Encíclica papal
Fratelli tutti: a la fraternidad y a la amistad social
El papa Francisco dijo que la pandemia del coronavirus ha demostrado que las “teorías mágicas” del capitalismo han fracasado y que el mundo necesita una nueva clase política que fomente el diálogo y la solidaridad y rechace las guerras...
- Carlos Pérez Morales
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- - Publicado: 12/10/2020 - 12:00 am
"La historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos".
Papa Francisco
La nueva encíclica del papa Francisco, está dedicada a la fraternidad y a la amistad social, valores esenciales para devolver la esperanza y el impulso a una humanidad herida incluso por la pandemia de la COVID-19.
El papa Francisco dijo que la pandemia del coronavirus ha demostrado que las “teorías mágicas” del capitalismo han fracasado y que el mundo necesita una nueva clase política que fomente el diálogo y la solidaridad y rechace la guerras, inclusive las llamadas guerras justas defendidas por la Iglesia.
En esta encíclica, el papa aborda los temas de las ideologías, el coronavirus, las fronteras, los emigrantes, el capitalismo de libre mercado, el populismo y las religiones al servicio de la fraternidad. Inmediatamente algunos analistas rechazaron esta encíclica.
En esta encíclica el Santo Papa arremete contra el liberalismo y el capitalismo en general. Hace énfasis en las desigualdades que producen. "El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal.
Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente". El capitalismo está en crisis. La pandemia podría cambiarlo para siempre, a favor de los trabajadores y los más necesitados.
"La libertad sin límites del mercado, como único camino para superar los problemas del mundo y, el consecuente rechazo a cualquier propuesta de cambio en el modelo de desarrollo ([email protected], [causa desigualdad social] (El Observador de la Actualidad, (6 de julio de 2020).
En su discurso en las Naciones Unidas, el papa señaló la gran desigualdad que reina en el mundo: la desigualdad de oportunidades, de bienes, de acceso a la salud y a la tecnología".
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En esta encíclica, el papa nos recuerda que tenemos que cuidar el ambiente tal como lo hizo en la encíclica anterior Laudato si'. Ilustro con este segmento su preocupación: Cuidar el mundo que nos rodea, es cuidarnos a nosotros mismos.
Pero necesitamos constituirnos en un “nosotros” que habita la casa común. Ese cuidado no interesa a los poderes económicos que necesitan un rédito rápido. Frecuentemente, las voces que se levantan para la defensa del medioambiente son acalladas o ridiculizadas, disfrazando de racionalidad, lo que son solo intereses particulares.
En esta cultura que estamos gestando, vacía, inmediatista y sin un proyecto común, es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones". ( FRATELLI TUTTI, 17).
Para colmo, "en algunos países de llegada, los fenómenos migratorios suscitan alarma y miedo, a menudo fomentados y explotados con fines políticos. Se difunde así una mentalidad xenófoba, de gente cerrada y replegada sobre sí misma". "Los migrantes no son considerados suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, y se olvida que tienen la misma dignidad intrínseca de cualquier persona".
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Por lo tanto, deben ser protagonistas de su propio rescate. Nunca se dirá que no son humanos pero, en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos.
Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes, haciendo prevalecer a veces ciertas preferencias políticas por encima de hondas convicciones de la propia fe: la inalienable dignidad de cada persona humana más allá de su origen, color o religión, y la ley suprema del amor fraterno. (FRATELLI TUTTI, 39).
Esta es una encíclica muy orientadora. Todos debemos leerla para hacer una profunda reflexión.
Historiador.
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