Señor presidente, los mártires hablaron claro
Por eso es que nuestros mártires no deben morir por el olvido y solo sean recordados cada 9 de Enero. Ellos, con sus hechos, hablaron claro y ahora a nosotros nos corresponde perder el miedo y seguir la lucha con nuestros esfuerzos y riesgos que la misma conlleva.
- Herminio Asprilla
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- - Publicado: 15/1/2021 - 12:00 am
Cumplidos 57 años, el pasado 9 de enero de 2021, de la gran gesta patriótica e histórica, donde 21 jóvenes fallecieron y más de 500 personas humildes fueron heridas por las tropas zonians atrincheradas en la quinta frontera o Zona del Canal, mediante el uso de armas de fuego de grueso calibre, granadas y otros artefactos de guerra.
Abusaron y masacraron a una población panameña que su única defensa era su nacionalismo, hidalguía y valor para reclamar sus derechos de nación libre y soberana en su propio territorio, al reclamar una sola bandera y un solo territorio, derechos que habían sido apropiados y usufructuados por invasores extranjeros.
Por esos hechos que enaltecieron a la juventud y a nuestra población panameña, gesta nacionalista, de la cual se hizo eco todo el mundo, al ver una nación tan pequeña, atreverse a desafiar al llamado Coloso del Norte y policía del mundo, solo con piedras, palos y un gran corazón henchido en una sola causa común.
En la actualidad esa tan cacareada y publicitada democracia de ese país agresor, naufraga y se avista un triste panorama en su anárquica democracia, ante los hechos de los últimos meses y que colapsó el 6 de enero de 2021, con la toma del Capitolio.
Y que después del 20 de enero, con el ascenso del próximo presidente, se ciernen sobre esa poderosa nación negros nubarrones de intranquilidad y zozobra para sus habitantes.
Hoy queremos viajar en el tiempo y hacer énfasis en esos panameños que no les importó arriesgar sus propias vidas, por la lucha de un bienestar colectivo y de país, para saber en qué estamos fallando y por qué ese gen de lucha colectiva, ha desaparecido progresivamente de nuestros cuerpos.
Al punto que tanto los líderes de la sociedad civil, educadores, gremialistas, sindicalistas hacen sus luchas aisladas y, a veces, solo por intereses propios y no tan colectivos como los panameños de hace décadas, y el resto de la población solo luchan en las redes sociales. El último movimiento que se vio y solo fue como una llamarada de capullo, fue el de los estudiantes universitarios reclamando la restauración del pago del vale digital, el resto solo muere en el intento.
Esas luchas nacionalistas por el bienestar colectivo deben reivindicarse, ya que hoy en día los invasores son nuestros propios conciudadanos cerca del poder, políticos oportunistas, que usufructúan parte de nuestra economía, promoviendo la coima y la corrupción de funcionarios públicos.
Todas estas acciones inhumanas de la desgastada y corrupta clase política, una Asamblea Nacional desatendida de los verdaderos problemas nacionales y una justicia sorda, ciega y muda con el crimen organizado y los corruptos de saco y corbata, nos arrincona hacía una sexta frontera del hambre y de la pobreza, donde los recursos económicos y laborales del Canal de Panamá tampoco han sido lo que se espera para este país en su óptima utilización.
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Ante este hecho que se ha masificado con la pandemia de la COVID -19, nuestros mártires desde el cielo deben estar hoy muy decepcionados de que su lucha por su pueblo, ha sido prácticamente para beneficio de otros, y, lo lamentable, es que no derramaron una solo gota de sangre, ni ellos ni sus familiares , a diferencia de nuestros estudiantes y nuestra clase humilde que siempre pone los heridos y muertos en estas gestas nacionalistas, como sucedió también en la invasión.
Ante este caótico y crítico panorama nacional, retomemos la lucha unitaria y conjunta de las clases populares, gremiales y sindicales en la búsqueda del bienestar social y colectivo de la población panameña, ya que, con luchas reivindicativas, solo podremos eliminar la sexta frontera de la pobreza y sacar a este país de la mala distribución social y económica.
Es por eso, que esa llama eterna, que aún renace en nuestros corazones y ese legado que nos dejaron nuestros mártires hace 57 años, sea algo más que una inspiración para motivarnos a resolver los problemas que tanto aquejan a este país.
Por eso es que nuestros mártires no deben morir por el olvido y solo sean recordados cada 9 de Enero. Ellos, con sus hechos, hablaron claro y ahora a nosotros nos corresponde perder el miedo y seguir la lucha con nuestros esfuerzos y riesgos que la misma conlleva.
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Y no sigamos creyendo en leyendas urbanas y cuentos de sirenas de los gobernantes de turno, ya que estos solo están por sus negocios e intereses creados.
Bibliotecólogo, educador y dirigente social y comunitario.
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