El poder de los Diamantes
Publicado 2005/09/21 23:00:00
- REDACCION
Cada diamante es único. Como una huella digital, no hay dos idénticos. El diamante es sinónimo de poder, riqueza, seguridad y belleza. Cuando usted sostiene un diamante, sea él en bruto o tallado en una joya, usted está literalmente sosteniendo un pedazo de historia geológica en la mano.
La más joven piedra volcánica en el que los diamantes se traen para la superficie de la tierra tiene aproximadamente 70 millones de años.
Los diamantes han ornamentado a los reyes, inspiraron a poetas, deslumbraron a las estrellas de cine, trajeron la muerte a famosos y no famosos, a ellos incluso fue atribuido el poder de cura en las enfermedades.
Jahan Shah, constructor de Taj Mahal, ostentaba un diamante de 88 quilates en su coronación en 1628.
La compulsión por tener el mejor sobrevive en el mundo de hoy. Por ejemplo, la fiebre de las subastas. Sólo en 1988, nueve diamantes vendidos en Sotheby y en Christie en New York, alcanzaron precios que variaron de $185.200, 00 hasta $926.315, 00 por quilate. Además los americanos gastan casi $ 12 billones en joyas con diamantes en un año.
Las formas más comunes en el mercado actualmente y según su valor relativo son: Redonda, Ovalada, Corazón, Navete y Gota.
Fueron las civilizaciones orientales las primeras en conocer esta gema. India (su primer y más vasto productor) dio al mundo los más hermosos diamantes, como el Ko-i-nor (que traducido significa algo así como "montaña de luz") que pesaba, en bruto, 787.5 quilates. (El quilate es la unidad de peso usada en piedras preciosas y equivale a 205 miligramos.) El nombre del diamante proviene del griego adamas o adamantem, que significa "el invencible." En efecto, ha sido utilizado con frecuencia para simbolizar lo eterno e infinito. Además, antiguamente se le conferían toda clase de poderes extraños.
El diamante llegó a Europa muy posiblemente en el tercer siglo antes de nuestra era, quizás como consecuencia de los viajes de Alejandro Magno, que provocaron un enorme intercambio entre los puertos del Mar Rojo y los de la Costa de Malabar, en la India.
Desde ayer y hasta el 26 de febrero del 2006 se realiza en Gran Bretaña la Exposición de Diamantes. Entre las preciadas joyas se expone por primera vez el supuestamente maldito Orlov Negro de 67.5 quilates, también conocido como el Ojo de Brama. Según la leyenda un desertor francés lo robó de un templo Brahman en Misore en el que se utilizaba como el ojo de un ídolo. Otra historia alternativa cuenta que la piedra pertenecía al rey de Persia Nader Shah y después de su asesinato fue robada y vendida a un Armenio que se llamaba Shaffrass. Sea cual sea su verdadera historia en 1774 la compró el conde Grigori Grogorievich Orlov en un fallido intento de ganar el favor de la emperatriz Catalina II de Rusia que montó la piedra en el cetro imperial de los Romanov.
La más joven piedra volcánica en el que los diamantes se traen para la superficie de la tierra tiene aproximadamente 70 millones de años.
Los diamantes han ornamentado a los reyes, inspiraron a poetas, deslumbraron a las estrellas de cine, trajeron la muerte a famosos y no famosos, a ellos incluso fue atribuido el poder de cura en las enfermedades.
Jahan Shah, constructor de Taj Mahal, ostentaba un diamante de 88 quilates en su coronación en 1628.
La compulsión por tener el mejor sobrevive en el mundo de hoy. Por ejemplo, la fiebre de las subastas. Sólo en 1988, nueve diamantes vendidos en Sotheby y en Christie en New York, alcanzaron precios que variaron de $185.200, 00 hasta $926.315, 00 por quilate. Además los americanos gastan casi $ 12 billones en joyas con diamantes en un año.
Las formas más comunes en el mercado actualmente y según su valor relativo son: Redonda, Ovalada, Corazón, Navete y Gota.
Fueron las civilizaciones orientales las primeras en conocer esta gema. India (su primer y más vasto productor) dio al mundo los más hermosos diamantes, como el Ko-i-nor (que traducido significa algo así como "montaña de luz") que pesaba, en bruto, 787.5 quilates. (El quilate es la unidad de peso usada en piedras preciosas y equivale a 205 miligramos.) El nombre del diamante proviene del griego adamas o adamantem, que significa "el invencible." En efecto, ha sido utilizado con frecuencia para simbolizar lo eterno e infinito. Además, antiguamente se le conferían toda clase de poderes extraños.
El diamante llegó a Europa muy posiblemente en el tercer siglo antes de nuestra era, quizás como consecuencia de los viajes de Alejandro Magno, que provocaron un enorme intercambio entre los puertos del Mar Rojo y los de la Costa de Malabar, en la India.
Desde ayer y hasta el 26 de febrero del 2006 se realiza en Gran Bretaña la Exposición de Diamantes. Entre las preciadas joyas se expone por primera vez el supuestamente maldito Orlov Negro de 67.5 quilates, también conocido como el Ojo de Brama. Según la leyenda un desertor francés lo robó de un templo Brahman en Misore en el que se utilizaba como el ojo de un ídolo. Otra historia alternativa cuenta que la piedra pertenecía al rey de Persia Nader Shah y después de su asesinato fue robada y vendida a un Armenio que se llamaba Shaffrass. Sea cual sea su verdadera historia en 1774 la compró el conde Grigori Grogorievich Orlov en un fallido intento de ganar el favor de la emperatriz Catalina II de Rusia que montó la piedra en el cetro imperial de los Romanov.
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