Análisis
La posverdad y el daño social en Panamá
... una de las razones es la cultura morbosa y errónea que tiene el ciudadano sobre la valoración de los diferentes temas que se debaten en la palestra y la manera en que los medios de comunicación en miscelánea con las redes sociales tratan la noticia.
- Miguel Ángel Sánchez
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- - Publicado: 12/6/2018 - 12:00 am
El diccionario de la Real Academia Española define la posverdad o mentira emotiva "como un neologismo que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales, en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales". Para analizar este tema en el contexto real de nuestra sociedad, no tenemos que buscar mucha teoría para darnos cuenta de que en Panamá, la influencia de los grupos políticos, los medios de comunicación y el Gobierno está bien marcada en la sociedad. Este dominio psicosocial, se manifiesta más de forma planificada y ejecutada, con muy poco margen de error, que deliberada. ¿Pero a qué se debe esta realidad? ¿Por qué los hechos objetivos tienen menos influencia en la opinión pública que la posverdad?
No hay duda de que una de las razones es la cultura morbosa y errónea que tiene el ciudadano sobre la valoración de los diferentes temas que se debaten en la palestra y la manera en que los medios de comunicación en miscelánea con las redes sociales tratan la noticia. Si bien es cierto cada ciudadano con criterio formado se crea su propia verdad sobre los hechos, también es muy cierto que la proyección de los hechos a través de los medios de comunicación son más que influyentes en el análisis que cada ciudadano le dé a la noticia. Por eso es muy importante que veamos la parte emotiva y, en la mayoría de los casos, subjetiva con que el periodista trata la noticia.
En temas judiciales, por ejemplo, hace poco conversaba con un amigo, abogado, quien manifestaba su preocupación sobre cómo los medios de comunicación y las redes sociales destruyen la imagen de una persona por el simple hecho de estar investigada por supuestamente haber cometido un acto delictivo. Y es precisamente el concepto de "supuesto" el que nos indica que no todo está claro o resuelto. Es por ello que los ciudadanos debemos analizar los hechos antes de reproducir en las redes sociales una situación en particular. Para mi amigo el abogado, el sistema judicial no es el que denigra la imagen de una persona, sino la deficiencia en la investigación judicial.
Definitivamente, que los discursos políticos son un claro ejemplo de lo bien que se utiliza la posverdad y de lo mal que le hace a la sociedad. En este mundo no hay duda de que la posverdad es deliberada. En cierta medida, ahora vemos en los medios de comunicación, televisión más que todo, a exdirectores de instituciones gubernamentales, incluso a exministros de Estado, todos políticos, hablando de cómo debe funcionar la cosa pública. Estos gansos sociales continúan haciendo politiquería y lo peor es que los medios de comunicación se prestan para tales jugadas. En estos casos, la posverdad es más emotiva que analítica y la sociedad come del cuento.
Por otro lado, en muchos casos no es necesario que los medios de comunicación y las autoridades le digan a la sociedad una posverdad según sus criterios técnicos o enfoques. Basta con vivir la realidad económica, la crisis política y la inseguridad social para llegar a muchas conclusiones. En este contexto, existen emociones personales y colectivas en las que los medios de comunicación influyen deliberadamente. Sin embargo, lo que se apela es un problema colectivo, no es personal. En consecuencia, debemos aprender a analizar, valorar y conceptualizar cada problema y cada caso con el sentido común de las cosas, con criterios técnicos y científicos. No podemos denigrar, juzgar y condenar sin saber la real verdad de los hechos. Eso es objetividad.
Periodista.
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