Aleyda Jones: ‘No hay que dejarse llevar por las redes’
Señaló que tiene la esperanza de que el proyecto minero reactive el movimiento económico, la empleabilidad y el turismo en la provincia.
La emprendedora, antes de iniciar su negocio de velas aromáticas, laboró por 10 años en una empresa de renombre local. Foto: Epasa
La percepción que tienen algunos panameños de la empresa Cobre Panamá se basa únicamente en la información que terceros comparten a través de redes sociales, sea verdadera o falsa. Este fue el caso de Aleyda Jones, una emprendedora de la provincia de Colón, que reconoce que se dejó influenciar por lo que percibía en internet sin cuestionar su veracidad; sin embargo, al participar del programa Cobre Emprende, pudo conocer a fondo los beneficios e intenciones de la compañía, creándose una opinión propia del proyecto, sustentada en lo que observó y no en prejuicios ajenos, un ejercicio que debería realizar todo ciudadano antes de emitir juicios sobre cualquier tema de interés social.
“Lastimosamente, somos muy manipulables y controlables con todo el bombardeo de información que recibimos en redes sociales”, dijo.
Mencionó que esta situación incluso hizo que dudara de participar en las capacitaciones para emprendedores, pero después de analizarlo durante un tiempo, tomó la decisión de aventurarse sin arrepentimientos porque, desde la primera clase, la experiencia “fue maravillosa”; entendió que su negocio de velas aromáticas (Aleyda´s Harmony) podría evolucionar hacia un proyecto sostenible y rentable.
“Gracias al programa Cobre Emprende me di cuenta de que tenía que hacer borrón y cuenta nueva; no empiezo desde cero, comienzo desde la experiencia de hacer velas, pero con el conocimiento de que la parte financiera, mercadeo y demás tienen que ir de la mano; si no, voy a seguir trabajando un bonito hobby en el que la plata va a seguir desapareciendo”, indicó.
La colonense expresó en entrevista a Panamá América que durante las clases tuvo la oportunidad de aclarar sus dudas sobre la mina de cobre y lo que más llamó su atención fue que la empresa aceptó que lo ocurrido en noviembre de 2023 fue por falta de comunicación; por lo tanto, deberán redoblar esfuerzos para recuperar la confianza de los ciudadanos.
Señaló que los emprendedores tienen la esperanza de que el proyecto minero reactive el movimiento económico, la empleabilidad y el turismo en la provincia para que puedan seguir creciendo, ya que históricamente han sido abandonados, pero ello dependerá de la voluntad de ambas partes (empresa y pobladores).
Quienes residen en Colón, según Jones, siempre han tenido que generar sus propias fuentes de ingresos mediante emprendimientos porque no cuentan con un empleo formal; por ello, el cierre de la mina agravó su situación económica.
“La pandemia y el cese de operaciones han puesto las cosas cada vez más apretadas; ha sido un golpe bastante fuerte, sin hablar del país completo; para el colonense ha sido difícil”, aseguró.
Un escenario complicado que, a su juicio, podría resolverse paulatinamente con la reapertura de la mina de cobre; por ello, espera que las autoridades tomen en cuenta la opinión del sector que representa en las conversaciones sobre el futuro del proyecto que generaría mayor progreso e ingresos para la provincia y sus habitantes.
La emprendedora recordó a los panameños que las redes sociales no tienen la verdad absoluta; por ello, es crucial que se informen y conozcan a fondo la actividad minera antes de emitir juicios influenciados.
“Las redes no tienen la verdad absoluta; ojalá cada uno pueda ir a ver con sus propios ojos que las cosas no son como las están poniendo”, añadió.
Agregó que la naturaleza es crucial para su negocio; por lo tanto, nunca estaría de acuerdo en que se destruya como algunos adversarios a la industria quieren hacer ver, pese a que la empresa está desarrollando diversos programas de reforestación y reubicación animal.
“La naturaleza para mí es lo más importante; el oro de Panamá es verde, pero también hay que saber que solamente eso no nos va a sostener”, aseveró.
La emprendedora, antes de iniciar su negocio de velas aromáticas, laboró por 10 años en una empresa de renombre local.