Panamá
Hungría: Migración ilegal es un problema de seguridad, no humanitario
- Ciudad de Panamá / EFE / @panamaamerica
El canciller húngaro subrayó que pasar por la frontera sin permiso del país "es no respetar la soberanía de ese país".
El ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, defendió este martes en su visita a Panamá, a donde llegan a diario cientos de migrantes que cruzan la selva del Darién en su camino hacia Estados Unidos, que la "migración ilegal" más allá de ser un problema humanitario es una "cuestión de seguridad" nacional y que esta situación pone en riesgo la soberanía de los países.
"La clave del éxito de Hungría es que nosotros no lo consideramos una cuestión de derechos humanos, sino una cuestión de seguridad y tenemos que hablar con claridad meridional: no respetar la frontera de un país es un crimen", precisó el canciller húngaro durante una conferencia de prensa tras reunirse con su homóloga panameña.
Szijjártó subrayó que pasar por la frontera sin permiso del país "es no respetar la soberanía de ese país".
"Tenemos que actuar en contra de la migración ilegal, es por eso que son imprescindibles políticas para garantizar la seguridad de nuestros países y sus ciudadanos", remarcó.
La postura del Gobierno húngaro es firme contra la migración irregular y desde 2015 aplicaron una serie de medidas que hacen muy difícil solicitar asilo en el país centroeuropeo.
"Nosotros rechazamos cualquier tipo de crítica de ONGs internacionales que nos dicen que porque no abrimos las fronteras y dejamos entrar a todo el mundo... ni hablar de eso. Tenemos que proteger las fronteras, porque la soberanía de un Estado depende enormemente de poder proteger sus mismas fronteras", apuntó.
Precisamente, el Gobierno ultranacionalista de Hungría anunció la semana pasada que no acepta el pacto migratorio europeo y rechaza el sistema de reparto de inmigrantes, así como también la multa prevista por no acogerlos.
El pacto sobre asilo y migración recibió el visto bueno del Parlamento Europeo y prevé, entre otros, la reubicación de al menos 30,000 inmigrantes cada año.
Remarcó que su país ya ha gastado "1,000 millones de euros (unos 941 millones de dólares) para parar la migración ilegal" y que solo el año pasado se detuvieron 275,000 migrantes en sus fronteras y que gracias a los guardias fronterizos todas estas personas no lograron entrar al país.
"Nosotros no queremos ver a inmigrantes ilegales en nuestro país", dijo.
Admitió que para Panamá es un poco más difícil proteger su frontera, porque estamos "hablando de una selva" y esto representa un "desafío importante".
Según las cifras de las autoridades de migración panameñas, de enero hasta el pasado 11 de abril, por la selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, han pasado 118,073 migrantes irregulares, más de 8,000 solo en abril.
"Con la canciller quedamos en que nuestro equipo del Ministerio del Interior y su Director General de Migración trabajarán en conjunto para ver qué tipo de ayuda o respaldo técnico se les puede dar para proteger su frontera y de esta forma garantizar su seguridad", adelantó Szijjártó.
La canciller panameña, Janaina Tewaney Mencomo, manifestó que más allá de los temas de seguridad y migración, también se mostró un interés de ambas partes de cooperar en temas comerciales, especialmente en la producción y distribución de medicamentos.
"Tenemos el interés de que empresas de Hungría puedan asentarse en Panamá, sobre todo cuando son unos de los mayores productores de medicamentos. Nuestro país está empujando una agenda de ser un 'hub' (centro logístico) farmacéutico y colaborar también en la producción de medicamentos en nuestro país", indicó Tewaney.
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