Salud
Nuevo Año, lozanas ilusiones
No pensamos que vale la pena morir lo más joven posible a edad avanzada, gozar de nuestros nietos y bisnietos hasta el ocaso. La dieta, o mejor puntualizado, la ingesta de alimentos sanos, juega también un papel fundamental en este empeño.
- Jaime Figueroa Navarro
- /
- - Publicado: 04/1/2020 - 12:00 am
Al pasar de las páginas del calendario de la vida, al alba de este nuevo amanecer, fluyen gotas de sudor, ataviadas con nuevas prendas en los gimnasios del orbe, o para aquellos con menores recursos, en las cintas costeras o recovecos, aceras o calles del poblado.
Sudando los excesos de opíparos festines decembrinos, noveles Michelins adornando regordetes abdómenes, se convierte en la época de los sueños, de aquellas visiones de los cuerpos cincelados de Forever 21 en las féminas o Charles Atlas en los varones.
Poco durarán.
Ya a mediados del mes de enero aquellos ropajes de baratillos de fin de año y las zapatillas Under Armour de más de $100, pasarán al desván telarañoso, aquella esquina al final del cuarto de vestir que solamente ojeamos al hacer policía de la ropa que se nos quedó o que ya no está de moda.
VEA TAMBIÉN: Deseos y compromisos de Año Nuevo
Poco a poco la gente abandona los atiborrados pabellones, haciendo nuevamente las pesas, caminadoras, bicicletas estáticas y diversas máquinas asequibles a los que, por empeño, dureza de carácter o simplemente terquedad, seguimos en la causa, manteniendo vivamente iluminadas las antorchas de ilusiones y de salud.
La importancia de avivar ensueños, a pesar de un adolorido cuerpo, de rodillas cuyo engranaje ceden poco a poco a la dejadez y por aquello que el envejecimiento es inevitable, que los calendarios exigen bastones, dolores, carísimos medicamentos y hamacas, se convierte en un reto para aquellos que inevitablemente se inscriben en los años dorados.
La presión arterial no escala si porque sí.
La calcificación arterial es producto de décadas de indiferencia, de un abuso a la más sagrada posesión, a nuestro cuerpo.
Preferimos un Rolex, un Mercedes Benz, tenencias fatuas a la disciplina diaria del gimnasio.
No pensamos que vale la pena morir lo más joven posible a edad avanzada, gozar de nuestros nietos y bisnietos hasta el ocaso.
Entonces ahorramos, aquellos que pueden, los que no, hipotecamos nuestras casas, para gastarlo todo al final del camino en medicinas, doctores y hospitales. ¡Qué pena!
La dieta, o mejor puntualizado, la ingesta de alimentos sanos, juega también un papel fundamental en este empeño.
VEA TAMBIÉN: Lo que aprendí de los millennials
Limitando, o preferiblemente eliminando las azúcares de nuestro cotidiano menú, mantiene los niveles de glucosas dentro de los parámetros normales. Elimine el sádico hábito de las gaseosas.
Las bebidas con cola solamente utilícelas para la limpieza del motor del automóvil.
No se deje engatusar por aquello de "lite" o "cero", reemplazando las azúcares por elementos químicos de difícil pronunciación que estimulan el crecimiento de tumores, cáncer, estancias en hospitales, muerte prematura.
El mundo se dirige hacia la eliminación de productos cárnicos.
Amén que nos resulta sádico que nuestro mandatario aplauda la exportación de carne bovina proveniente del Darién, el último bosque no solo es nuestro sino de la humanidad, convirtiéndole en vil potrero, cuaja como certera puñalada para aquellos que respetamos el medio ambiente y que amamos el verdor que le caracteriza, sobremanera en momentos cuando las cadenas de ventas de comidas chatarras impulsan alternativas no cárnicas.
Cito el ejemplo de Burger King con su Impossible Whopper, una versión sin carne de la famosa hamburguesa con un relleno vegetal de Impossible Foods Inc. disponible en los más de 7.000 establecimientos de Burger King en Estados Unidos.
Nuestro Darién, así como nuestros cuerpos, se debe respetar.
La frescura de sus bosques vírgenes es una bendición al lado de un planeta embobado por la codicia y por la indiferencia al cuidado del cuerpo.
Hasta la medicina está cambiando.
Mientras antes, o todavía, vamos al médico cuando el daño está hecho al sentir los achaques y dolores de nuestra vil indiferencia, se desarrollan nuevas metodologías de wellness (bienestar), es decir, vamos a aplicar métodos preventivos para evitar que esos desperfectos ocurran.
Si en este empeño se dedicaran las autoridades de salud, el ahorro resultaría significativo no solo en dinero sino en la calidad de vida de la población.
En este Nuevo Año, afile su machete y haga de sus lozanas ilusiones espléndidas.
Líder empresarial.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.