Gobierno toma distancia de la firma Mossack Fonseca
El apoyo irrestricto del Gobierno panameñista a Ramón Fonseca Mora, cuya firma ha desatado un escándalo mundial, por supuestamente aupar la...
Ayer, tanto la vicepresidenta Isabel de Saint Malo como el mandatario Varela se refirieron al escándalo Mossack Fonseca en tonos más críticos, contrarios al apoyo inicial a la firma. / EFE
El apoyo irrestricto del Gobierno panameñista a Ramón Fonseca Mora, cuya firma ha desatado un escándalo mundial, por supuestamente aupar la evasión de impuestos y otras actividades ilícitas, se está resquebrajando.
En este sentido, la vicepresidenta Isabel de Saint Malo de Alvarado se sumó ayer a la vocería oficial que comienza a variar su discurso de defensa a la firma panameña.
La también canciller responsabilizó al bufete de abogados Mossack Fonseca de provocar la entrada de Panamá a la lista gris de paraísos fiscales que reporta Francia.
"Yo me atrevo a decir, desafortunadamente, que yo dudo mucho que Francia hubiera tomado esa decisión [de incluir a Panamá en la lista de paraísos fiscales] de no ser por el escándalo que apareció en medios internacionales, con relación a una firma de abogados panameños [Mossack Fonseca]", afirmó ayer la vicepresidenta.
En entrevista concedida a TVN, en todo momento, la funcionaria evitó mencionar el nombre de la firma panameña en el ojo de la tormenta, pero sí hizo alusiones explícitas.
Por ejemplo, al ser cuestionada sobre las publicaciones internacionales que responsabilizan directamente a la firma Mossack Fonseca, pese a que el escándalo ha sido llamado "los papeles de Panamá", Isabel de Saint Malo se limitó a reconocer que "Sí, hablan de una firma".
Volvió a responsabilizar a este bufete [Mossack Fonseca] de la posición comprometedora en que ha quedado el país. "Yo estoy segura de que Francia no hubiera tomado esta decisión de no ser por el escándalo".
De Saint Malo agregó: "yo creo que ese fue un incidente que tristemente tiene el nombre de nuestro país, aun cuando se refiere a actos específicos en muchísimas jurisdicciones más allá de Panamá".
En esta línea, De Saint Malo no reveló cuál será la postura del Gobierno en los próximos días, en relación con el bufete Mossack Fonseca.
Pero, negó que Panamá haya quedado sola -sin aliados-, tras su primera postura de respaldo y defensa a Mossack Fonseca.
"He recibido muchas llamadas de apoyo de otros países", mencionó, aunque sin detallar nombres.
Tampoco se aventuró a confirmar o descartar posibles medidas de retorsión en contra de Francia, si la potencia europea no cede a la petición de sacar a Panamá de su lista gris.
"Yo le pediría al pueblo panameño paciencia para permitir que la diplomacia funcione, y de no funcionar, entonces hablaremos de eso", sentenció.
Abogados corruptos
Por su parte, el presidente Juan Carlos Varela (desde Japón) también fue abordado por la prensa nipona sobre el conflicto de intereses en el seno de su administración, que supone su nexo con el abogado Ramón Fonseca Mora.
"Cualquiera, no importa que sea abogado o ingeniero, que incumpla la ley en mi país, dejará de ser funcionario de mi gobierno", dijo.
Varela afirmó que este es un tema de moral, valores y ética de todo funcionario.
Agregó que legislar para que abogados que trabajen en firmas corporativas no puedan ser parte de mi gobierno no limitaría que "alguien use su cargo para algún tipo de interés".
Reacciones
Para el economista Juan Jované es positivo que el Gobierno panameño plantee distancia con la cuestionada firma Mossack Fonseca, aunque esta reacción -a su juicio- llega de manera tardía.
"Desde un inicio, Panamá debió aislar su imagen bancaria de quienes originaron este escándalo [Ramón Fonseca y Jürgen Mossack] en lugar de dedicarse a defenderlos a ellos y a su firma", valoró Jované.
Según el economista, en asuntos de imagen financiera, los políticos deben apartarse de "ciudadanos señalados por alguna irregularidad conexa, y reconocer -si es el caso- que no están haciendo bien las cosas".
En este sentido, recordó que ya en el año 2012 el Fondo Monetario Internacional había advertido a Panamá sobre la creación masiva de sociedades turbias, "y Panamá no prestó atención".
No obstante, Jované reconoció el tono más mesurado del presidente y la vicepresidenta sobre el escándalo Mossack Fonseca.
"Pero una cosa es cuando los gobernantes hacen algo a tiempo, y otra es cuando lo hacen fuera del tiempo oportuno...y esta reacción llega fuera de tiempo", insistió.
"La primera impresión que dio Panamá a nivel internacional fue la incorrecta, tratando de no reconocer el problema; ahora se empieza a reconocer", concluyó Jované.
Para el analista político Mario Rognoni es posible que este cambio sutil de discurso se haya dado por presiones de otros sectores.
"Cada vez más Varela se verá obligado a tomar distancia de la firma Mossack Fonseca, para evitar los efectos negativos hacia el sistema financiero en general", vaticinó Rognoni.
Incluso, fue más directo al señalar que le hace bien al país -y sobre todo a la administración Varela- "tomar distancia de Ramón Fonseca Mora".