Deserción de las escuelas agudiza problemas de las madres adolescentes

Estando en sus últimos años de secundaria, Zuleika se enfrentó a una etapa muy difícil en su joven vida que fue quedar embarazada y perder a su madre.

Con el apoyo de su abuela, su tía y su pareja, pudo seguir adelante, pero tuvo que abandonar sus estudios para cuidar a su primogénita.

Por medio de una amiga conoció la fundación Voces Vitales, gracias a la cual pudo culminar su bachillerato y conseguir trabajo.

Luego de dos años laborando, Zuleika, a sus 22 años le ha dado un norte a su vida, la de su niña e, incluso, su familia.

"Tengo una casa que pude terminar de construir; ayudé a mi hermano a graduarse de la secundaria; ayudo a mi abuela. He podido hacer muchas cosas, como inscribirme en la universidad, que comienzo el próximo año", relató.

Agrega que gracias a la fundación valoró su rol como madre y persona, y enfrentó los miedos que tenía en la vida.

Su hija hoy tiene 4 años y asiste al programa de estimulación que implementa Voces Vitales.'

Un estudio reciente del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) reveló que al Estado le cuesta $1,500 millones las menores embarazadas.

En concepto de ingresos fiscales, el Estado panameño ha dejado de percibir 79 millones de dólares.

Panamá sufre una difícil realidad de mujeres profesionales que no quieren tener hijos y mujeres sin educación que tienen hijos a temprana edad.

Los embarazos en adolescentes también influyen en el ámbito educativo, económico y social, reveló Edith Castillo Núñez, representante de Unfpa en Panamá.

Reto

Yesica Pinzón coordina el programa de la fundación llamado Las Claras, dirigido a madres adolescentes para que puedan culminar sus estudios, ofreciéndoles un bachiller en comercio.

A estas jóvenes se les inserta en un programa encaminado a que puedan tener empleo, una vez obtienen su bachiller, como ocurrió con Zuleika.

Atienden a chicas entre 15 y 19 años y han logrado graduar a 157 madres adolescentes en estos años.

"Estas mujeres, que no contaban con esperanza de estudiar y salir adelante, han tenido esa oportunidad", comenta a Panamá América.

Actúan en la comunidad de Felipillo, en Pacora, y ven también a menores de San Miguelito, Chepo y 24 de diciembre.

La tarea no es fácil, admite Yesica. Y es que la realidad con que se están encontrando ahora, es que las jóvenes que se embarazan, por lo general, ya han abandonado sus estudios antes de quedar en estado de gravidez.

"El sistema educativo no garantiza tu conocimiento que precede al siguiente grado. Al final, el estudiante se frustra y se sale de la escuela. A esto se suman los problemas sociales de las comunidades y la falta de educación sexual", dijo.

En los 10 años que tiene de estar colaborando con Voces Vitales, Zuleyka asegura que no es que estas chicas no quieran o no puedan seguir adelante.

"Te encuentras gente brillante, súper inteligente, pero que, simplemente, el sistema les ha sido negligente y ese recurso humano se pierde", sostuvo.

Esta situación, le ha llevado a preguntarse si como país estamos haciendo una inversión para que nuestra población sea resiliente y productiva.

Dentro de sus programas, Voces Vitales cuenta con uno de educación integral que va dirigido, precisamente, a estas madres adolescentes, para evitar que se conviertan en una estadística más de los miles de casos de deserción escolar que se registran en el país.