Centro penitenciario
Otra balacera en la Mega Joya y ahora, ¿cuál será la nueva excusa?
No es posible que el Gobierno no pueda controlar lo que entra y sale de un espacio reducido, rodeado de cercas perimetrales y custodios civiles y policiales.
- Arnulfo Barroso Watson
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- - Publicado: 26/4/2020 - 12:00 am
El tema carcelario representa la putrefacción imperante en la sociedad panameña y en el tuétano mismo del Estado. Foto: Archivo.
Las cárceles del país volvieron a ser noticia el viernes.
Y para variar, otra vez se trata de una balacera en un penal que, supuestamente, es de máxima seguridad.
Y como si fuera una mala película que nos obligan a ver periódicamente, el Gobierno repite el mismo libreto de hace muchos años: hemos hecho una requisa y abriremos una investigación que llegará hasta las últimas consecuencias.
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El tema carcelario representa, de la manera más pura, la putrefacción imperante en la sociedad panameña y en el tuétano mismo del Estado.
No es posible que el Gobierno no pueda controlar lo que entra y sale de un espacio reducido, rodeado de cercas perimetrales y custodios civiles y policiales.
¿No quiere o no puede?
Pareciera que introducir armas, drogas, mujeres y cuanto se le antoje a los capos recluidos es un negocio lucrativo que tiene la capacidad de permear muy alto.
Hace poco, la Policía Nacional y el sistema penitenciario hicieron un soberano ridículo con la fuga, por tercera vez, del peligroso criminal Gilberto Ventura Ceballos.
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No han terminado de redimirse en este tema y ya dos detenidos resultan heridos por arma de fuego en La Joyita.
La sociedad ya está cansada de escuchar los mismos argumentos y de que nos muestren a un cabo y a un sargento como los grandes capos capaces de vulnerar la propia seguridad nacional.
Periodista.
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