Posible agenda educativa para el siglo XXI
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Repetidamente hemos señalado que hay un desfase entre los programas educativos y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, entre la educación y el mercado del trabajo y entre la educación superior y el sector productivo. Por ello consideramos que el Estado debe actuar como agente compensador de las desigualdades sociales y ejercer una acción decidida que deberá: priorizar la educación básica sin descuidar la superior; dar atención urgente al problema de la repetición; intensificar esfuerzos para eliminar el analfabetismo; introducir reformas integrales que reconozcan la segmentación social existente; diversificar contenidos y modalidades educativas para una verdadera cultura de masas; introducir métodos avanzados para mejorar la gestión educativa; descentralizar el sistema educativo y continuar enfatizando la educación preescolar.
Además --y esto es de suma importancia--, la incorporación de la investigación educativa y la planificación de la educación en la agenda educativa; es válido también, el nuevo modelo de educación "alternativa" para acentuar el autoaprendizaje, la educación permanente, la enseñanza polivalente y el aprendizaje por descubrimiento. La agenda educativa (por ejemplo), para los próximos 40 o 50 años del siglo XXI, impone al Estado panameño prestar la atención debida a las necesidades educativas en los siguientes campos:
Mejoramiento cualitativo de la educación y la renovación curricular; formación de personal docente; incorporación de la informática en el sistema educativo; introducción del tema relacionado con el sistema interamericano y la problemática latinoamericana en los planes de estudio; participación de la sociedad civil y de los medios de comunicación en la educación; análisis de alternativas para el financiamiento de la educación; introducción de la educación permanente; vinculación de la educación con el mundo laboral y la educación superior con el sector productivo; ampliación y mejoramiento de la educación preescolar; educación técnica y formación profesional vinculados con el mundo del trabajo.
No pretendemos, en modo alguno, señalar pautas al tratamiento de la educación en esta coyuntura histórica, sino una caracterización prospectiva, a nivel del Estado panameño, de las tendencias globales y de los escenarios previsibles de los primeros 15 años del presente siglo y a partir de ello, una reflexión sobre los posibles retos o desafíos que tendría la "Agenda Educativa" de Panamá, en este nuevo milenio. Y con referencia a los desafíos educativos para nuestro país, consideramos algunos aspectos puntuales relacionados con: el rezago educativo; la vinculación entre el ambiente escolar y el sector productivo; el crecimiento demográfico; la transformación del sistema educativo; la institución escolar; el avance científico y tecnológico; la inversión educativa; la incorporación de grandes sectores marginales pobres al sistema educativo; la acción de los medios de comunicación y la articulación de la función educativa con las distintas instituciones sociales.
Enfatizamos nuestro interés en la importancia que tiene para el país la formación y desarrollo de los recursos humanos de largo plazo para dar atención no solo a las transformaciones del aparato productivo, sino también para potenciar al máximo la capacidad de todos los panameños y panameñas para acceder tanto a los beneficios derivados del mayor crecimiento económico, como a todos los demás relacionados con la participación ciudadana y la cultura en un contexto de equidad y democracia. Reconocemos y así lo dejamos planteado, que para lograr estos cambios el papel del Estado panameño sigue siendo muy relevante.
El fin primordial de la educación, de la que da la familia, de la que da la escuela, de la que dan las diversas instituciones de la sociedad, de la que cada cual se da a sí mismo, es formar al hombre, a la persona humana, única, irreemplazable, depositaria de todos los valores, "viva moneda que nunca se volverá a repetir", con ilimitada posibilidades de conciencia; es formar al miembro de una familia, al vecino, al amigo, al ciudadano, al que produce y consume, al que vive y se gana la vida en un país determinado, en una época determinada. Esto es indiscutible, pero es indiscutible también que se le ha dado hasta ahora relativamente poca importancia a la ordenación de los medios sociales que contribuyen al fin de la educación en todos los miembros de la sociedad.