¡Quédate en casa! ¿Hasta cuándo?
Sugiero que se abra un espacio en donde las mentes pensantes de mi país puedan hacer aportes positivos de cómo enfrentar la pandemia y cómo superar el encierro que pareciera ser "ad calendas graecas", es decir, para el día del juicio final.
Todos podemos y debemos constituirnos en "autovigilantes y vigilantes del otro". Es cuestión de educación, responsabilidad y toma de conciencia. Foto: EFE.
Alguien, inquieto y curioso, pero con razones de sobra, expresaba lo siguiente: "Lo he preguntado por todos lados y no encuentro la respuesta.
Cuáles deben ser las condiciones para que se levante la emergencia nacional y todos sus efectos?, ¿cuáles serán esos parámetros?, más cuando no hay vacuna y mucho menos inmunes al bicho.
Nadie ha podido responder".
En alguna medida, impactado por lo planteado e identificándome con él, expresé este pensar: "Excelente pregunta. Creo que todos nos la estamos haciendo. Realidad versus libertad y necesidades.
Sin embargo, valga la interrogante, ¿la realidad de la pandemia Covid-19 nos mantendrá encerrados per saecula saeculorum (por siempre y para siempre)?
Indudablemente que No.
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Creo que debemos ir considerando cuestiones muy puntuales a fin de ir retornando a la normalidad:
1. Normas básicas de cuidados e higiene a mantenerse una vez se dé la concreta posibilidad de salir a nuestros trabajos. A la calle. Esperamos que el Gobierno Nacional ya esté considerando un plan "B".
2. Compromiso comunitario de anunciar y denunciar síntomas de coronavirus y aislamiento voluntario ante la existencia de una sintomatología. Es una manera de aplicar el método: "Yo anuncio y denuncio".
3. El Gobierno Nacional, una vez pasada esta semana, o la próxima, o lo que llaman la semana "pico", tiene que adoptar nuevas medidas que acrediten que el encierro total puede irse disminuyendo. Nuevas alternativas. Es decir, paulatinamente.
4. Debe haber educación y responsabilidad. Eso significa que todos podemos y debemos constituirnos en "autovigilantes y vigilantes del otro" . Con lo cual debe quedar claro que no se trata de mal querernos o indisponernos sino de cuidarnos y protegernos. Es cuestión de educación, responsabilidad y toma de conciencia.
5. Los pacientes contagiados o los asintomáticos pero que resultaron positivos deben mantenerse, obligatoriamente, por compromiso social y personal aislados. La sociedad sana debe y tiene que salir a trabajar y a producir. El Minsa seguirá jugando un protagonismo singular y especial.
6. La pandemia del coronavirus mata.
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Pero también el Gobierno Nacional debe considerar que el tedio o el ocio, la depresión, el desaliento, el miedo y el pánico también matan.
Sin descontar los estados de afectación graves, tras el encierro obligado y necesario de niños y ancianos y adultos con serios problemas de salud.
Considerar los daños irreversibles de la claustrofobia que padecen no pocas personas.
Sin duda, en la medida que las estadísticas diarias den muestras de un descenso, debemos alegrarnos.
Ese descenso indicará que nos asomamos a la libertad. Pd. "Este es tan solo el pensamiento de alguien preocupado igual que Usted".
Así concluí mi respuesta .
Debemos ser pacientes, no es fácil.
Pero en el Panamá de dos realidades y que es el que yo conozco: el de los ricos y el de la inmensa mayoría de los pobres, el dicho o la exhortación de "Quédate en casa", como que ha venido bien para unos y mal para muchísimos.
Podemos entenderlo, no hay cuestionamiento, de la importancia vital que traduce la idea "Quédate en casa", pero lo que no nos dice el "eslogan" es hasta cuándo nos tenemos que quedar en casa.
La indefinición siembra angustias y desasosiego sin par.
Algún nuevo sistema, algún nuevo método alternativo al "Quédate en casa" debe existir.
Es cuestión de meterle cráneo parejo.
Los actuarios podrían ayudar mucho.
También los hombres de estadísticas y políticas de la salud.
El grupo de funcionarios que vemos todos los días dándonos datos y estadísticas merecen todo nuestro aplauso.
Pero debemos pensar más y de allí a la acción.
Coincido con mi exalumno, el colega Roberto Aparicio, pilar clave del nuevo periodismo en la web, laborioso e incesante llevando la información, quien ha dicho que advierte una especie de estigmatización de la pobreza. Concepto que ha acuñado para indicar que estamos tratando a nuestros pobres como parias y responsables del contagio.
No. Esto no puede ser.
Ya lo dije una vez, hace poco, en otra entrega: Cuando el hambre atosigue y golpee el estómago de nuestra gente pobre allí no habrá eslogan de "Quédate en casa" que pueda aprisionar las ansias de comer.
Y ya estamos viendo algunas muestras de ello.
Deseamos lo mejor al equipo de trabajo que atiende la crisis por la pandemia del coronavirus.
Sugiero que se abra un espacio en donde las mentes pensantes de mi país puedan hacer aportes positivos de cómo enfrentar la pandemia y cómo superar el encierro que pareciera ser "ad calendas graecas", es decir, para el día del juicio final.
Y esto sí es de preocuparnos a todos.
¡Dios bendiga a la Patria. Yo le creo a Dios!