La desobediencia y consecuencias
Parece ser que los seres humanos cargamos con la cruz de la desobediencia del pueblo de Dios, antiguo Israel. Las sagradas escrituras nos relatan el
Parece ser que los seres humanos cargamos con la cruz de la desobediencia del pueblo de Dios, antiguo Israel. Las sagradas escrituras nos relatan el gran suceso en los tiempos de Moisés, instruidos por Dios, cuando lideró la libertad de Israel de la esclavitud de la que había sido objeto por parte de Egipto, a través del Mar Rojo. En dicho caminar, los israelitas de ese tiempo desobedecen a Dios, murmurando y se mostraban incrédulos de la promesa del Dios de los Ejércitos, de sacarlos de Egipto y darles de comer durante el largo trayecto.
También levantaron ídolos, a los que adoraban. Esta idea existe actualmente en el promedio de jóvenes y adultos. Hoy en día es difícil distinguir quién dice la verdad. La mentira campea en todos los ámbitos: deportivo, del hogar, comercial, social, político, profesional, científico y hasta en el religioso. Por otro lado, la rebeldía los lleva a vivir sin metas, andan esclavos de sus deseos, buscando siempre el placer y la maldad, con una conducta “A mi modo”, pensando en el pecado, odian de gratis. (Efe,2,2)
Solo hay que prestarle atención a las noticias de los acontecimientos y sucesos diarios, en donde menores de edad, dirigidos por adultos, le quitan la vida a una persona, ya sea por orden de otro, por droga, por unos dólares, por rencillas de pandillas o simplemente por rencor. Estos grupos ignoran el mandamiento máximo de Jesús de: “Amar al prójimo como a ti mismo”. El cual reúne el espíritu de todos los restantes, tales como: No mates, No robes, No cometas adulterio, No digas cosas falsas de tu hermano (prójimo), No seas injusto, Honra a tu padre y a tu madre”. En estos días es imperioso dar a conocer a Cristo con mayor esfuerzo, y discernir que Cristo vive dentro del ser humano (1.° Corintios 3,16) y lo malo que se le haga al cuerpo de uno o de otro, está ofendiendo a Dios. (Las citas bíblicas fueron tomadas de la Biblia Latinoamericana)
Por: Gilberto Innis – Amigo de Cristo
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