Infinito
- REDACCION
Decía Albert Einstein que había dos cosas infinitas: El Universo y la estupidez humana; y que no estaba seguro de lo primero. Cuando la clase política panameña nos había convencido de que habían llegado al límite del ridículo, nos sorprenden con una nueva atorrancia. Hace unos días, un grupo de la campaña de Balbina Herrera decidió piquetear las oficinas de la empresa encuestadora Dichter & Neira y exigieron hablar -en medio de la calle- con el presidente de la empresa, el Dr. Leopoldo Neira. La razón: ¡Que Balbina marcaba muy bajo en las encuestas!
Definitivamente los estrategas de la campaña oficialista -si es que los hay- no saben la diferencia entre magnesia y gimnasia, entre diagnóstico y enfermedad, ni entre ser popular y extorsionar. Si no fuera tan risible -por lo ridículo- daríamos la voz de alerta por este ejemplo de matonismo facistoide para intentar manipular las encuestas de opinión electoral.
Señores del PRD, el problema no lo busquen el las oficinas de las encuestadoras sino en su propia campaña. La ausencia de una estructura funcional y permanente, los constantes cambios de mensaje publicitario, la desnaturalización de la esencia de la candidata, la escogencia impulsiva de vicepresidente y su guerra de baja intensidad con el Presidente de la República, sumada a un clientelismo exacerbado y a la ausencia de aliados de alguna significación electoral, es lo que los tiene bajos en las encuestas y no los caprichos de ningún encuestador. Si ustedes no toman en serio lo que es una campaña política, ¿por qué los electores los deben tomar en serio a ustedes? Definitivamente, la campaña de Balbina Herrera sí ha logrado hacer algo importante: Le ha dado la razón a Einstein.

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