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"El Pueblo al Poder" lo mismo que "Un país para todos"
Grisel Bethancourt - Publicado:
Uno de los caricaturistas de El Panamá América, lo descodificó e interpretó meridianamente: Por "Un país para todos", es lo mismo que "El Pueblo al Poder".Coincidimos plenamente con el criterio esbozado en la caricatura señalada, evidencia de que no se equivocan quienes afirman que el bisoño candidato, oficialista y su propuesta constituyen "más de lo mismo", o como dirían otros "lo mismo pero peor".Y es que por mucho que trate de distanciarse de su matriz, la propuesta oficialista "Nueva Nación" no consigue superar la impronta ideológica de su pecado original que indudable e innegablemente, la desenmascara porque como dirían nuestros campesinos, el hijo de tigre nace pintado.No podrán engañarnos, no podrán engañar a ese pueblo que en el 94 le ofrecieron y prometieron el poder, un poder que no explicaron.Tal vez se trataba del poder para morirse de hambre, perder las conquistas laborales, la salud; en suma, el poder para deteriorarle la calidad de vida.Porque no se confunda usted, cuando se hable de un gobierno para Todos, se está aludiendo al Pueblo.El Pueblo y Todos, es lo mismo.En definitiva, frases huecas de carácter publicitario.La misma maquinaria y los mismos ideólogos, iguales estrategas; los mismos que previo al referéndum gritaban, voz en cuello que el señor Pérez Balladares, era el único capacitado para introducir al país por los caminos del nuevo milenio.Las mismas campañas publicitarias, cuyo contenido, hueco mecánico y vacío pone de manifiesto la raíz común del benjamín Torrijos y sus ancestros políticos.Lo anterior resulta obvio en el afán reiterativo de promocionar encuestas que lo colocan a la cabeza de las preferencias electorales, igual que el Sí en el referéndum.Como si los que hiciéramos encuestas no supiéramos las múltiples artimañas que sesgan o equivocan el resultado de una encuesta.Lo que sucede es que, tal como lo calificó un sociólogo en un programa televisivo, están echando mano al llamado "carácter hípico del panameño" según lo cual, éste siempre juega a ganador; por tanto si se manipula el sentimiento a través de las técnicas encuestadoras, obtendrán los votos azarosos.Pero ojo, señores que está en cuestiones algo más que una carrera de caballo, un bingo o un sorteo de lotería; se trata de la Patria y su posibilidad de sobrevivencia; se trata de votar a conciencia, definiendo con claridad nuestras expectativas, entre las cuales deben ocupar lugar prioritario la honestidad y una distribución de la riqueza más equitativa.Votar a conciencia por aquellos (as) que no tengan antecedentes de partidas millonarias para "usos discrecionales", mientras colapsan instituciones como el Hospital Santo Tomás y el Hospital Oncológico Nacional; mientras la salud pública se menoscaba, por la ausencia de cuidados básicos y aumentan las enfermedades epidémicas de gran etiología social.Votar a conciencia implica tomar una opción por aquel proyecto que no deje espacio para el pago exagerado a quienes administran la cosa pública, por muy talentosos que sean.Por un proyecto que desburocratice a cabalidad con eficiencia y tesón.Un proyecto que no invente ni justifique, la creación innecesaria de nuevos cargos o instituciones.Un proyecto donde los ministros no dejen sus obligaciones para dedicarse a politiquear.Un proyecto que no venda, al mejor postor, los recursos y la soberanía nacional.Implica más que todo darse cuenta de que en la arena política sólo hay virtualmente dos competidores por el solio Presidencial: Mireya Moscoso y Martín Torrijos, la nueva cara del "Pueblo al Poder", Es en esa disyuntiva que estamos colocados, lo demás es distracción o divisionismo.Alberto Vallarino, no tiene la menor posibilidad, no es su momento ni la circunstancia; sólo conseguiría apartarnos del camino neutralizando los votos contra el continuismo.No desaprovechemos la oportunidad de cambiar la estructura de poder.No hay espacio para la duda o la dilación, procede una profunda reflexión, una consulta íntima con la conciencia, sin que prevalezcan los pronósticos hípicos, porque somos seres pensantes y no individuos sometidos a los vaivenes pasionales de las apuestas y las ganancias, que tanto manipulan a los buscadores de fortuna o fantasías.No importa que martinescos crean poder atraer los votos de la población joven, en virtud de la juventud de su candidato, no es un concurso de belleza ni de edad; recordemos que los jóvenes están frustrados por las faltas de posibilidades concretas de empleo y realización.El pueblo no se dejará enrolar en las artimañas publicitarias de la tecnología encuestarial.Dará un no rotundo al proyecto continuista, escenificando una abrumadora "encuesta de carne y hueso", el 2 de mayo venidero.