La migración forzosa es un problema que debe atenderse integralmente
Y para lograr el sueño americano, muchos eligen la peligrosa ruta desde Suramérica, atravesando la selva del Darién, en su peregrinar por Centroamérica hasta la frontera mexico-estadounidense.
Panamá, a diferencia de otras naciones, ha asumido un compromiso humanitario con los migrantes que llegan a su territorio. Foto: EFE.
El memorándum de entendimiento sobre temas migratorios suscrito entre Panamá y Colombia, no solo es oportuno y pertinente, sino también altamente humanitario.
La migración es un problema que se agudiza día a día y que no se vislumbra una solución a corto plazo.
Y Panamá, por su vocación de país de paso, enfrenta directamente este problema.
Solo para tener una idea, la Organización Internacional para los Migrantes (OIM) estima que en el 2019 el número de migrantes internacionales alcanzó los 270 millones y la mayoría de ellos pretende llegar a los Estados Unidos.
Y para lograr el sueño americano, muchos eligen la peligrosa ruta desde Suramérica, atravesando la selva del Darién, en su peregrinar por Centroamérica hasta la frontera mexico-estadounidense.
Panamá, a diferencia de otras naciones, ha asumido un compromiso humanitario con los migrantes que llegan a su territorio.
Es un tema que no solo involucra el aspecto económico, sino que conlleva un elevado ingrediente social y humano.
Es importante que todos los países de la región atiendan este problema de forma integral y conjunta, en asociación con los EE.UU., que es el receptor.
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Las conflagraciones bélicas, la destrucción del medio ambiente, las carencias económicas y la falta de oportunidades hacen de la migración forzosa un problema permanente.
Periodista.