Emulando tragamonedas
A raíz de la inminente inauguración del nuevo Centro de Convenciones de Amador, irónicamente el Día del Trabajo, fatuo show del que le toca irse, con sus más de 2,000 emparchadas fallas ("que las repare el próximo"), inexplicables sobrecostos y años de retraso en su telarañosa entrega...
En el negocio del turismo, porque al final del día como toda otra actividad nos toca hacer una rendición de cuentas, un ejercicio contable que nos indique los réditos de nuestros esfuerzos, se convierte primordial la administración por objetivos y no como mal acostumbramos aquí, "fulanito lo hizo bien", sin mayor elemento de juicio, siempre con una letanía de excusas por las constantes cantinfladas, jamás enumerando las razones por las fallas constantes del sistema de aire acondicionado o las cintas móviles de Tocumen, cepillando al administrador de turno, como si de un semi Dios se tratase, para ver qué negocito le sacamos, en cuál foto salimos más guapos a su lado en Mundo Social, y no qué logramos en conjunto para el mejoramiento del bien común de la industria.
Continúa así la saga constante de elementos mediocres a la cabeza de nuestro turismo, en cuya hoja de vida resalta el compadrazgo con el presidente de turno, la amistad con su hermana y los favores que le ha hecho a los negocios de familia, porque es necesario "alguien de confianza".
Si así manejásemos el Canal, se oxidarían las esclusas por falta de mantenimiento, resaltando que el fabricante nos vendió algo chimbo, culpando la mala suerte, el destino o la selección de Suez como mejor alternativa para el comercio mundial.
A raíz de la inminente inauguración del nuevo Centro de Convenciones de Amador, irónicamente el Día del Trabajo, fatuo show del que le toca irse, con sus más de 2,000 emparchadas fallas ("que las repare el próximo"), inexplicables sobrecostos y años de retraso en su telarañosa entrega, analizamos las raíces del éxito y las andanzas del centro mundial de convenciones, Las Vegas, a ver si emulamos su faena, aunque seamos Pulgarcitos, logrando finalmente después de casi 4 mediocres décadas en el quehacer, despegar finalmente el empeño.
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Ante todo, la selección del administrador del centro de convenciones debe ser harta profesional, resultado de un concurso internacional, por una agencia de trayectoria en el ramo, y no el dedazo a un desempleado conocido, compañero de copas bajo el palo de mango de la finca, que en algo nos colaboró en la campaña política.
Ojeemos el perfil de Las Vegas Convention & Visitors Authority (LVCVA).
En la década de los cincuenta del siglo pasado, los líderes del turismo local identificaron los periodos de lento movimiento los días lunes a viernes y el lapso del verano (nuestro invierno).
De allí nace la iniciativa de la creación de un centro mundial de convenciones.
Fue así que se financió y construyó el centro de convenciones utilizando los impuestos a las habitaciones de hoteles y no los tributos de los contribuyentes.
Actualmente, Las Vegas patrocina 21,000 convenciones anuales que arrojan 6 millones de visitantes, creando una porción importante de los 390,000 empleos que genera el turismo en la ciudad.
Cuenta con 3 departamentos claves: Ejecutivo, Mercadeo y Operaciones, cada uno con funciones específicas y minuciosas, por ejemplo, el desarrollo de aerolíneas, la responsabilidad por obtener, aumentar y desarrollar relaciones con aerolíneas cuyo destino final sea Las Vegas.
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El departamento de Estudios de Mercados analiza los perfiles demográficos de los visitantes para asistir y apoyar las estrategias de mercadeo.
Si analizamos las especialidades de cada uno de los departamentos descubrimos una sinergia en la generación de divisas y los elevados niveles de satisfacción de los visitantes, que generan futuros negocios.
No cuenta Panamá, a pesar de ser un extremadamente apetitoso destino, con ninguna de estas herramientas ni mucho menos el liderazgo para convertirles en realidad.
El cambio de gobierno nos permite, por vez primera, incorporar la vigorosidad que merecemos en lugar de continuar en el sendero mediocre, malsano y corrupto que putrefacta nuestro porvenir turístico.
¡Emulando la desértica horma de Las Vegas y sus convenciones, es el sendero acertado a seguir!
Líder empresarial.