La moda británica: 50 años de originalidad y elegancia
Publicado 1999/11/22 00:00:00
- China
Los británicos siempre han tenido algo de "dandy craeativo". Cuando pensamos en la moda británica nos vienen a la cabeza los vestidos de corte de la época isabelina y hubo un largo período de casi un siglo, desde mediados del XVII hasta mediados del XIX, en la que era corriente el uso de sedas, encajes y chorreras, sobre todo por parte de los hombres.
Durante el último siglo la moda ha cambiado continuamente, empezando por los llamados "Roarin" Twenties" y la característica moda de la época. Tras dos décadas más tranquilas llegaron los años 50, cuando el estilo de Hardy Amies se situó a miles de kilómetros de los "Teddy Boys", con sus pantalones pitillo y sus chaquetas drapeadas, sus zapatos con suela de crepe y su peinado especial.
Estos dos estilos de la misma época eran tan innovadores y distintos entre sí como el punk y el disco a finales de los años 70, una era que vio el resugir de los miles de estilos que todavía sirven de inspiración a los modernos modistas británicos. Viviente Westwood tuvo un papel muy importante en la moda punk, pero eso le sirvió para convertirse en una figura de fama internacional. Sin embargo hay una prenda de finales de los 70 que ha desaparecido totalmente de las pasarelas de este final de siglo: el pantalón campana.
Mientras en Londres los "modernos" paseaban por King´s Road, en todas las playas de Gran Bretaña empezaba el movimiento Mod, cuya más genuina representante fue Mary Quant. Aunque estas moda tomó muchos temas de Italia y la música lo hizo de la música negra americana. En ambos casos los amalgamó todos en ropa y música genuinamente británicas. Lo Mod tuvo un resurgir auténtico aunque breve a finales de los años 80, de lo que hoy quedan rasgos más sutiles, gracias sobre todo a Fred Perry y otras tiendas famosa del Soho londinense.
Hoy se mantien intacta la capacidad innata de los diseñadores briitánicos para convertir rápidamente la moda en algo original, especial y creativo. Esta capacidad es un don gracias al cual Londres y el resto del Reino Unido se mantienen a la vanguardia de la moda y la capital se ha convertido en el epicentro de todo lo quesucede en el mundo de la moda y la música, hoy día perfectamente entrelazadas. Cuando When Hardy Amies y Norman Hartnell presentaban sus colecciones en los desfiles de los años 50, la "alta costura" era un mundo secreto y misterioso.
The House of Hartnell es quizá más famosa por el vestido que llevaba la Reina Isabel II el día de su coronación en 1953. Para ello, el diseñador Norman Hartnell presentó a la Casa Real nueve diseños distintos. Mientras tanto hardy Amies había empezado su carrera como crítico de moda y posteriormente trabajó en la casa Shingleton, propietaria de algunas marcas famosas entre ellas Lachasse.
Posteriormente Amies trabajó durante cinco años aprendiendo los entresijos del negocio de la moda y desarrollando su propio estilo. En 1945, con ayuda económica de sus amigos, abrió una sastrería en Savile Row, en el famoso barrio londinense de Mayfair, que todavía existe. Allí se hizo con una clientela exclusica y pronto empezaron a aparecer sus colecciones en las páginas de revistas como Vogue y Harper"s. También empezó a crear vestidos para la entonces Princesa Isabel, estableciendo una estrecha relación con la Casa Real de la que Amies se muestra orgulloso con razón.
Hoy día, con colecciiones "pret-a-porter" y franquicias en todo el mundo, el imperio de Sir Hardy Amies declara unos ingresos de 100 millones de libras anuales. No está mal para un sastre de 88 años que dice que es "sencillamente un hombre de ciudad".
Cuando los Beatles y los Rolling Stones andaban por todo el mundo disfrutando de la fama en los años 60, comenzaba una revolución de la música y de la moda, que por primera vez aparecieron juntas en una relación que hoy es más importante que nunca.
Luego vinieron los llamados "Swinging Sixties", la época del op-art y la cosmética, cuyo máximo exponente fue Mary Quant en la moda y el peluquero Vidal Sassoon, ambos importantes personajes de este mundillo hasta hoy mismo.
Otro diseñador importante de la época fue Ossie Clark. Desde su tienda Quorum de King"s Road, calle más famosa por entonces que Carnaby Street y que todavía mantiene su carisma, atendió a clientes tan importantes como Mick Jagger y Jimi Hendrix, vistió a la modelo Twiggy y al pintor David Hockney (que inmortalizó a Clark y a su gato en un retrato hoy famoso en todo el mundo).
