Dificultades
La mujer en la política panameña
- Marisín Villalaz de Arias (Médico)
- - Publicado: 25/2/2015 - 12:00 am
Puede haber sido por la década de los años 30 del siglo XX cuando doña Clara González de Beringher, abogada, sobresalió en la política panameña, aun tratándose de una época en la que ni siquiera la mujer ejercía el voto libremente. Según datos obtenidos, fue la mujer que fundó el primer partido político feminista en Panamá, el que luego desapareció porque fue considerado ilegal. Pero no fue hasta la presidencia del Dr. Arnulfo Arias Madrid que se le otorgó el voto a la mujer. Así fue como por primera vez votaron para la constituyente del 46 y tuvimos dos grandes mujeres como diputadas: doña Esther Neira de Calvo y doña Gumersinda Páez. Fue en aquella época cuando comenzó a destacar la mujer en la política panameña y desde entonces ha continuado haciéndolo, pero con pobres resultados. Y digo esto porque la participación femenina no ha sido la que podría esperarse, a pesar de los esfuerzos hechos por mujeres sobresalientes en el país.
El problema de la participación femenina es que muchas mujeres no pueden desprenderse de sus hogares para tomar parte en elecciones generales. Si bien es cierto que las mujeres votamos en pandilla, es también cierto que pocas mujeres se postulan para diputadas o representantes y mucho menos para el solio presidencial, en el cual, sin embargo, tuvimos una presidenta de la República. Siempre son hombres los que se candidatizan y las mujeres, a lo sumo, lo hacen para vicepresidentas, ocupando una posición secundaria. Siempre he sido de la opinión de que las mujeres que se postulan o actúan en política no deben triunfar por ser mujeres, sino por el valor de cada una en la política. Considero que la mujer que se mueve en política debe hacerlo a la par del hombre y no menos ni con privilegios como existe una ley que no puede cumplirse por absurda. No estamos en condiciones de obligar a que la mitad de los candidatos sean femeninos porque nos quedaríamos sin llenar las posiciones electorales. Si bien es cierto que esa participación debiera ser más efectiva y postular un número mayor de mujeres, no debe ser una ley que, repito, no puede cumplirse.
SI UN HOMBRE QUIERE PARTICIPAR EN POLÍTICA, SOLO TIENE QUE MANIFESTARLO Y ENTRA A UN PARTIDO. PERO SI ES UNA MUJER LA QUE DESEA PARTICIPAR, PRÁCTICAMENTE TIENE QUE TRAER SU CURRÍCULUM Y PROBAR EL VALOR DE LA MISMA EN LA POLÍTICA ACTUAL.
Hace muchos años, tal vez para 1993, decidimos fundar el Foro de Mujeres de Partidos Políticos en Panamá. No imaginan el trabajo arduo y el tiempo que me costó hacerlo porque cuando llamaba a los partidos dirigidos por hombres para que me dieran tres nombres de mujeres inscritas en esos colectivos para que los representaran en el foro, a los hombres no les interesaba y yo debía insistir hasta que, finalmente, logré citar una tarde a ese distinguido grupo de mujeres para organizar y darle forma a dicha organización. ¿Pueden ustedes pensar que luego de haberme elegido la coordinadora temporal, cuando fuimos a escoger la directiva permanente por tres meses, hubo algunas mujeres que me dieron contra, no reconociendo mi trabajo en la formación del grupo? Luego, para las elecciones de 1994, tuvimos una participación importante. A pesar de todo, el foro ha seguido adelante y todavía existe y se reúne, por lo menos una o dos veces al año, pero ya sin la fortaleza de antes por luchas internas y otros factores que no permitieron continuar con la entereza de ese grupo.
Han sido muchos los factores que han influido en que las mujeres no superemos a los hombres en la política y uno de ellos es que, si un hombre quiere participar en política, solo tiene que manifestarlo y entra a un partido. Pero si es una mujer la que desea participar, prácticamente tiene que traer su currículum y probar el valor de la misma en la política actual. De allí que la discriminación haya sido tal que continúan los hombres dominando el campo político con los errores que ellos cometen y no permitiendo la participación activa de las mujeres.
Todavía tenemos mucho camino que recorrer, pero si no nos unimos como género, jamás podremos gobernar y dominar las posiciones políticas en el país. Despierten mujeres, porque los hombres no cederán las posiciones para continuar haciendo errores y las mujeres seguiremos ocupando una posición secundaria en la política panameña. Despertemos para surgir y llegar a una igualdad política con los hombres.
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