Celebran en Colón el mes de la etnia negra
Publicado 2003/05/23 23:00:00
- Katherine Palacio P.
Colón. Hablar de la historia de la etnia negra en la provincia de Colón, es remontarse a aquellos tiempos en que África perdió a sus hijos cuando fueron vendidos como esclavos por los bárbaros ingleses, españoles y otros.
Muchos de los negros africanos perecieron por el trato que les dieron en las embarcaciones donde eran transportados, mientras que otros escaparon cuando se lanzaron al mar y se salvaron al llegar a tierra firme.
Algunos de estos negros llegaron a varios países del continente americano y las islas caribeñas y antillanas, como: Trinidad y Tobago, Cuba, Jamaica, Haití, San Andrés, Colombia y las Bahamas.
Los que ingresaron a Panamá, arribaron en la época colonial y se refugiaron en las Costas Arriba o Abajo de Colón, y otras provincias, pero más tarde llegaron otros grupos de negros que realizaron el éxodo masivo de las islas caribeñas para trabajar en la construcción del Canal de Panamá, los cuales son conocidos como afroantillanos.
El colegio Abel Bravo de Colón celebró, como parte de las actividades en el "Mes de la Etnia Negra", una misa afroantillana que recoge toda la cultura de nuestros negros y que más que un ritual, puede decirse que era la forma de expresar su amor hacia Dios.
Los organizadores de esta actividad se lucieron. "Queremos agradecer que todos están apoyando y cultivando cada día más lo que es nuestro y no se debe olvidar, que los afroantillanos contribuyen con su historia", dijo la educadora Thelma Scott. El padre Donaciano Alarcón, egresado del Colegio Abel Bravo, y también miembro de la etnia negra, ofició la misa que desde el principio captó el interés de sus asistentes.
Los negros congos acompañaron en su entrada al padre Donaciano que entró al ritmo del congo y las danzas de los congueros. Así todo el culto religioso se va desarrollando con el ritmo del congo, en la entrada de la liturgia, mientras que en la eucaristía las mujeres bailan el ritmo de los tambores y las palmas.
Así mismo van entregando las frutas que son parte de las ofrendas que se dan al Señor para que siempre esté presente el alimento, la salud y la paz. "Es nuestra historia y con ella demostramos que conservamos las costumbres que nos legaron los antepasados y que todos debemos de continuar para que no se olvide", expresó el padre Donaciano.
La etnia negra hizo sus contribuciones que han enriquecido la nación, en lo cultural con su música y danza del congo, calipso, soca, en el desarrollo tecnológico como obreros de la construcción del Canal de Panamá, en la educación como fundadores de escuela bilingües, maestros, profesores de inglés, además del deporte y el arte culinario.
Muchos de los negros africanos perecieron por el trato que les dieron en las embarcaciones donde eran transportados, mientras que otros escaparon cuando se lanzaron al mar y se salvaron al llegar a tierra firme.
Algunos de estos negros llegaron a varios países del continente americano y las islas caribeñas y antillanas, como: Trinidad y Tobago, Cuba, Jamaica, Haití, San Andrés, Colombia y las Bahamas.
Los que ingresaron a Panamá, arribaron en la época colonial y se refugiaron en las Costas Arriba o Abajo de Colón, y otras provincias, pero más tarde llegaron otros grupos de negros que realizaron el éxodo masivo de las islas caribeñas para trabajar en la construcción del Canal de Panamá, los cuales son conocidos como afroantillanos.
El colegio Abel Bravo de Colón celebró, como parte de las actividades en el "Mes de la Etnia Negra", una misa afroantillana que recoge toda la cultura de nuestros negros y que más que un ritual, puede decirse que era la forma de expresar su amor hacia Dios.
Los organizadores de esta actividad se lucieron. "Queremos agradecer que todos están apoyando y cultivando cada día más lo que es nuestro y no se debe olvidar, que los afroantillanos contribuyen con su historia", dijo la educadora Thelma Scott. El padre Donaciano Alarcón, egresado del Colegio Abel Bravo, y también miembro de la etnia negra, ofició la misa que desde el principio captó el interés de sus asistentes.
Los negros congos acompañaron en su entrada al padre Donaciano que entró al ritmo del congo y las danzas de los congueros. Así todo el culto religioso se va desarrollando con el ritmo del congo, en la entrada de la liturgia, mientras que en la eucaristía las mujeres bailan el ritmo de los tambores y las palmas.
Así mismo van entregando las frutas que son parte de las ofrendas que se dan al Señor para que siempre esté presente el alimento, la salud y la paz. "Es nuestra historia y con ella demostramos que conservamos las costumbres que nos legaron los antepasados y que todos debemos de continuar para que no se olvide", expresó el padre Donaciano.
La etnia negra hizo sus contribuciones que han enriquecido la nación, en lo cultural con su música y danza del congo, calipso, soca, en el desarrollo tecnológico como obreros de la construcción del Canal de Panamá, en la educación como fundadores de escuela bilingües, maestros, profesores de inglés, además del deporte y el arte culinario.
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