Cuando a finales de los años 60 empezó a desaparecer el movimiento hippy con su lema de Paz y Amor, comenzaba un período mucho más brillante y de "glamour". De nuevo la famosa tienda Biba volvió a ser el centro de lo que ahora se llmaba Glam-rock, un movimiento encabezado por David Bowie, cuya influencia tanto musical como en el vestir se dejó sentir en Gran Bretaña desde mediados de los años 70 hasta casi finales de los 80. De allí salió Zandra Rhodes, una de las más famosas y excéntricas diseñadoras de moda del Reino Unido. Sus creaciones fueron de las primeras que presentaron la moda como un arte. Su estilo innovador y radicalmente distinto es quizás la muestra más característica de la creatividad y la inventiva de los diseñadores británicos.
Cuando, a finales de los años 70, tanto la música como la moda británica parecían haber llegado a un callejón sin salida, aparecieron Johnny Rotten, los Sex Pistols, Malcolm McLaren y una tal Vivienne Westwood, que cambiaron el estilo británico para siempre.
Nada ha influído más en el mundo de la moda y la música como el punk. La leyenda dice que Vivienne Westwood prohibió entrar a Mick Jagger en su "horrible" tienda Seditionaries por ser "demasiado elegante". Pero Vivianne tuvo la valentía de pasar de su tienda a las pasarelas internacionales, con lo que nacía la nueva moda británica. Cuando Paul Smith abrió su primera tienda en Covent Garden con ropa masculina "clásica pero con un toque especial", uno de sus primeros clientes fue David Bowie. El posterior éxito de Smith en todo el mundo, sobre todo el Japón donde posee centenares de tiendas, fue como abrirse las compuertas a una nueva ola de diseño británico.
A pesar de que este nuevo movimiento tuvo una primera salida en falso a mediados de los 80, la moda británica se recuperó enseguida, sus protagonistas rehivieron totalmente la London Fashion Week que estaba a punto de arruinarse y la convirtieron en uno de los mejores escaparates de la innovación y creatividad de los actuales diseñadores británicos. Fue justo a finales de los años 80 y a partir de ese momento las nuevas marcas como Workers of Freedom y Katherine Hamnett marcharon codo con codo con las clásicas ahora rejuvenecidas como Mulberry. Aquascutum y Burberry, que actualmente han llegado a lo más alto de la fama.
En esta última década la moda británica se ha convertido sin duda en el barómetro que más influye en toda la moda mundial. Dos de sus protagonistas ocupan los lugares más altos de la alta costura: John Galliano y Alexander McQueen, principales diseñadores de las famosas firmas Christian Dior y Givenchy, respectivamente, cuya influencia y fama son reconocidas en todo el mundo.
A medida que avanzamos hacia el siglo XXI, cuando ya hemos visto en la pasada London Fashion Week las primeras colecciones del año 2000, los nuevos talentos británicos, como Julien McDonalds. Matthew Milliamson y Stella McCartney, dan testimonio de que la moda británica está en mejor forma que nunca. (FAS/ANN).
Durante el último siglo la moda ha cambiado continuamente, empezando por los llamados "Roarin" Twenties" y la característica moda de la época. Tras dos décadas más tranquilas llegaron los años 50, cuando el estilo de Hardy Amies se situó a miles de kilómetros de los "Teddy Boys", con sus pantalones pitillo y sus chaquetas drapeadas, sus zapatos con suela de crepe y su peinado especial.
Estos dos estilos de la misma época eran tan innovadores y distintos entre sí como el punk y el disco a finales de los años 70, una era que vio el resugir de los miles de estilos que todavía sirven de inspiración a los modernos modistas británicos. Viviente Westwood tuvo un papel muy importante en la moda punk, pero eso le sirvió para convertirse en una figura de fama internacional. Sin embargo hay una prenda de finales de los 70 que ha desaparecido totalmente de las pasarelas de este final de siglo: el pantalón campana.
Mientras en Londres los "modernos" paseaban por King´s Road, en todas las playas de Gran Bretaña empezaba el movimiento Mod, cuya más genuina representante fue Mary Quant. Aunque estas moda tomó muchos temas de Italia y la música lo hizo de la música negra americana. En ambos casos los amalgamó todos en ropa y música genuinamente británicas. Lo Mod tuvo un resurgir auténtico aunque breve a finales de los años 80, de lo que hoy quedan rasgos más sutiles, gracias sobre todo a Fred Perry y otras tiendas famosa del Soho londinense.
Hoy se mantien intacta la capacidad innata de los diseñadores briitánicos para convertir rápidamente la moda en algo original, especial y creativo. Esta capacidad es un don gracias al cual Londres y el resto del Reino Unido se mantienen a la vanguardia de la moda y la capital se ha convertido en el epicentro de todo lo quesucede en el mundo de la moda y la música, hoy día perfectamente entrelazadas. Cuando When Hardy Amies y Norman Hartnell presentaban sus colecciones en los desfiles de los años 50, la "alta costura" era un mundo secreto y misterioso.
The House of Hartnell es quizá más famosa por el vestido que llevaba la Reina Isabel II el día de su coronación en 1953. Para ello, el diseñador Norman Hartnell presentó a la Casa Real nueve diseños distintos. Mientras tanto hardy Amies había empezado su carrera como crítico de moda y posteriormente trabajó en la casa Shingleton, propietaria de algunas marcas famosas entre ellas Lachasse.
