¡Leonor, Leonor.. !

La primera vez que Doña Leonor apareció frente a los medios, los fotógrafos y periodistas notaron que la primogénita del heredero al trono español no volteaba ni hacía gesto alguno cuando sus papás y sus abuelos la llamaban.

Desde entonces, los medios han estado especulando sobre la supuesta sordera de la Infanta.

Los voceros de la Casa Real han salido mil veces a desmentir todas las notas que se publican al respecto argumentando que son barbaridades, que el Príncipe ya ha explicado que su hija está perfecta, que jamás les ha dado una mala noche, y que en un año sólo ha sufrido un pequeño resfriado.

Sin embargo, los rumores no han parado y cada vez son más los que aseguran que Leonor tiene un problema de salud.

El angioma que la bebé tiene en el orificio derecho de la nariz preocupa a muchos españoles que se han dejado influenciar por los medios y que olvidan lo que los especialistas han dicho una y otra vez: que es normal en una niña de su edad, y que se le quitará con el tiempo o con una operación muy sencilla.

Cuando un miembro de la monarquía de cualquier país sufre un trastorno o accidente, la gente tiende a maximizar las cosas, pero lo único cierto es que mientras la familia Borbón no hable con los medios sobre esto, las especulaciones y rumores seguirán fluyendo.

Se sabe con certeza que Felipe y Letizia son padres protectores que no quieren que su hija asista a una guardería hasta los 3 años, que la Infanta Leonor gatea a toda velocidad por los pasillos del Palacio de la Zarzuela, da algunos pasos agarrada de la mano de sus padres, balbucea "papá y mamá", y la palabra más clara que pronuncia es "agua".

Afortunadamente, estos datos indican que no hay nada de qué preocuparse pues Leonor goza de excelente salud.

Ojalá así sea.