¡Qué viva la Cumbia y los tambores!
Publicado 2000/08/05 23:00:00
- Elena Valdez
En todas las fiestas abundan la comida y la bebida, pero esto no puede estar completo sin la música, sobre todo si se trata de una festividad regional y cada quien celebra como mejor le parezca.
Existe un dicho que reza "para gusto los colores" y para los chorreranos, nada mejor que su Cumbia y los tambores.
El tambor chorrerano tiene más técnica en su ejecución, el repique es el más armónico y de más prolongadas vibraciones: el pujo o pujador, el claro, cuya combinación viene de su sonido de contra alto, voz de cristal en su parche de cuero y el sequero o simplemente "seco"; también la "caja gravida" de retumbos hace de contrabajo.
Ningún otro acompañamiento de baile presenta tambores con fusión tan diferentes y una polirritmia más acentuada. El tambor chorrerano tiene tres aires de ejecución: rápido, el norte (más lento y grave), y el ciénaga (mucho más lento y melancólico).
Para el baile de tamborito son de regla los tambores, cuatro en el caso de La Chorrera: sequero, el claro, el pujo o pujador y la caja tambora. Los tres primeros son unimembranófonos y se tocan con las manos; la caja es bimembranófono y se toca con dos baquetas o palo.
En el caso de esta batería de tambores la función de percusión está claramente diferenciada y la orquestación igualmente define con precisión los movimientos que ejecutan las parejas de baile.
Los tambores (sequero, claro y pujo) son cuerpos troncónicos huecos con un solo parche o cuero, generalmente de venado, templados en la boca del tambor a través de amarres o tirantes que aseguran con un cincho que porta también las cuñas de madera, con las cuales se afinan.
La caja chorrerana (tambora), es de mayor tamaño que la caja redoblante y a diferencia de ésta no lleva aros; se templa tirando directamente de los bordes de los parches, como en los tambores, por engarces o tensores de soga.
Para las cuñas se necesita madera muy resistente, generalmente de naranjillo o guayacán; para los tambores, el tronco se obtiene de balso, el indio, el espavé o el corotú.
Existe un dicho que reza "para gusto los colores" y para los chorreranos, nada mejor que su Cumbia y los tambores.
El tambor chorrerano tiene más técnica en su ejecución, el repique es el más armónico y de más prolongadas vibraciones: el pujo o pujador, el claro, cuya combinación viene de su sonido de contra alto, voz de cristal en su parche de cuero y el sequero o simplemente "seco"; también la "caja gravida" de retumbos hace de contrabajo.
Ningún otro acompañamiento de baile presenta tambores con fusión tan diferentes y una polirritmia más acentuada. El tambor chorrerano tiene tres aires de ejecución: rápido, el norte (más lento y grave), y el ciénaga (mucho más lento y melancólico).
Para el baile de tamborito son de regla los tambores, cuatro en el caso de La Chorrera: sequero, el claro, el pujo o pujador y la caja tambora. Los tres primeros son unimembranófonos y se tocan con las manos; la caja es bimembranófono y se toca con dos baquetas o palo.
En el caso de esta batería de tambores la función de percusión está claramente diferenciada y la orquestación igualmente define con precisión los movimientos que ejecutan las parejas de baile.
Los tambores (sequero, claro y pujo) son cuerpos troncónicos huecos con un solo parche o cuero, generalmente de venado, templados en la boca del tambor a través de amarres o tirantes que aseguran con un cincho que porta también las cuñas de madera, con las cuales se afinan.
La caja chorrerana (tambora), es de mayor tamaño que la caja redoblante y a diferencia de ésta no lleva aros; se templa tirando directamente de los bordes de los parches, como en los tambores, por engarces o tensores de soga.
Para las cuñas se necesita madera muy resistente, generalmente de naranjillo o guayacán; para los tambores, el tronco se obtiene de balso, el indio, el espavé o el corotú.
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