Niños y docentes fueron el alma del desfile del 9 de noviembre en Santiago
Para algunos santiagueños los valores de responsabilidad y civismo se han ido perdiendo en la sociedad panameña y que trabajar para mantener los valores.
Su participación fue un ejemplo vivo de honestidad, civismo, empatía y responsabilidad, valores. Foto. Melquíades Vásquez
Durante la celebración de los 122 años de la gesta separatista de Panamá de Colombia, la ciudad de Santiago revivió con orgullo el espíritu patriótico que dio origen a la nación.
Este domingo 9 de noviembre, en conmemoración del grito de separación de 1903, fueron los niños de las escuelas primarias quienes se robaron el corazón del público, demostrando que el amor a la patria y los valores cívicos aún tienen esperanza en las nuevas generaciones.
Con uniformes impecables, paso firme y rostros llenos de entusiasmo, los estudiantes rindieron homenaje a los símbolos patrios y a los próceres que hicieron posible la independencia.
Su participación fue un ejemplo vivo de honestidad, civismo, empatía y responsabilidad, valores.
Para algunos santiagueños los valores de responsabilidad y civismo se han ido perdiendo en la sociedad panameña y que incluso deberían inspirar a las propias autoridades.
Entre los asistentes, Esther Cedeño residente en Santiago, y algunos miembros de la Asociación de Educadores Veragüenses (AEVE), destacaron que los docentes también participaron en el desfile, vestidos de negro “en señal de reflexión y compromiso con la patria”.
Cedeño subrayó que, pese a las dificultades que enfrenta el país, los educadores marcharon con respeto, civismo y lealtad, rindiendo tributo a quienes forjaron la independencia.
Por su parte, Luis Sánchez, dirigente de AEVE, aprovechó la ocasión para expresar su preocupación por la situación nacional. “Vemos con inquietud lo que está ocurriendo en el país, especialmente el tema de la posible apertura de minas.
El pueblo panameño no quiere eso”, afirmó, aludiendo a las tensiones sociales y ambientales que han generado amplio debate en las últimas semanas.
La jornada patriótica en Santiago no solo sirvió para conmemorar un hecho histórico, sino también para reflexionar sobre el rumbo del país.
En medio de los tambores, las banderas y los aplausos, quedó claro que el verdadero espíritu de la independencia sigue vivo en la inocencia y el compromiso de los niños, y en el ejemplo de los educadores que los guían.
Una vez más, el 9 de noviembre recordó a todos los panameños que la libertad no solo se celebra, sino que se defiende cada día con civismo, valores y amor a la patria.