La violencia contra la mujer, un mal que va en aumento
La acción de menospreciar a la mujer está en la base social, política, cultural, pero esta base solo se ataca de modo superficial y coyuntural, por eso la inversión de recursos contra la violencia hacia ella no se traduce en los resultados esperados.
En Panamá, cada día se da un incremento acelerado de la violencia y el femicidio contra la mujer, un mal que atañe a la ciudadanía.
En interés de llegar a la verdad profunda de las cosas, se debe hacer una acuciosa lectura del aporte que hicieron analistas e investigadoras feministas al introducir en el pensamiento social un elemento novedoso e invaluable, el cual parte del concepto de construcción social de género, como fundamento del origen de la subvaloración de lo femenino, y de cómo se sustenta y perpetúa la subvaloración social de lo femenino, mientras que lo masculino aparece como lo superior y hegemónico.
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Es de ahí de donde parten los cimientos de esa violencia hacia la mujer en todas sus expresiones, siendo, probablemente, la violencia más tolerada y justificada de la historia, pero cuyas víctimas lo eran a puertas cerradas.
Es por la construcción social de género que una criatura por el solo hecho de nacer niña, ya está destinada a lavar, cocinar, y atender a la familia, y a someterse a los dictámenes del varón.
Estos roles no son biológicos, son socioculturales, y han hecho de la mujer un sujeto cercado por la subordinación, vía por donde corren a sus anchas múltiples formas de violencia.
La conciencia de lo que es este mal incrustado en las estructuras socioculturales obliga a mirar buscando los orígenes desde sus profundidades y hacer partícipe a todos los sectores sociales de cara a frenar esa selectiva de criminalidad que tiene al país de cabeza.
Las labores desdeñadas por los hombres, han hacho que sean las mujeres las desdeñadas.
Y esa ha sido la carta de triunfo del patriarcado sobre lo femenino.
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Si se entiende que es prioritaria la lucha contra la criminalidad selectiva hacia la mujer por ser tal, hay que iniciar desmontando la ideología que lo promueve y sustenta.
¿Cuáles políticas públicas se están diseñando para afrontar esta práctica milenaria y opresiva contra la condición femenina?
Hay que provocar una saturación de otra visión contestataria que vaya produciendo cambios graduales en la mentalidad prejuiciada sobre lo femenino.
La acción de menospreciar a la mujer está en la base social, política, cultural, pero esta base solo se ataca de modo superficial y coyuntural, por eso la inversión de recursos contra la violencia hacia ella no se traduce en los resultados esperados.
En nuestro Panamá, las estadísticas sobre el problema de femicidio y violencia contra la mujer no llenan las expectativas, dejan mucho que desear.
¿Por qué?
Esta pregunta también se la estarán haciendo otros países marcados por este escenario trágico.
Consultor Independiente, analista y escritor.