opinion
La penitencia pascual
- Publicado:
Como todos los años, nuevamente, la Iglesia cristiana celebra hoy las fiestas pascuales, la fiesta de las fiestas, la solemnidad de las solemnidades como la define el Catecismo de la Iglesia.Surge, por lo tanto, o debería surgir, en cada hombre de fe, una serie de interrogantes que sirvan para reflejar su verdadera condición de cristiano en el mundo; desde los hechos históricos hasta el sentido profundo que representa la Pascua, ya que es la cima del año litúrgico y la representación del acontecimiento clave para la comunidad cristiana.Pascua es un término hebreo (Pésaj) cuyo significado es “paso”, y es utilizado para recordar el cruce del pueblo de Israel por el mar Rojo, bajo las órdenes de Moisés, huyendo de la opresión egipcia y en busca de la tierra prometida por Dios a Abraham.El cristianismo tomó la palabra y la adaptó a lo que para los creyentes es el fundamento de la fe: la resurrección de Cristo.La Pascua representa, entonces, el paso de Cristo de la muerte a la vida; un paso que, según las enseñanzas de la Iglesia, significó la salvación del mundo y la redención de los pecados.Dentro de la historia de la Iglesia, la resurrección de Cristo es la verdad más importante y fundamental, a partir de la cual los apóstoles comenzaron su evangelización y dio comienzo al cristianismo.Habiendo muerto Jesús, el 14 de nisán del año 33 (mes del calendario judío que corresponde, aproximadamente, a la segunda mitad de marzo y la primera de abril) y resucitado en la Pascua judía, la Iglesia, con la intención de reemplazar dicha celebración hebrea, conservó para la fiesta pascual la manera de contar de los judíos.Entonces, entre el año lunar que ellos usaban y el año solar existe una diferencia de once días, de donde resulta que el día de Pascua oscila entre el 22 de marzo y el 25 de abril.Posteriormente, en el año 325, durante el Concilio de Nicea, se determinó la manera de unificar la celebración.Así se decretó, para toda la Iglesia, que la Pascua se debía celebrar siempre el domingo después de la luna llena que sigue al 21 de marzo.En segundo lugar, también se conserva del Pésaj judío la tradición del ayuno.En la antigüedad, los judíos devotos solían ayunar los lunes y los jueves, en tanto que la tradición cristiana adoptó el ayuno para el viernes, día de la crucifixión de Jesús.Esta usanza del ayuno tiene que ver con las diversas formas de penitencia de la vida cristiana y nos conduce a meditar acerca del verdadero sentido de la Pascua.La penitencia interior para el cristiano es una reordenación de su vida, que incluye la intención y la decisión de un cambio.Dicha enmienda o sacrificio, principalmente, puede ser de tres maneras: el ayuno, la oración y la limosna.La penitencia debe ser traducida en obras, ya sea para con Dios, con nosotros mismos o con el prójimo.En esta Pascua de Resurrección, la penitencia debe ayudar a profundizar nuestro conocimiento sobre el significado de la celebración.Esencialmente, para el cristiano, es un momento de esperanza universal, porque le recuerda su destino trascendental, su vida espiritual y, sobre todo, los valores como el amor, la justicia, la caridad, la humildad, que deben regir en su vida terrenal para merecer el triunfo de la vida sobre la muerte.“Es preciso, como recomendó el papa Juan Pablo II días pasados en una carta dirigida a los sacerdotes con motivo del Jueves Santo, partir nuevamente desde Él para redescubrir la fuente y la lógica profunda de nuestra fraternidad”.