección en atención a los ingresos promedio de los panameños y hay que partir, en aras de la objetividad, del apropiado análisis que se haga del Producto Interno Bruto (PIB) y del Ingreso PIB PEer Cápita (IPC) de los connacionales, para sí y tan solamente de este modo concluir que la población panameña con estos incrementos del combustible sufre, como en ninguna otra época del pasado, un cruel golpe a su economía de bolsillo y familiar. Ello, sin duda alguna, se traducirá, en los próximo días y semanas, en un cuadro tétrico y un sombrío panorama que habrá de acarrear esta ola de desbande en la canasta familiar, en la educación y en el modo de vida de los panameños.
Los ingresos mensuales, para la mayor parte de la población económicamente activa o incorporados a los mercados laborales, sin excluir el ingreso percibido en el trabajo informal, podrá oscilar entre los 400 dólares y para las capas medias estos ingresos podrían oscilar entre $1500, .2,000 a 2,500 y excepcionalmente para unos entre 3,000 a 5,000.00 dólares. Tomando el costo dado en los últimos días para el litro de gasolina tanto regular, premium o diesel, aquella familias en donde haya un automóvil, ello implicaría un gasto mensual de no menos de 150 dólares; en donde hay dos autos, no sería menos de 300 dólares, siendo un tanto tímidos en estos cálculos, y sumado el alto costo de la canasta básica, en aquellos miles y miles de hogares, en los que el ingreso es precario, todo sueños de progreso, desarrollo y prosperidad se va a volar, o mejor decir, no existirán. No caben otras expectativas.
El Gobierno Nacional ha guardado silencio. Me llama la atención el hecho de que los sectores sindicales o gremiales, muy golpeados con este incremento en la gasolina, nada han dicho, es decir, las expresiones sociales de disconformidad o de protestas, han sido muy tímidas por no decir que casi no se han dado. Parece que el discurso de que Ucrania merece toda nuestra piedad y comprensión y que el ruso Putin es el diablo, ha calado en las mentes débiles, todo lo cual es indicativo de que si el Gobierno Nacional no interviene en el asunto, a favor de los sectores sociales más golpeados, la economía, sin duda alguna, va a colapsar mas temprano que tarde, o sucederá lo que de manera costumbrista ya viene sucediendo o aconteciendo en este país: Simplemente las empresas, sean pequeñas, medianas o a nivel de grandes empresas, los grandes costos le serán facturados, como siempre suele acontecer, insisto, al consumidor, a los más humildes, el pueblo panameño.
Esto traduce un desajuste y un desequilibrio que, además, se ha de proyectar en el modo de vivir de los panameños y extranjeros que residen en nuestro país, quienes ven, cada día que transcurre, golpeado los ingresos y no pueden satisfacer ni siquiera los alimentos mínimos y propios de la canasta básica.
El Gobierno Nacional ni la empresa privada han dicho esta boca es mía. Los sectores como: Los transportistas, obreros, educadores, gremios, tampoco han dicho nada. Pareciera que han asimilado el gran golpe.
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Cuando los que tenemos ingresos, cuando los que podemos satisfacer los gastos vemos estos golpes y nos resentimos, nos preguntamos qué sucederá con los sectores humildes en donde la
alimentación se barajea entre la tuna y el arroz, la lenteja y el arroz y cuando no alcanza para la cena es porque se almorzó, y cuando no se almorzó es porque se intercambió el turno de comer y se pasó e plato para la cena.
Entonces, reitero, esto es muy preocupante. En medio de una economía que al decir de algunos optimistas, comienza a galopar , los hechos y comportamientos de ella dan muestras evidentes de precariedad, pobreza, desasosiego y pobreza por doquier. Amanecerá y veremos.
Dios bendiga a la Patria!.
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