Posteriormente Amies trabajó durante cinco años aprendiendo los entresijos del negocio de la moda y desarrollando su propio estilo. En 1945, con ayuda económica de sus amigos, abrió una sastrería en Savile Row, en el famoso barrio londinense de Mayfair, que todavía existe. Allí se hizo con una clientela exclusica y pronto empezaron a aparecer sus colecciones en las páginas de revistas como Vogue y Harper"s. También empezó a crear vestidos para la entonces Princesa Isabel, estableciendo una estrecha relación con la Casa Real de la que Amies se muestra orgulloso con razón.
Hoy día, con colecciiones "pret-a-porter" y franquicias en todo el mundo, el imperio de Sir Hardy Amies declara unos ingresos de 100 millones de libras anuales. No está mal para un sastre de 88 años que dice que es "sencillamente un hombre de ciudad".
Cuando los Beatles y los Rolling Stones andaban por todo el mundo disfrutando de la fama en los años 60, comenzaba una revolución de la música y de la moda, que por primera vez aparecieron juntas en una relación que hoy es más importante que nunca.
Luego vinieron los llamados "Swinging Sixties", la época del op-art y la cosmética, cuyo máximo exponente fue Mary Quant en la moda y el peluquero Vidal Sassoon, ambos importantes personajes de este mundillo hasta hoy mismo.
Otro diseñador importante de la época fue Ossie Clark. Desde su tienda Quorum de King"s Road, calle más famosa por entonces que Carnaby Street y que todavía mantiene su carisma, atendió a clientes tan importantes como Mick Jagger y Jimi Hendrix, vistió a la modelo Twiggy y al pintor David Hockney (que inmortalizó a Clark y a su gato en un retrato hoy famoso en todo el mundo).
Cuando a finales de los años 60 empezó a desaparecer el movimiento hippy con su lema de Paz y Amor, comenzaba un período mucho más brillante y de "glamour". De nuevo la famosa tienda Biba volvió a ser el centro de lo que ahora se llmaba Glam-rock, un movimiento encabezado por David Bowie, cuya influencia tanto musical como en el vestir se dejó sentir en Gran Bretaña desde mediados de los años 70 hasta casi finales de los 80. De allí salió Zandra Rhodes, una de las más famosas y excéntricas diseñadoras de moda del Reino Unido. Sus creaciones fueron de las primeras que presentaron la moda como un arte. Su estilo innovador y radicalmente distinto es quizás la muestra más característica de la creatividad y la inventiva de los diseñadores británicos.
Cuando, a finales de los años 70, tanto la música como la moda británica parecían haber llegado a un callejón sin salida, aparecieron Johnny Rotten, los Sex Pistols, Malcolm McLaren y una tal Vivienne Westwood, que cambiaron el estilo británico para siempre.
Nada ha influído más en el mundo de la moda y la música como el punk. La leyenda dice que Vivienne Westwood prohibió entrar a Mick Jagger en su "horrible" tienda Seditionaries por ser "demasiado elegante". Pero Vivianne tuvo la valentía de pasar de su tienda a las pasarelas internacionales, con lo que nacía la nueva moda británica. Cuando Paul Smith abrió su primera tienda en Covent Garden con ropa masculina "clásica pero con un toque especial", uno de sus primeros clientes fue David Bowie. El posterior éxito de Smith en todo el mundo, sobre todo el Japón donde posee centenares de tiendas, fue como abrirse las compuertas a una nueva ola de diseño británico.
A pesar de que este nuevo movimiento tuvo una primera salida en falso a mediados de los 80, la moda británica se recuperó enseguida, sus protagonistas rehivieron totalmente la London Fashion Week que estaba a punto de arruinarse y la convirtieron en uno de los mejores escaparates de la innovación y creatividad de los actuales diseñadores británicos. Fue justo a finales de los años 80 y a partir de ese momento las nuevas marcas como Workers of Freedom y Katherine Hamnett marcharon codo con codo con las clásicas ahora rejuvenecidas como Mulberry. Aquascutum y Burberry, que actualmente han llegado a lo más alto de la fama.
En esta última década la moda británica se ha convertido sin duda en el barómetro que más influye en toda la moda mundial. Dos de sus protagonistas ocupan los lugares más altos de la alta costura: John Galliano y Alexander McQueen, principales diseñadores de las famosas firmas Christian Dior y Givenchy, respectivamente, cuya influencia y fama son reconocidas en todo el mundo.
A medida que avanzamos hacia el siglo XXI, cuando ya hemos visto en la pasada London Fashion Week las primeras colecciones del año 2000, los nuevos talentos británicos, como Julien McDonalds. Matthew Milliamson y Stella McCartney, dan testimonio de que la moda británica está en mejor forma que nunca. (FAS/ANN).
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